Kim Taehyung es un cirujano exitoso que lleva una vida aparentemente perfecta en Seúl. Su carrera como cirujano le ha otorgado prestigio y reconocimiento, mientras que su matrimonio le ha brindado estabilidad y "felicidad." Sin embargo, lo que parec...
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Al salir de la ducha, Jungkook fue al armario y sacó algo de ropa para vestirse. Después de hacerlo, se sentó frente al espejo y se quedó mirando su rostro durante algunos segundos mientras comenzaba a recordar algunos acontecimientos de su niñez.
'Busan, 2001...
—Ji hye, ¿has visto a Jungkook?
—No, Sra. Tae Hee —negó. —Hace algunas horas que no veo a su hijo.
—¡Que extraño! No está con sus hermanos en el jardín...
Tae Hee salió de la cocina y subió las escaleras de su casa para ir a su habitación. Se detuvo en la puerta cuando escuchó a alguien hurgar entre sus cosas. Extrañada, abrió la puerta lentamente y miró a Jungkook de pie sobre la silla de su tocador mirándose al espejo mientras se colocaba una de sus horquillas de flores en el cabello.
El pequeño Jungkook la miró a través del espejo y se dio la vuelta rápidamente para enfrentarla. Con voz temblorosa, tartamudeó muerto de miedo: «¿Mamá?» Bajó rápidamente de la silla y se escondió detrás de ella, buscando protección. Sus grandes ojos reflejaban un profundo miedo a ser reprendido.
Tae Hee, al ver el terror en la mirada de su pequeño hijo, sintió un gran pesar en su corazón. Observó detenidamente el maquillaje que se había hecho, y como sus labios estaban pintados de rojo con algunas manchas a los alrededores. Al ver esto, una sincera sonrisa se dibujó en su rostro.
Con curiosidad, se acercó a él y extendió su mano para tomar la suya, intentando que se acercara a ella. «¿Qué estás haciendo?» Preguntó suavemente mientras buscaba entender la situación. La cercanía de Tae Hee y su cálida sonrisa lograron proporcionarle tranquilidad al pequeño Jungkook.
—¡Ven aquí! —se sentó sobre la cama. —Ven, no voy a regañarte. Solo quiero saber que haces...
Jungkook se acercó tímidamente a su madre y la tomó de las manos. Sentía vergüenza por lo que había estado haciendo y no se atrevía a mirarla a los ojos. Mantuvo la cabeza baja, sintiendo su corazón latir rápidamente en su pecho.
Tae Hee pudo percibir la vergüenza y la timidez en su hijo. Con suavidad, acarició su mejilla y le habló con ternura. «No tienes por qué sentir vergüenza, cariño. Todos nos divertimos de diferentes maneras», dijo con una voz tranquila y comprensiva. Con este comportamiento, intentó elevar el ánimo de Jungkook y hacer que se sintiera cómodo a su lado. El pequeño se dejó confortar por las palabras de su madre y poco a poco comenzó a sentirse más tranquilo.
