Evangelio (poesía)

2 0 0
                                    

Hay una pulsacion amena en cada corazón que ama.
Un caldo donde se crían ilusiones inocentes, dónde feligreses del amor poco absoluto e impuro respiran hondo.
Dónde manos ásperas se juntan con manos delicadas.
Sin esperar pertenecer pertenezco,
Las raices de un rosa suave nacen en mi persona.
Por mi mente se asoma un síndrome de compasión y vigor por todo.
Amame tan rudo como yo a ti, gobierna mi trono.
No hay pozo más profundo que el de mi mirada perdida en ese pedazo de carne que llamo cuerpo.
No hay sutileza en el amor que siento por el alma tan grande que alberga tu gran figura.
Que el corazón no te cabe en el pecho, no hay duda.
Me hace sentir que mi amor y pequeño corazón nunca serán suficientes.
Pero no te importa.
Eres inocente, aún piensas que el llorar te acercara a la gente, pero alguien tan grande no puede llorar solo por amar.
Te adoro y te cuidare, toma de mi lo que necesites, admite que somos uno.

Borrador: Entender El Arte De Lo No SatisfactorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora