Capítulo 40: Fama

3K 222 0
                                    

Estaba en casa con mi madre, ambas nos sentamos en el sofá y ella preparó unas palomitas antes de que yo llegara del trabajo.

El televisor estaba encendido porque le comenté que Eric saldría en televisión, mientras hacía la conferencia en donde le harían preguntas tanto a él como a Jax.

Ellos dos estarían juntos, así que no me daba ningún tipo de miedo haberlo dejado ir solo, igual me explicó que lo mejor era no exponerme todavía, hasta que nos casáramos.

—Que diferencia, pasaste de estar con un bueno para nada, a casarte con un hombre que saldrá en televisión —habló mamá, masticando las palomitas.

Rodé los ojos. Esa mujer solía molestarme siempre con el mismo tema porque le parecía divertido. Lo dejé pasar, se trataba de mi madre y no iba a protestarle a gritos que parara, era algo que la mantenía contenta.

Cada vez que llegaba a casa, me preguntaba por Eric, y pensar que al inicio no estuvo del todo de acuerdo con el compromiso en comparación a papá, el cual se encontraba de viaje.

—Mamá, no diré nada sobre eso —resoplé, cruzando las piernas sobre el mueble.

—¿A qué hora empieza? Ya casi son las cinco y están pasando pura propaganda —bufó, mientras subía y bajaba el volumen con el control.

—Eric estaba nervioso hoy... Solo espero que le vaya bien —murmuré, acomodando mi espalda.

Quería que lograra impulsar su carrera con esa aparición en televisión. Lo más probable era que después de ese día, los periodistas rodearan el edificio...

En la oficina él me explicó que iba a reforzar la seguridad, justo como Agatha me recomendó, aunque yo no le mencioné nada a él sobre esa conversación. Y claro, me disculpé por haberme ido a todas prisas sin dar explicaciones.

Él lo tomó con normalidad, sin enojarse como lo hubiera hecho Dante.

¿Por qué seguía pensando en él?

Estaba comparándolos demasiado, no debía de tratar a mi Eric así porque él era un ser superior, un caballero y príncipe al mismo tiempo. Ya los diálogos de mamá me estaban afectando la mente.

—Hija, tu prometido es un profesional en lo que hace. Se graduó y lidera una empresa, ¿estás dudando de sus capacidades? —reprochó la mujer, abriendo la boca como si estuviera ofendida.

—No estoy dudando de él, mamá —dije, dándole un leve codazo con diversión.

Esa mujer a veces me recordaba a Jeanniel, eran igual de dramáticos en cosas que se referían a Eric, o a cualquier situación que me involucraba.

—Por cierto, hace poco vi a Dante —soltó, con una mano en el mentón—. Había olvidado decirte.

Abrí los ojos.

—Mamá, sabes que no quiero volver a saber de él.

—Pero me saludó —reiteró.

—¿Qué? —solté, extrañada—. Ma, ¿no te dijo nada malo? Dante cambió muchísimo.

—No, tranquila. Me trató como siempre lo había hecho cuando venía de visita contigo —respondió, negando con su mano—. Me saludó con cortesía y amabilidad, aunque toda esa fachada es pura hipocresía de su parte —alegó, con fastidio.

—Por lo menos no te trató mal... Igual deberías tener cuidado y no hablarle —dije, aliviada.

—Estaba en el super mercado con una mujer, parecían ser cercanos —murmuró, con curiosidad.

—Mamá, Dante cambia de mujer como si fuera ropa, a diario —recordé lo sucedido con Rebeca—. No le des importancia, lo verás con una diferente cada semana —Sacudí mi mano.

Me casé con el hermano de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora