My living Demons

12-Love?

Amor?, era una broma cierto?, como Tom podía enamorarse de mi?, era algo que quería pero no podía creerlo, solo con el hecho de que el aceptará que me amaba era más que suficiente, pero sabía que sería mi perdición, enamorarme de una persona egoísta, machista y narcotraficante no era una opción, con solo decir una palabra que le molestará a Tom, estaría muerta, supongo que si no fuera porque el me tomo como suya, yo ya estaría a tres metros bajo tierra, eso pasa por enamorarte de alguien que con solo un gesto puede matarte, y no de la linda forma. No podía dormir, estaba pensando en las palabras de Tom "Estoy enamorado de ti... Elena" era algo irónico ya que hace unos días el quería matarme, pero ahora dice que está enamorado de mi, es imposible de creer.

Me levanté cuidadosamente y salí de la habitación, me asegure que todos estuvieran en su habitación y baje a la cocina.

-Oh carajo!- grite al ver a Meredith. Ella no me prestó atención y siguió bebiendo, me senté a su lado y agarre la botella para darle un gran sorbo.

-Supongo que estás feliz no?- hablo Meredith lo cual me tomo por sorpresa.

-Feliz en un lugar así?, por supuesto que lo estoy- hablé con ironía.

-No lo digo por eso, si no por el hecho de que Tom está enamorado de ti - hablo Meredith y yo la mire sorprendida -El me lo confesó, al principio no podía creerlo pero después de ver cómo se ponía celoso de una manera en la cuál jamás se ponía conmigo entendí que si lo está. Luche toda mi vida ya que mis padres me vendieron a una casa de putas y fue donde conocí a Tom, al principio pensé que el estaba enamorado de mi como yo de el, pero no era así, el solo me quería para satisfacerlo y yo por alguna razón me dejaba...- hablo Meredith recordando esos momentos.

-Pero por qué?, por qué quedarse con alguien que solo te utilizaba?- pregunté confundida.

-Cuando una mujer se enamora, hace todo lo posible para que esa persona no la abandone, todo para que esa persona sea feliz, si eso implica que no estés en sus planes, dejas que te humille, que te usé y que te aborrezca, con tal de estar con el- hablo Meredith y unas lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

-P-pero, si lo amas por qué dejas que se meta con otras?- hablé mirando su rostro lleno de dolor.

-Porque es la única manera de que me tomé en cuenta, pero después de ver cómo una chica como tú lo enamoro, solo me queda esperar a que el me deje ir o simplemente me mate- hablo Meredith limpiando sus lágrimas.

No sabía que decir, era tan simple pero a la vez complicado, Meredith solo se fue tambaleando al sofa y yo me quedé ahí mirando como una mujer moría lentamente por amor, por un amor que mata sin piedad, por un amor que solo sirve para llorar... Regrese a la habitación y Tom seguía dormido, me senté en la cama y levanté mi mirada, vi como un estuche de guitarra sobresalía arriba del armario, me acerque lentamente y lo quise tomar sin hacer ruido pero perdí el equilibrio y caí, pero unas manos me tomaron, eran las de Tom y este solo miraba confundido, miró lo que quería agarrar y me soltó, agarró el estuche y lo abrió, vi una hermosa guitarra Gibson Les Paul, era divina y no pude disimular mi gusto por las guitarras.

-La sabes tocar?- pregunto viéndome.

-No, nunca me atravi a tocarla, solo las miraba de lejos- hablé mirando la guitarra.

-Me sorprende que alguien como tú le gusten las guitarras- hablo Tom mirándome.

-Si bueno, Max me platicaba sobre las guitarras y desde ahí comencé a tenerle un gusto - hablé acariciando la guitarra.

-Max?- hablo Tom confundido.

-Oh, éramos novios hace un año, pero lo dejamos porque el se fue a estudiar a otro país - hablé recordando los buenos momentos que pase con Max.- Su gusto por las guitarras era maravilloso, me mencionaba cada una de sus preferidas, escuchar como tocaba era hermoso, como se conectaba en la música y simplemente se dejaba llevar- hablé tomando la guitarra en mis manos al tiempo que me sentaba en la cama.- Sus canciones tenían significados hermosos que te llegaban al alma...- hablé tocando unas notas de mi canción preferida. Mis dedos se movían cambiando de nota creando una sinfonia relajante.