Me decido...por ti

Capítulo 31: Insistencia

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Yo conocía el dolor de ser rechazada, a muy corta edad mi corazón fue estrangulado con la impotencia de ver a la persona que amaba irse lejos. Soporte años de lamentos en silencio, fue Kakashi quien trajo aquella esperanza de volver a amar. Él me insuflo la confianza que necesitaba para continuar sin la carga llamada Sasuke Uchiha.

Y aunque mi relación con mi sensei no funciono, mi autoconfianza y valoración creció con su guía. Él me enseñó a pelear, me cuido y me educo para ser una kunoichi respetable, luego volvió a enseñarme lo que es amarse a sí mismo, que sin importar dónde este o con quién, yo era la prioridad, eso no significaba que no podría retribuir dicho sentimiento a otro, lo había hecho con Itachi, le confese de corazón que le amaba, nunca mentí al respecto, me dolía que él me rechazara en estos momentos, me daban ganas de gritarle y golpearle porque él era un idiota.

Sé que Itachi siente algo fuerte por mí, lo intuyo, por esa razón no le dejare estar como desea. Si debo volverme una peste lo seré, tendrá que decirme a la cara que no me quiere. Me percate que él nunca me dijo algo parecido cuando le fui a visitar al lugar donde le tienen restringido, me soltó una sarta de escusas sobre no protegerme como si fuera una clase de deidad que podría mantenerme a salvo de cualquier peligro, por Kami-sama éramos humanos, hasta yo sé que sus capacidades tienen un límite.

Me encontraba en un puesto de comida cerca del hospital, tendría guardia en una hora, así que aproveche para cenar algo. Hacia una semana que visité a Itachi por primera vez y ayer le fui a ver de nuevo, él se negó a verme, pero no estaba en sus manos cerrarme la puerta, me escabullí en la vivienda y me senté con él en la mesa del comedor. Aun estando privado de la vista debido a que mantenía en todo momento sus parpados cerrados, sus movimientos dentro de la casa resultaban resueltos, como si viera perfectamente. Era obvio que memorizo cada rincón para sentirse más a gusto, no me sorprendió en lo absoluto, no podíamos esperar menos del genio Uchiha.

Aunque no hablamos, o mejor dicho, aunque él no respondió a mis palabras a exención de las dos ocasiones donde me pidió con paciencia que le dejara a solas, yo percibí que mi presencia no le molestaba.

Deje escapar un resuello mientras engullía mi comida, pensar que Itachi podría ser tan testarudo me enervaba y debía admitir que con todo el trabajo acumulado que tenía me encontraba algo fatigada. La selección de futuros médicos ninjas ya estaba decidida, todo comenzarían su entrenamiento final antes de partir en misiones, mi proyecto de preparar a más ninjas como asistentes médicos daba su fruto, nuestra aldea era por mucho la más capas de proteger a sus soldados, y para muestra un botón, debido a los desastres ocasionados por Pain muchas personas terminaron heridas, pero ya prácticamente el noventa por ciento estaba fuera de peligro o dados de alta.

— ¿Puedo sentarme aquí? — pregunto un hombre señalando el puesto aledaño en la barra, yo le vi de soslayo y asentí sin prestar mucha atención.

Continue comiendo mientras divagaba en mis pensamientos y calculaba mi siguiente visita a Itachi. De nuevo el hombre a mi lado volvió a interrumpir mis cavilaciones.

— ¿Disculpa, me puedes alcanzar unos palillos? — deje de comer, tome un par de palillos que se encontraban a mi izquierda y se los entregue al hombre, no le vi en ningún instante.