Me decido...por ti

Capítulo 28: Seguir adelante

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Sakura Haruno

Por alguna razón cuando te encuentras al filo de la muerte todo aquello que amas aparece enfrene de ti como rápidas ráfagas de luz, mostrándote efímeras reminiscencias de tu vida, pensé por un segundo que esas pequeñas ventanitas de luz que me rodeaban mostrándome toda las cosas y personas que han estado en mi vida, era solamente un sueño, pero me equivocaba...yo no estaba soñando, estaba muriendo, las luces fueron opacándose hasta perder su brillo, deseaba aferrarme a cualquiera de esos destellos, pero una abrumadora y a la vez tranquilizante oscuridad me abrazo como las manos de una madre a un hijo. En mi renuencia a dejarme subyugar busque con la mirada algo que me empujara hacia arriba, pero la luz era más escasa, sentía que caía como estar dentro del agua y dejarse llevar hasta el fondo de esta.

No tenía frio, muy a lo contrario me sentía a gusto, quizás así era estar dentro del vientre de una madre. Deje de resistirme porque no encontré un motivo para oponerme ¿qué era lo que buscaba? mi mente no respondió, no podía sentir el latido de mi corazón para advertirme de cualquier disconformidad o desacuerdo, así que deje de hacer cara a todo, permitiendo que la profunda tranquilidad se expandiera por todo mi cuerpo, creí que estaba en el paraíso, aunque una infinita sombra me rodeara, cerré mis ojos y lo primero que llego a mi mente, después de estar en blanco, fue una frase, dos palabras.

Sigue adelante

Una dulce voz repetía una y otra vez aquello, sigue adelante.

¿Quién lo decía? ¿de quién era esa voz? intente recordad, pero no pude, una segunda voz hablo, seguido de una tercera, cuarta, y así hasta transformarse en un completo bullicio.

No te detengas, Sakura...sigue adelante.

Sin embargo, no pude reconocer las voces, tal vez porque estaban hablando todas al mismo tiempo, intenté ignorarlas porque era atronadoramente molesto, poco a poco fueron mermando hasta volverse un zumbido lejano. Volví a estar en armonía con la negrura, para cuando mi mente parecía estar abandonando mi cuerpo, desfragmentado los recuerdos, sueños y sentimientos por separado, de nuevo escuche algo, era un susurro en mi oído, creí haber sentido el aliento de alguien, escuche que me decía claramente te amo.

Una remembranza me golpeó tan de súbito que me hizo revolverme de pies a cabeza. Recordé el susurro de Itachi en mi oído pidiéndome perdón en mi sueño. Reviví la sensación de tener sus labios tan cerca a mi pabellón que me hizo llevarme una mano a mi oreja. Un sentimiento de disconformidad he impotencia comenzó a nacer dentro de mí, como si me hubiesen atado de pies a cabeza.

Escuche un rugido horrible, como una bestia sacada del mismo infierno. Me aterí completamente, estar sola aquí y escuchar aquel gruñido me daba miedo. Entonces algo ocurrió, una sensación de vacío como si callera de la cama me hizo reaccionar. Abrí mis ojos y una luz mortecina en color verde me hizo apretar los parpados.

Volví a abrir la mirada y esta vez la luz no me lastimo tanto. Me encontraba acostada en el suelo, pero la superficie de esta se hallaba hundida una pulgada en agua. Me senté y vi como mi cabello y espalda se encontraban empapados.

No le di importancia, me sentía aturdida, parpadeé un par de veces, todo lo percibía ajeno y lejano. Escuche un goteo, era un sonido repetitivo que hacía eco en el pasillo donde me hallaba. Coloque ambas manos en el suelo para levantarme, me ayude con la pared del pasillo para mantener el equilibrio, di unos pasos hasta llegar a un recodo a mi izquierda, voltee sobre mi hombro y lo que vi me hico caer de espaldas chapoteando agua por todas partes.