𝕭𝖆𝖏𝖔 𝖑𝖆 𝖘𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝖒𝖎𝖘𝖒𝖔 𝖆𝖗𝖇𝖔𝖑 (One PieceXReader/OC)

Capítulo 14

—¿Cómo decías que te llamabas...?

—Myrra. —la chica estaba sentada en el césped mientras que jugaba con algunas hierbas que arrancaba del suelo.

—¿Qué edad tienes...? —Chopper, sentado enfrente suyo, la miraba algo desconfiado.

—Diecisiete años.

—¿De verdad eres la nieta del jefe...?

—¿Qué clase de interrogatorio es este?

Chopper pareció vergonzarse y ocultarse de aquella mirada de ojos verdes.

—¿Por qué té unes a nosotros? —le preguntó a Myrra.

—He hecho un acuerdo con vuestro capitán, pero no me preguntes, no te lo voy a decir. —le dijo ella, jugando con las hierbas.

—Si Luffy se fía de ti... —Chopper seguía completamente desconfiado.

—Oye, no pretendo caeros bien, si quieres me voy y punto.

—Es que... no quiero decepcionar a Luffy.

Myrra alzó una ceja, ¿y esa devoción por aquel capitán que era literalmente un crío? Chopper se hizo bola en el sitio y no habló más. A Myrra le pareció muy tierno, sobretodo, le recordaba a Cervo.

—¿Eres usuario? —preguntó ella.

—¿...? Sí...

—¿Y cómo va eso?

—Soy un reno que se comió la fruta Hito Hito, por lo consecuente tengo rasgos de humano.

—Eso es guay.

—Calla la boca, claro que no lo es. —y Myrra se sorprendió al ver cómo esa respuesta no concordaba nada con la expresión adulada del reno. Myrra sonrió de lado.

—¿Qué función tienes en la banda?

—¿Yo...? Soy el médico.

—Vaya... ¿Sabes? Yo se un poco de medicina, pero muy artesanal, después de todo vivo sola en el bosque. —añadió algo tímida, pues, decidió intentar llevarse bien con los tripulantes, al menos con aquel renito tan mono.

—¿Qué clase de medicina? —ahora Chopper estaba completamente atento.

—Hay muchas plantas en el bosque. Se hacer una pomada para los cortes, cremas antiinflamatorias, más pomadas, remedios naturales, y algo más.

—Oh... ¿podrías enseñarme alguna?

—Eh... vale. Te voy a enseñar una curiosa... es un cicatrizante; se utiliza la mirra, es mi especialidad.

Myrra sonrió algo orgullosa y tanteó con las cadenas de sus manos para levantarse y hacerle una seña al reno.

—Sígueme.

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—Ahora con cuidado...

Myrra le daba indicaciones al reno, que gratinaba con una cerilla un puñado de mirra que habían encontrado en la enfermería.

Chopper, concentrado en su tarea, seguía sus órdenes.

—Ahora... tienes que echarlo en el mortero y aplastarlo, hasta que quede como una masa.

Chopper hizo inmediatamente lo dicho por la chica. Myrra mientras, cogía algunos botes e ingredientes como podía y se los dejaba al lado al reno. Chopper, de vez en cuando, anotaba algo en su libretita.
Con las manos atadas, Myrra le señalaba los ingredientes y le decía lo que debía hacer.