Capítulo 10

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-Lo harás, ¿Verdad? -Mirlo habló serio.

-P-papá, yo... -Myrra temblaba mientras comenzaba a llorar.

-Se que es muy repentino... Pero necesito que me lo prometas. -Mirlo sostenía los hombros de su hija mientras que la miraba intensamente.

-Yo no puedo hacer eso... -dijo la niña limpiándose las lágrimas.

-Myrra, es tu destino; tienes que hacerlo. -dijo zarandeandola levemente.- Tienes que proteger el bosque.

- Tienes que proteger el bosque

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-Estás muerta. -Luffy alzó su mano y la señaló con odio.

Myrra le miró seria, no dijo nada, pues en el fondo sabía que aquel tipo podría con ella. Aunque lo odiara con todas sus fuerza, le estaba ligeramente agradecida por hacerle ver cuán débil era en realidad. Myrra sostuvo fuertemente sus hachas y tensó las mandíbulas.

-No puedo dejar que te vayas de aquí con vida. -habló por fin la castaña, pero con un débil tono, debido a la rabia.- No puedo dejar que tú y tus amigos volváis a la aldea. -dijo oscureciendo su semblante y echando a correr hacía Luffy.

-¡No voy a dejar que los mates, si eso es lo que planeas! -gritó Luffy mientras cargaba contra ella. Ahora, todos sus puñetazos iban cargados de Haki.

Myrra lo vio venir, y maldijo por haber sido tan obvia ante los ojos de su enemigo. Ahora tendría que andarse con demasiado cuidado. Por ello, cuando le llegaban los distintos puñetazos, Myrra soltaba estratégicos hachazos, que aunque la mayoría eran esquivados, otros arañaban el cuerpo elástico del capitán. Luffy tuvo también que andarse con cuidado.

Se notaba la tensión entre ambos. A veces retrocedían, a veces avanzaban. Myrra sentía miedo, miedo de ser derrotada, de ser descubierta y de tirarlo todo a la mierda. Luffy simplemente estaba ardiendo de rabia por su compañeros.

En un fuerte impacto, ambos acabaron siendo desplazados, aumentando la distancia entre los dos. Myrra lo aprovechó para respirar y agarrar bien sus hachas. Luffy para cargar su Gear Second. Myrra sintió un deje de fascinación al ver el cuerpo del chico desprender calor, pero enseguida se volvió a centrar.

Notó como los movimientos de Luffy habrían triplicado su velocidad y de como avanzaba enfurecido hacia ella.
Myrra colocó las hachas frente a ella en forma de equis y antes de darse cuenta y de que Luffy la golpeara, cayó desequilibrada al suelo.

Al dar de bruces contra este alzó la cabeza y miró hacia tras, descubriendo al espadachín con la cara ensangrentada y la nariz rota, con ambos brazos alzados y entre sus manos su katana. Le había cortado los talones.

-No creas que te vas a librar tan rápido de mí... -gruñó el espadachín.

Ella histérica sintió como Luffy se aproximaba por un lado y por el otro Zoro preparaba su katana para asestar otro golpe.

𝕭𝖆𝖏𝖔 𝖑𝖆 𝖘𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝖒𝖎𝖘𝖒𝖔 𝖆𝖗𝖇𝖔𝖑 (One PieceXReader/OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora