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Jimin, había dormido como nunca, envuelto por las sábanas de la cama del detective Jeon.
Pero todo lo bueno llega a su final, la ronda de sexo terminó y él debe volver a casa.

Llegó en la madrugada, pidió un taxi, pagó y luego entró a su hogar.

Muy buen sexo —escucha la voz de su sombra.

¡Cállate! —alza su voz.

Toma una botella con agua de la nevera, la cierra de forma brusca y se gira sobre sus talones. Se retira sus zapatos y los toma con la mano que no sostiene la botella.

—¿Acaso no tienes una casa? —pregunta Jimin, cuando pasa por la sala y ve a Namjoon, sentado cómodamente en uno de sus hermosos sofás.

—Esperaba por ti —habla Nam, sin siquiera tratar de parecer educado.

—Claro, ya estoy aquí, y aun así no te iras —el castaño lo observa y sonríe.

—Tengo los nombres —le hace saber el rubio, cambiando de tema para no ser echado por su amigo.

Jimin deja caer sus zapatos a la cerámica, toma asiento en el sofá que está frente a Nam, abre la botella con agua y bebe.

—¿Cuántos son? —indaga con curiosidad.

—Diez —responde Nam, mientras saca de un expediente una hoja.

Le extiende la hoja a Jimin y el castaño la toma.

Ni siquiera lee los nombres, solo mira el papel fijamente, suspira y se lo entrega de nuevo a su amigo.

—¿Por quién deseas empezar? —pregunta Nam.

—Eso no importa, Joon.

Jimin, bebe más agua.

—Solo elije uno, consígueme su información y de lo demás nos encargamos nosotros —el castaño se acomoda en el sofá.

—Te encargarás tú —lo corrige Nam.

Jimin, sólo sonríe e ignora a su amigo.

—Saliste y tuviste sexo —el rubio se cruza de brazos y ve de forma burlesca al castaño.

—Porque no te largas, Joon —le pide Jimin, nervioso.

—El detective Jeon, ¿en serio?

El castaño no responde a la pregunta de su amigo.

—Es un detective, Jimin —le recuerda Nam.

—Es justo lo que yo le dije —habla Jimin.

El rubio agita su cabeza y se pone de pie.

—No empieces hablar como si hubiese otro tú, Jimin, y lo digo en serio —lo reta Namjoon.

—Lo siento, tengo sueño. Vio la oportunidad y la aprovecho —se explica Jimin, intentando aclararle a su amigo algo en lo que no está de acuerdo. —Sobre lo del detective Jeon, voy a manejarlo a mi manera —el castaño se pone de pie.

—Jimin...

—Basta, Namjoon. Solo intento tener citas y sexo con alguien, como una persona normal —dice, cansado de su sombra y su amigo—. Solo quiero ser normal, y se me hace difícil. Necesito terminar con esto y ser normal.

Nam observa a su amigo.

—Esa voz, mi otro yo existe, aunque no quieras creerlo —el castaño se agacha y recoge sus zapatos. —Voy a saber manejar al detective Jeon, solo déjame intentar ser normal con él —le pide.

—Está bien —dice en voz baja, el rubio—. Hay algo que debes saber.

Jimin, alza su mirada.

—Hubo dos asesinatos. Una adolescente y un pequeño de aproximadamente diez años —empieza a informarle, Nam.

Alias Black SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora