Alias Black Swan

8

Mientras el GPS los guía en todo el trayecto, Joon, solo le pide a Jimin que se contrale, y es que, si quiere saber la verdad del involucramiento del padre del detective Kim, no debe quitarle la vida.

—Prométeme que vas a controlarte —insiste Nam.

—Te he dicho que sí —responde molesto el castaño.

—Si le quitas la vida, jamás sabremos la verdad

El GPS les anuncia que han llegado a su destino.

—Volveré —Jimin se retira el cinturón, Namjoon bloquea la puerta al instante, impidiendo que su amigo baje del auto. —¿Qué haces? —lo cuestiona el castaño, furioso, sosteniendo su bolso con fuerza.

—No saldrás a menos que yo te acompañe —dice Joon.

Una sonora carcajada inunda el auto, Jimin ha empezado a reírse como si su mejor amigo, le hubiera contado un chiste.

—Eso no pasará —se opone Jimin, cuando ha dejado de reírse.

—Entonces no saldrás del auto.

Enciende nuevamente el motor.

—No estoy dispuesto a exponerte, Joon —habla el chico.

—Déjame acompañarte, voy a sacarle la verdad, y luego haz lo que tengas que hacer —le propone decidido Nam.

—No quiero que te ensucies las manos —Jimin, baja su mirada.

—Las tengo sucias desde que descubrí que tienes un alter ego —le recuerda el rubio—. Tú decides, Jiminie, juntos o nada.

El castaño permanece en silencio.

—Deja que nos acompañe, él evitara que lo mate antes de tiempo —escucha a su alter ego. —No dejaré que Joon se exponga, Jiminie, lo prometo —le asegura su sombra.

—Está bien, pero utiliza guantes —accede el castaño.

Nam se coloca un par de guantes que yacen en uno de los compartimientos de su auto, Jimin se calza los suyos y observa el gorro.

—Ni lo piense —lo reta su alter ego.

El castaño saca su gorro, lo observa y luego mira a su mejor amigo.

—Ten —le entrega el gorro—. Cúbrete el rostro.

—¿Qué mierda haces? —lo reta su sombra. —Te dije que no —lo reprende nuevamente su alter ego.

—Si no lo usas, te quedas en el auto —lo sentencia el castaño con mirada fija.

El rubio se coloca el gorro, y luego ambos salen del auto.

—¿Cómo me veo? —pregunta Jimin.

—Bien, como siempre —responde Joon.

—Quédate tras la pared, cuando logre poner un pie dentro de la casa, tú entras a como dé lugar —le explica el castaño—. Si debo utilizar la fuerza lo haré, Joon. No quiero que te ensucies las manos.

Nam no dice nada, no quiere discutir en este preciso momento.

Jimin toca el timbre y Nam se oculta, espera unos segundos y luego la puerta se abre.

—¿Sí? —dice el señor Kim, cuando ha abierto la puerta.

—Buenas noches, mi auto se averió, espero a mi mejor amigo y solo quería saber si puede regalarme un poco de agua.

La mirada del padre del detective Kim, lo evalúa de pies a cabeza.

—Hay un grifo en el jardín —responde cortante el señor.