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Dos días después...

El desespero de Jeon por ver a Jimin o poder hablar con él es notorio, el castaño se había propuesto a no atender ninguna llamada proveniente del detective.

Inclusive había alertado a sus empleados a avisarle cuando observarán a Jeon entrar a su edificio. El castaño se escondía y de esa manera lo evitaba.

Estaba dispuesto a dar por cancelado cualquier vínculo con el detective a toda costa. Lo único que quiere es concentrarse en su venganza y terminar con su lista de asesinatos.

—Joon, no logró escucharte —dice Jimin, con su celular sobre su oreja izquierda.

La puerta de su oficina se abre de forma brusca, su secretaria lo mira alarmada y mueve sus manos sin decirle nada.

—Pará saber lo que intenta decirme, debe abrir la boca —le indica molesto el castaño.

—Lo siento —hace una reverencia la mujer.

—El señor Jeon, está en la recepción armando un escándalo.

Jimin suelta un suspiro al mismo tiempo que pone sus ojos en blanco.

—Habla con él —escucha la recomendación de Nam.

—Cállate, Joon.

—Dile a seguridad que lo saque.

La secretaria lo mira asombrada.

—Mierda, Jimin, no lo hagas —reprocha Nam.

—¿Acaso no escuchó?

La mujer asiente y no se mueve de lugar.

—Entonces que espera para salir, y darle mi orden a los de seguridad.

El castaño se pone de pie, alterado.

La secretaria abandona la oficina de Jimin, asustada, a darle la orden a los agentes de seguridad.

—Eso es extremista, habla con él —le pide el rubio a través de la línea.

—Dije que no. Ahora dame la información —le ordena Jimin, empezando a dar vueltas en su oficina.

—Jimin —insiste Nam.

—Joon, es lo mejor para él —suelta el chico.

—En parte sí, pero vamos que lo extrañas y debes ver su rostro, es un desastre y también lo eres —lo reta el rubio.

—Escucha, Namjoon, más vale que me des la información que te pido, y te dejes de idioteces —lo ataca Jimin.

—Esta bien, anota. Se encuentra en uno de los hoteles más costosos, debes ser cuidadoso, su número de habitación es la ciento veinticinco. Te enviare el nombre del hotel, aún no confirmo.

Jimin asiente, aunque su amigo no lo pueda ver.

—¿Estás seguro del número de habitación? —pregunta el castaño.

—Sí. Listo, lo tengo —le hace saber Nam—. Te enviaré el nombre y la dirección del hotel.

—Ok.

Jimin toma su chaqueta.

—Hare una reservación de una habitación lo más cerca que pueda —habla el rubio.

—Me encargaré de lo demás —dice Jimin, saliendo de su oficina.

—¿Tienes todo listo? —cuestiona Nam.

—Sí, en el maletero —responde el castaño. —Mis llaves —le pide a la recepcionista. —Hasta mañana —se despide Jimin de su empleada.

—Jimin —llama el rubio a su amigo.

Alias Black SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora