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Una semana después...

Manchester

Jimin se encuentra en la ciudad de Manchester, había realizado su viaje por la noche. Su excusa para con Jungkook es una reunión de trabajo, las únicas dos personas que saben la verdad son Namjoon y Emma.

—Reenvíame la ubicación —le pide el castaño a su mejor amigo.

—¿Estas nervioso acaso? —lo cuestiona Nam.

—No, no lo estoy Joon. Solo quiero asegurarme de que estas haciendo bien tu parte —contesta, molesto Jimin, mientras se calza sus botas negras.

—Oye —se queja Nam, indignado.

—Apresúrate —le ordena Jimin.

—Listo, te envié de nuevo la ubicación, y con ella una fotografía del lugar.

El castaño hace un sonido de aprobación, mientras observa lo que su amigo le ha enviado.

—Gracias, Joon —agradece el castaño.

—De nada, hice lo que pude y creo que es mejor si avanzas más rápido —comenta Namjoon.

—Terminara pronto —dice Jimin.

—Eso es lo que espero —habla con voz baja, Joon. —¿Puedo pedirte mi regalo de cumpleaños antes de tiempo? —pregunta Nam, sorprendiendo al castaño.

—Joon... —protesta Jimin.

—Solo escúchame —le pide el rubio.

—Solo dilo.

—Ve conmigo donde un especialista —suelta Joon de forma rápida.

—Nam...

—Hazlo como regalo de nuestra amistad —insiste el rubio.

—Cuando solo te falten cinco víctimas, dime que lo harás —sigue insistiendo, Namjoon.

—No necesito un especialista, Nam —habla con tranquilidad, Jimin. —Mi alter ego, mi otro yo, mi sombra, o como tu quieras llamarlo es algo complicado que solo yo entiendo —intenta explicarse el castaño.

—Me preocupas, Jimin —confiesa Nam.

—Estoy y estaré bien, Joon.

El rubio no dice nada.

—Solo confía en mí, y dame tiempo.

Jimin solo escucha un sonido de aprobación por parte de su amigo y luego cancela la llamada.

¿Un especialista? —habla su alter ego, con burla.No necesitamos un especialista —continua.

Jimin camina hacia su cama, toma sus guantes y se los calza, toma los dos frascos de cristal uno en cada mano, los introduce en su bolso y se cerciora de llevar algo puntiagudo.
Toma uno de los pequeños cuchillos que le llevaron con su comida, lo guarda, se coloca su gorro, toma su bolso y se ve en el espejo que la habitación del hotel tiene.

Estoy listo, Jiminie —le indica su sombra.

Hagámoslo entonces —se dice así mismo el castaño.

Cierra sus ojos y deja que su sombra se adueñe de su cuerpo.

Sale de la habitación luciendo un chico normal, deja con llave y le coloca el anuncio de no molestar, entra al ascensor y baja hasta la recepción.

—Señor Park, su taxi aguarda por usted —le indica uno de los hombres que atiende la recepción del hotel.

El chico no contesta nada y sale del hotel.

Alias Black SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora