CAPÍTULO XIII

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Jungkook miró a través de las paredes hechas con papel y se encontró con la luna en lo alto del cielo. Era ya de noche, lo que significaba que Taehyung estuvo fuera todo el día. Inconscientemente se llevó una mano al pecho al sentir un tirón extraño. SE había acostumbrado tanto a la presencia de su esposo que tenerlo lejos por tantas horas estaba cobrando factura en él, incluso su estado de ánimo se vio afectado, no tuvo tiempo ni deseos de hacer nada más que hundirse en el futón donde el olor de su alfa quedó impregnado.

No pudo pensar más en ello porque las puertas de la habitación fueron abiertas con de par en par sin previo aviso, no sintió miedo porque vio de inmediato a Namjoon seguido de un pequeño grupo de sirvientes, quienes se notaban muy confundidos al estar en ese lugar, reverenciaron ante Jungkook con mucho cuidado, este seguía sentado en el futón en completa tranquilidad, y mantuvieron las cabezas bajas.

Namjoon caminó con seguridad para colocarse detrás de él, una mano bien sujeta al mango de la espada que tenía en la cintura, esa actitud le dio más seriedad al asunto, pero también logró asustar a los sirvientes que no entendían lo que pasaba.

Jungkook irguió la espalda para dar la ilusión de que estaba muy seguro de sí mismo, miró sin expresión a cada una de las personas frente a él, la imagen que mostraba era un contraste con la que se vio de él días atrás, cuando apenas despertaba de su sueño; esa noche se veía seguro, como el rey que era.

—Nunca agachen la cabeza frente a nadie —dijo con voz fuerte—, véanme a la cara.

Los sirvientes temblaron un poco ante la petición, estaban inseguros de obedecer porque se les enseñó que ellos no tenían ningún derecho a ver la cara de sus reyes, pero alzaron el rostro con cierta timidez cuando Jungkook volvió a repetir la orden.

—Están aquí porque ustedes han sido cuidadosamente elegidos para convertirse en mi nuevo séquito de sirvientes —habló Jungkook con solemnidad—. Cómo imaginan, es una tarea que acarrea una enorme responsabilidad.

Ese grupo de personas fue seleccionado con sumo cuidado por Namjoon, según su criterio eran las de mayor confianza entre las pocas que todavía quedaban. Y necesitaba alguien de fiar para que sirvieran a Jungkook a partir de ese momento.

Todos aquellos que trabajaban con él habían muerto por la mano de Taehyung, pero no podía dejar al azar la decisión de quienes serían sus nuevos acompañantes, ya que los sirvientes siempre jugaron un papel fundamental en todo el juego de poder que había en el palacio. Los demás los menospreciaban porque no conocían su verdadero valor como piezas claves.

Jungkook sí.

Un sirviente fiel, enojado y sin miedo era demasiado poderoso; por lo que él los quería de su lado en esa guerra que comenzaría en cualquier momento.

—Pero necesito hablar antes con ustedes —continuó—. Namjoon es mi hombre de mayor confianza, pero necesito que ustedes también estén de mi lado y me sirvan a mí, sólo a mí. Su vida debe ser mía, y yo la cuidaré como tal. Sé que están asustados por lo que pasó con sus compañeros que me servían, pero créanme cuando les digo que yo voy a cuidarlos a ustedes y a su familia si deciden entregar su fidelidad a mí, incluso si eso implica desafiar al rey.

Todos se miraron entre ellos sin decir ni una palabra, aunque sus ojos expresaban sus dudas, luego observaron a Jungkook y Namjoon, quien mantuvo una expresión intimidante para desafiarlos.

Estaban asustados, Jungkook pudo darse cuenta, y los entendía. Taehyung asesinó sin piedad a tantas personas por su capricho. La culpa que el omega cargaba era inmensa, pero no podía hundirse en ella, tenía que hacer justicia, no permitir que esas muertes quedaran impunes.

HE USED TO BE MINE (KTH&JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora