CAPÍTULO XIV

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Jungkook sintió el pasto helado en la planta de sus pies mientras su cuerpo se empapaba por la nieve que caía lentamente, el sencillo camisón que usaba no hizo nada por evitar que el frío calara hasta sus huesos, ya estaba empapado por completo. Cerró los ojos para concentrarse en el ardor que sentía en la piel por la temperatura tan baja, quería que el dolor le recordara que estaba vivo y no era sólo un juguete estúpido que Taehyung o cualquier otra persona podía usar a su beneficio.

Jungkook eligió salir y estar bajo la nieve sin un abrigo, fue su decisión quedarse ahí hasta que doliera; eso significaba que aún tenía un poco de fuerza para tomar decisiones por sí mismo.

Quizá Taehyung lo había vuelto loco también, porque necesitaba esa horrible sensación para sentirse un poco mejor, menos muerto. No pudo llorar o sentir nada durante los días que habían pasado desde que despertó, vivió por vivir, sin saber qué hacía o las razones de ello, por eso se sentía de ese modo, como un simple muñeco al que le podía controlar.

Taehyung le confesó, medio muerto, que se golpeó para limpiarse y obtener su perdón, pero eso estaba lejos de hacerlo sentir bien o tranquilo.

¿Se suponía que esa fue una muestra de devoción de su infinito amor por él? Le pareció más algo retorcido y masoquista. Intentó entender las acciones de su esposo, pero no pudo. Era imposible comprender que de verdad creyera que causandose tanto daño Jungkook iba a perdonarlo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una manta fue colocada sobre sus hombros, se sobresaltó ante la impresión, pero se relajó de inmediato cuando reconoció el olor del alfa detrás de él.

—No deberías estar aquí —murmuró Namjoon mientras comenzaba a frotarle los brazos con su mano libre, en la otra sostenía una sombrilla para evitar que más nieve le cayera encima.

Jungkook no respondió, apretó más los ojos y se abrazó a sí mismo, la mano de Namjoon se detuvo en su hombro y no hizo ningún intento de volver a recorrerle el brazo.

El calor que le daba el alfa de repente se sintió incorrecto, pero tan necesario.

—Jungkook —llamó Namjoon en un susurro.

—Taehyung está loco —musitó Jungkook.

Las palabras dejaron su boca seguidas de un sollozo, que no pudo mantenerse en su pecho luego de decir en voz alta aquello que atormentaba su cabeza.

Cuidó durante tres semanas de su esposo tan bien como su propia salud se lo permitió, pero esa fue la peor tortura a la que se había sometido en toda su vida. Cada vez sanaba las heridas de su piel deshecha o ponía hierbas en sus quemaduras, las palabras que su alfa le dijo estando a punto de morir lo atormentaban.

"¿Puedes perdonarme ahora que me limpié para ti?"

¿Qué clase de juego cruel jugaba Taehyung? ¿Por qué tenía que hacerle eso? ¿No había obtenido ya suficiente de él?

Jungkook no podía entregarle más, ya no tenía nada.

—¿Por qué dices eso? —preguntó Namjoon con suavidad.

Jungkook se alejó de él, casi enfermo por la cercanía de otro alfa que no era suyo, pero que deseaba que lo fuera.

Por primera vez se sintió infiel hacia Taehyung.

Nunca se acostó con Namjoon, ni siquiera se habían besado, pero él quería a ese hombre; de una forma extraña, que se convenció era producto de su tristeza, y no quiso llamar de diferente manera además de amistad.

Namjoon era su amigo, nada más que eso.

Aún así, sintió que todos sus sentimientos eran demasiado para dos hombres que tenían pareja.

HE USED TO BE MINE (KTH&JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora