CAPÍTULO XII

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Las palabras de Namjoon se repetían una y otra vez en la cabeza de Taehyung, intentaba entenderlas, darles un significado, pero no pudo.

¿Qué fue lo que quiso decir? Dejó salir un montón de incongruencias que sólo él mismo entendía.

Habló de su lugar en el trono, de cómo no le pertenecía, pero eso no tenía sentido porque sus ancestros ganaron ese trono para él. Hacía muchos años hubo una guerra sangrienta por el poder, los altos mandos se negaron a aceptar una omega en el trono e hicieron que la hermana menor de esta, una alfa, se levantara en su contra hasta matarla, fue así que su familia obtuvo la corona.

La leyenda decía que nadie vio el cuerpo de la reina derrotada, solía decirse que ella logró salvarse y siguió con su vida.

¿Pero eso en qué afectaba a Namjoon? Él no era más que un esclavo que usaba el apellido Kim porque los dueños de sus padres pertenecían a ese clan, si conocía la historia era porque Jungkook y su familia le permitieron estudiar. Lo más seguro era que Namjoon tuviese alguna especie de idea errónea en la que debía quitarle el trono.

Aunque eso no le importaba mucho, podía dejarlo pasar, lo que hizo que hirviera de rabia fueron sus palabras al hablar de Jungkook. Le aseguró que dejaría todo por él, que su omega lo amaba y lo deseaba, que lo eligiría siempre.

Eso lo llevó a sobrepensar en todo.

Especialmente en la vez que Jungkook le dijo que quería tener un alfa que le ayudara en sus celos. Sintió una oleada de celos al imaginar que Namjoon era ese alfa y ellos ya estaban involucrados en una forma más íntima.

Se convenció de que eso era imposible casi de inmediato.

Él se mantuvo cerca en todos los celos de Jungkook, atraído por este, y Namjoon nunca estuvo ahí. Además de que el olor del alfa jamás se impregnó en la piel de su esposo como se suponía que lo haría si ellos se vieran sexualmente involucrados.

El aroma no mentía.

Esa era una de las razones por las que la gente se sonrojaba cuando ellos dos llegaron al palacio, Jungkook siempre olía a él de esa manera tan íntima que sólo se lograba en la cama.

Era una mezcla de sus olores más dulces y suaves que nunca, de su excitación, su placer.

Jungkook no olía así desde mucho tiempo atrás, era imposible que se hubiera acostado con alguien, y todavía menos probable que ese alguien fuese Namjoon, pues ese alfa tenía un olor tan fuerte que lo dejaba impregnado en casi cualquier cosa sin el mínimo esfuerzo.

Era repugnante.

Así que no pudo entender a qué se refería con todo ese discurso extraño.

—¿Qué habrá querido decir ese imbécil? —susurró.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos de golpe cuando sintió una mordidita en el cuello. Se quejó apenas y miró hacia su regazo, donde descansaba Jungkook. Tenía los ojos cerrados, pero una mueca de disgusto en la cara, además de que se había incorporado lo suficiente para morderle el cuello.

—Hueles mal —se quejó Jungkook.

Taehyung rio con cariño y vio fascinado el puchero que mantenía en los labios. Su aroma se endulzó al instante, dejó atrás todas sus preguntas para concentrarse únicamente en el hombre en sus brazos.

—Lo siento —dijo y le besó la sien.

Jungkook suspiró feliz y se acurrucó más contra él.

—No pienses en ese imbécil —pidió en voz baja—, sólo piensa en mí.

HE USED TO BE MINE (KTH&JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora