¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Omnisciente
Ambos se separaron después de un ratos. Sus respiraciones estaban demasiado agitadas, pero eso no les importó, solo tenerse el uno a el otro. Pero Peter sabía que el amor es una debilidad, pero para Atenea era todo lo contrario, para ella el amor era una fuerza que no se rompía con nada, solo si uno dejaba de sentir algo por el otro. Ese amor de romperia.
Atenea no sabía ni que decir de lo nerviosa que se encontraba en ese momento.
—Es mejor que vayamos ya con los demás —hablo por fin Peter como si nada hubiera pasado.
Enojando a Atenea, era lo que le molestaba de el, que después de algo hacia como si nada pasará.. Ella asintió y fue tras de el para ir con los niños, quienes estaban hablando en grupos.
— Pan, tenemos que hablar —el rubio se apareció enfrente de Peter.
— Vamos rápido —hablo y ambos caminaron lejos de ahí.
Atenea seguía mirando hacia donde habían ido, bajo la mirada y vio como Erick se dirigía a ella.
— ¿Estas bien? —le preguntó acercándose a ella.
— Si, no te preocupes —le sonrió débilmente.
Por otro lado estaban Peter y Félix hablando.
— Henry llegará pronto —murmuro Peter.
— Si lo se, ¿pero no crees que ellos vendran? ¡Es obvio que salvarán a Henry y si no tienes ese corazón no hay salida —le recordó Félix a Peter.
— Ya lo se, Félix. Pero sea como sea tendré ese corazón en mis manos, cueste lo que cueste y sabes perfectamente que Peter Pan nunca falla —le recordó ahora a el rubio.
— ¿Te besaste con la peli negra verdad? —Félix río.
— No claro que no, que asco —negó con asco.
Por otro lado la peli negra había escuchado todo aunque estuviera con los niños, ¿le daba asco a Peter? Bajo la mirada pero sabía que debía controlarse.
— Aja "asco" clarito los vi —volvió a reír.
— Estas alucinando, solo es una niña que no sabe ni siquiera lo que es el amor —dijo con asco.
<<Idiota>> Pensó Atenea.
Se seco rápidamente las lágrimas que habían salido para intentar voltear a otro lado. Después de un rato de estar sentada observando a los niños bajo un árbol llegaron los dos.
