Canción: Hell's Coming With Me - Poor Man's Poison.
Fue un día de trabajo como siempre. Todo iba genial.
Me encontraba sola en la sala de mando. Vox estaba en una reunión y me había dejado a cargo de todo.
Una taza de café vacía en el escritorio al lado de mi móvil. Le había mandado un mensaje a Charlie de que me habían amenazado si no me quedaba a trabajar por la noche.
La pobre se había preocupado pero la mentira coló perfectamente.
La pantalla del ordenadoe principal empezó a parpadear. Fruncí el ceño y mi reacción fue mirar detrás de mí, a veces Vox me hacía bromas de ese tipo. Pero no había nadie.
Suspiré y intenté arreglarlo pero nada funcionaba. No entendía nada. De repente, un correo entrante en la cuenta que había en el ordenador.
De: 69696969@heavenmail.com
Para: VTV@voxtech.comTengo un trabajo que puede evitar que los V sean víctimas de ataque alguno en el próximo exterminio.
Sede del Cielo, Torre del reloj. Hoy a las 16:00. En persona.
Fruncí el ceño.
Qué broma de mal gusto. ¿Se supone que debería avisar a Vox?Estaba plantenádome qué hacer cuando la puerta se abrió. Me levanté de golpe y antes de que Vox se quejara de que estaba cansado de la reunión le señalé la pantalla. Se acercó a leer en silencio.
Y dio un puñetazo en la mesa.
- ¿Qué es esto? -pregunté.
- Un mensaje perfecto para ignorar -dijo él, frotándose la cara con una mano.
- ¿Por qué te ha llegado a ti si es para los V? -pregunté- ¿No se supone que tendría que llegar en el correo de la empresa?
- El remitente nos conoce -dijo él dejándose caer sobre su silla de escritorio. Se dio una palmadita en el muslo. Sabía que siempre que hacía eso era porque estaba muy estresado. Pocas eran las veces que Vox me suplicaba contacto físico sin segundas intenciones.
Me senté en su muslo y apoyé mi cabeza suavemente sobre el borde de su pantalla, él me pasó una mano por la cintura y yo arreglé el cuello de su camisa.
- ¿Y qué haremos? ¿Ir?
Él estuvo callado un momento.
- Sí -dijo- Pero yo no puedo ir -murmuró.- Demasiado trabajo. Y no quiero que piensen que me tienen ahí tan fácilmente como quien llama a su perro.
Hubo silencio. Yo estaba pensando.
- Val y Vel no han recibido este mensaje porque probablemente lo ignorarían. Quizá podemos salir beneficiados de esto.
- Pero -empecé a habla, su mano en mi cintura- Este tipo de oferta... ¿El Cielo está tan corrupto como para ofrecernos esto?
Él se encogió de hombros.
- Por lo que parece -dijo él. Su mano libre sobre uno de mis muslos.
- Serás mi representante.- Nunca he visto a un ángel pero viendo como va la cosa no creo que les guste que no vayas tú -dije.
Él movió la silla con las piernas, empujándose. Me apreté a su cuerpo para no perder el equilibrio.
- Firmaré un documento. No pueden quejarse. Es normal que haya representantes. Probablemente no haya nadie muy importante esperándote a ti.
Asentí, un poco confundida.
- O sea, voy a la sede del Cielo, hablo con quién tenga que hablar, anoto su oferta y les digo que les daremos una respuesta.
Vox asintió. Mirándome con cierto afecto mientras aún me sujetaba.
- Ojalá fuese tan fácil, cariño. Pero creo que querrán una respuesta rápida. Puede que seas tú quién tenga que elegir. Confío en tu criterio.
Mi corazón se aceleró.
- Pues yo no confío en mi criterio -dije con una leve risa- Nos voy a meter en un lío.
- Bueno -respondió- Si te dan la opción de tener margen de tiempo para responder, lo hablaremos con los demás, obviamente. Mientras tu vayas, yo los hablaré de todas formas. No tengo ganas de tener a esos dos cabreados conmigo.
Asentí. Le di un beso en el borde de la pantalla, dónde estaría su mejilla, él cerró los ojos unos momentos y me resultó adorable.
- Pues -murmuré- Eso haré.
Todo se estaba complicando. Primero el Hotel... debería mentalizarme de que debía pasar bastante tiempo allí para mantener la credibilidad. A la vez, mi trabajo como asistente personal seguía, y ahora una reunión que nos ofrecía la posbilidad de no tener que escondernos en el exterminio.
Los V solían ponerse en su ático y esperar al final dd este. El Cielo no solía atacar entidades tan poderosas. Pero sí a sus trabajadores y rangos inferiores. Protección para toda la Torre V nos daría la opción de no tener que buscar nuevos empleados. Y no tener que prepararnos para luchar en el caso de necesidad.
Vox me dio un suave beso antes de que me levantara y lo dejase trabajar. Me despedí de él con calidez para ir a prepararme. Quedaban 45 minutos para la hora acordada. Fui a ponerme un uniforme más formal y prepararme una bolsa con las cosas que iba a llevarme. Mayoritariamente documentos de la empresa y, lo más importante, la identificación que me designaba como representante de los V y mencionaba todos mis puestos dentro de VoxTech desde que había empezado a trabajar hasta mi función como asistente personal de uno de los V.
Intenté calmar mis nervios y salí en dirección a mi destino.
Hacía bastante que no salía simplemente a pasear. Eso no era un paseo pero sí se sentía como uno. La violencia y depravación típica del infierno en las calles me sacaron una sonrisa. Me recordó a mis primeros meses en ese lugar.Aún con los nervios a flor de piel. Llamé a la puerta de la sede del Cielo, en el centro de Ciudad Pentagrama. Constaba con la torre del reloj que indicaba cuántos días quedaban para el próximo exterminio. En ese momento quedaban un poco menos de seis meses. Lo habían adelantado.
Las puertas se abrieron solas y yo avancé por el lujoso lugar, semejante a un palacio, hasta llegar a una habitación oscura cuyas puertas también se abrieron. Vislumbré una mesa. Di un paso en el interior de la habitación, era más bien una sala muy amplia con una mesa en el centro. Las puertas se cerraron de golpes dejándome sumida en completa oscuridad. Iba a darme la vuelta cuando oí un sonido extraño.
- ¿Hola? -murmuré- Soy la representante de los V, asistente de Vox. Ha recibido vuestro mensaje -hablé con claridad. Intentando sacar los papeles que me acreditaban en la oscuridad.
De repente, se abrieron las luces, deslumbrándome. Me hice visera con una mano mientras intentaba enfocar la vista hacia las dos figuras, una mucho más alta que la otra, que había en la mesa. El alto sentado, la baja de pie a su lado.
- ¿Hola? -repetí al instante en que la luz se abrió, todavía sin ver muy bien.
Una voz que no había oído nunca y que juraría que no podía ser de un ángel habló.
- Oh, me cago en la puta, es guapa -dijo.
Empecé a ver bien.
La figura baja tenía un cuerpo similar al de una mujer y una máscara igual que la de los exorcistas, yo ya los había visto antes, pero en todos mis años trabajando para VoxTech me había salvado de morir en los exterminios.
Le dio un codazo al ángel alto, iba vestido de amarillo y blanco, no era un excorista pero parecía alguien importante. Llevaba una máscara parecida a la de su compañera pero con cuernos más grandes y un extraño halo sobre su cabeza.Este reaccionó al instante, asintiendo con cara de "hay que hacer bien mi trabajo", me miró frunciendo el ceño.
- ¡Y una polla! ¿Cómo que no han tenido los huevos de venir en persona?
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The Masochism Tango || Vox x Lectora
Fiksi PenggemarUn día despiertas en el infierno y te das cuenta que has muerto. Qué putada, menos mal que tu no-vida sigue siendo tan caótica como siempre. Sobretodo cuando te dan a elegir entre vender tu alma o morir por segunda vez.