Mamá

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—¿Qué fue lo que te dije? —preguntó Jungkook por décima quinta vez a Namjoon.

—Soo debe despertar no más de las diez de la mañana, su desayuno está listo y sólo debo calentarlo, debo darle un baño después y de ahí en fuera el día es de nosotros sin olvidar que debe hacer alguna actividad que lo ayude a su aprendizaje —rodó los ojos—, parece que es la primera vez que lo dejas conmigo, Kook.

—Me acostumbré tanto a dejarlo con Jimin que olvido que sabes sobre esto —se excusó.

Jungkook acomodaba su corbata frente al espejo que había a un lado de la puerta de su apartamento.

—Por cierto, ¿qué pasó con Jimin? ¿por qué no pudo cuidarlo hoy? Sé que son vacaciones por festividades en su guardería, pero siempre que puede cuida al pequeño torbellino.

—Tuvo que salir temprano a hacer algo importante y no tiene hora de llegada —intentó no pensar en ello. Le dolía no poder acompañarlo en ese instante tal vez importante para el pelinegro.

—Así cambian las cosas. ¿Puede venir Jin? —sonrió.

Jungkook dejó de mover su corbata y fue por su maletín al comedor. Revisó bien sus papeles dentro, haciéndose un poco el distraído.

—Si tú y tu novio prometen cuidar bien de mi hijo y no distraerse, sí.

—Prometido y anotado —dio un asentimiento con la cabeza y lo señaló con el dedo índice.

Jungkook asintió con la cabeza igual que él. Llevó su maletín en mano.

—Llegaré temprano, no quiero seguir más horas en la oficina en mi último día de trabajo antes de vacaciones —suspiró.

—Unas cuántas horas y serás libre.

Soo salió del pasillo, tallaba sus ojitos mientras arrastraba sus piececitos.

—Papi, no te vayas —se quejó con voz enternecedora.

Jungkook dejó su maletín en el piso y se acercó al menor, se puso de rodillas dándole un beso en su frente.

—Hoy es mi último día, cariño. Después tendrás a papá exclusivamente para ti por muchos días. Podremos jugar, pintar, cantar, bailar, todo lo que quiera mi hermoso solecito —dio un toque en su naricita—. Ahora papá debe ir a trabajar, ¿sí? Volveré cuando el palito pequeño esté en el número doce y el grande en el seis. Cuando regrese te tengo una sorpresa que estará acompañada de Jimin, solecito —dijo mientras veían el reloj de la sala y Jungkook señalaba las manecillas del reloj con sus dedos.

—O más fácil, cuando tío Namjoon te diga que son las doce y media y es hora de que papá llegue a casa —interrumpió—. No atormentes a Jungsoo con eso del reloj, todavía es pequeño para eso.

—¿A los cuántos años comenzaste a aprender el reloj, Namjoon?

—Como por los seis.

—Y por eso es mejor aprenderlo desde antes si no quieres terminar con tu tío —dijo Jungkook para Soo haciéndolo reír.

Namjoon lo imitó con mímica y una cara burlona por lo que dijo anteriormente.

[ . . . ]

«Sólo respira, caminas, tocas la puerta y esperas».

Eran las palabras que se repetía mentalmente desde hace tres años cuando se encontraba fuera de la que alguna vez fue su casa. Y de lo que no podía hacer, terminando dándose la vuelta por completo y regresando a su casa, para meterse a la cama y dormir intentando olvidar un poco su realidad y si falta de valentía que según él tenía.

sweet little creatures 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora