sweet little creatures 𐙚 kookmin.

Sueños

Jungkook y Jungsoo finalmente llegaron a la casa de la madre de Jungkook, después de 1 hora y 30 minutos manejando.

En cuanto Jungkook abrió la puerta trasera del auto, Jungsoo salió corriendo al ver a su abuela en la puerta de la casa.

—¡Abu! —corrió con los brazos abiertos hacia ella.

Haneul lo recibió con los brazos abiertos y una gran sonrisa, cargándolo entre sus brazos.

—¡Mi niño hermoso! —llenó su carita con muchos besitos pequeños—. ¿Cómo estás cariño? —preguntó con un tono de voz más agudo.

—Bien, abu.

Jungkook llegó con ellos y con la mochila de Soo, esa mochila que siempre se quedaba en el auto para los días que salieran y que estaba llena de juguetes y peluches.

—Sí, mamá estoy bien. Gracias por preguntar —dijo rodando los ojos y con una sonrisa en los labios.

Haneul inmediatamente sonrió y besó su mejilla.

—Oh, mi vida. No te sientas menos querido, está bien que quiera más a mi nieto, pero eso no significa que no te siga amando —dijo aguantando la risa.

—Eso es lo bueno —rio, sabía que su madre siempre solía jugar con él y sobre su amor hacia los dos. Era claro que amaba a ambos por igual, inclusive no le molestaría que ella amara más a su hijo que a él.

—Vamos adentro, deben de tener mucha hambre, ¿no es así cariño? —volteó a ver a Soo, quien llevó una manita a su pancita haciendo movimientos circulares para después hacer un puchero—. Bien, vayamos adentro.

Jungkook entró después de su madre y de Soo. Haneul sentó al pequeño en su sillita especial que tenía especialmente para él cuando lo visitara mientras servía la comida, Jungkook dejó su mochilita en el sofá, se quitó su saco y lo puso en el pechero de la sala. Se acercó a Soo y acarició su cabecita, después fue a la cocina para ayudarla.

—Oh, amor. Ve a sentarte, debes de estar cansado del trabajo y de venir hasta aquí.

—No creo que me canse de más si me acerco a ayudarte, mamá. Has hecho mucho por mí de pequeño y todavía en la adolescencia, ahora déjame hacer cosas por ti —besó su mejilla, le quitó los dos platos que tenía en las manos, llevándolos al comedor.

Haneul llegó con el platito de Jungsoo y su vasito de astronautas con jugo de durazno.

—Siempre tan dedicado y lindo que eres, amor. Viendo por lo demás y dejándote a un lado... no puedo creer que Chaekyung...

—Así déjalo, mamá. No me gusta que se toque ese tema con Soo presente —mordió su labio por dentro y se dispuso a comer en silencio.

Dentro de Jungkook había dolor y rencor hacia Chaekyung y todo lo que vivió con ella en su pasado. Pero más, lo que hizo con Soo, eso jamás lo perdonaría, es por ello que siempre prefiere olvidarla y olvidar que alguna vez ella estuvo en sus vidas.

—Lo siento, amor.

—No te preocupes, sé que no era tu intención.

—¿Ya conseguiste una guardería para mi niño? —cambió el tema antes de ver a Jungkook decaído.

—Finalmente ya la tengo, me costó bastante encontrar una adecuada que me diera confianza, hasta que Namjoon me recomendó una y terminé aceptando.

—Hubiera sido más fácil si no te hubieras mudado tan lejos. Te dije que estaba bien si te quedabas aquí con Jungsoo.

—Claro que hubiera sido mucho más fácil. Eres la mejor para cuidar a mi hijo, pero sabes que yo quería un lugar para nosotros dos, un cambio después de todo lo que viví antes. Aparte de que encontré un buen trabajo ahí y pudo sustentar muy bien a Jungsoo —tomó su mano—. Extraño estar contigo, mamá. Te amo y no quiero que pienses que me fui por otra cosa.