Osito

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—¿Ya llegó papá?

—Aún no, mi cielo. Acaba de pasar un minuto desde que lo preguntaste —revolvió su cabellito.

—Ya quiero ir con mi abu y que me dé abracitos, besitos y dulces y-y... y más cosas —elevó sus bracitos al aire.

—Estaremos con tu abu en menos de lo que piensas, bebé —sonrió—. ¿Quieres ayudar a papi en cambiarte tu ropita? Quedaste muy sucio por jugar con los niños en el jardín, bebito.

—Sip, papi.

Jimin le dio el conjunto de ropa, Soo lo agarró con cuidado de no tirar nada al piso, sacó su lengüita en lo que intentaba acomodar las cosas en sus pequeños brazos. Era signo de su concentración, a Jimin siempre se le hizo tierno, era el mismo gesto que Jungkook hacía cuando aparcaba el auto o hacía cuentas mentales.

Ya al tenerlos acomodada la ropa en sus bracitos, entró al cuarto de baño del piso de abajo.

—Si necesitas algo estaré aquí, cielo.

—Sip —asintió antes de cerrar la puerta.

Después de diez minutos y un Jimin un poco arrepentido por dejarlo cambiarse solo, el niño salió del baño. Su playerita estaba puesta al revés, al igual que sus tenis, tenía el tenis derecho en el pie izquierdo y el izquierdo en el pie derecho. Jimin se llevó una mano a su frente con una sonrisa.

—Ven, cielo. Déjame ayudarte.

Soo caminó hasta él, casi se caía por culpa de sus tenis, Jimin casi salía corriendo para evitar que impactara contra el suelo, por suerte no fue así y logró estabilizarse.

Jimin se arrodilló frente a Soo, quedando su altura. Sacó su playerita y cambió el lado de la espalda al frente, donde debía ir. Le pidió sentarse en una de sus piernas, el menor lo hizo, Jimin desabrochó sus tenis y los sacó de los pies incorrectos, estaba poniéndolos de nuevo, ésta vez correctamente cuando Jungkook dio sus ya distinguidos golpes en la puerta.

—Kook, tienes llaves —gritó tan alto como pudo para que pudiera escucharlo detrás de la puerta.

Tal parece que fue así cuando escuchó el ruido de unas llaves contra la cerradura y después la puerta abrirse con una voz que amaba.

—¿Me extrañaron? —sonrió.

—¡Mucho, papi! —Jungsoo salió corriendo a los piernas de su papá, dándole un fuerte abrazo. Jungkook lo cargó y le dio varios besitos en sus mejillas, después lo puso de nuevo en el suelo.

Jimin lo esperaba con una sonrisa. Teniéndolo libre, dio un casto beso en sus labios.

—También te extrañé.

Jungkook besó su sien.

—Es hora de irnos, amores. No quiero llegar tarde a casa de mamá alias la abuela de Soo. Voy por tus cosas, amor. Trae las de Soo, ya sabes dónde ponerlas —Jimin asintió, Jungkook entró a la casa y subió las escaleras, sabía que Jimin nunca dejaría sus cosas en la sala o en la entrada, siempre en su habitación. Y sí, ahí estaban.

[ . . . ]

El auto tenía una bella vocecita de fondo por todo el trayecto. Soo no paraba de cantar sus canciones infantiles. Jimin y Jungkook quedaron en silencio, era tierna la voz del pequeño y les alegraba el momento. No querían arruinársela a él, así que lo dejaron seguir cantando.

Estaban por llegar a la casa, eran unas cuantas calles que recorrer.

Estrellita, ¿dónde estás? me pregunto qué serás.

sweet little creatures 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora