VIII. Vulnerable

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Odiaba sentirme de esta forma, sentir miedo de algo tan estúpido como revisar el buzón de voz en mi teléfono

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Odiaba sentirme de esta forma, sentir miedo de algo tan estúpido como revisar el buzón de voz en mi teléfono.

Escucha, put-

Zorra de mier-

Mataré a toda tu jodida famil-

Pedazo de mierda chupa ver-

Odiaba esto, era como una maldita historia de terror que me estaba acostumbrado a escuchar. No paraba de dar vueltas en la cama mientras revisaba los mensajes que llegaban. Los mensajes en mis redes sociales eran peores. Tendría que cerrar mis redes y de paso cambiar mi número de teléfono.

Me levanté de la cama mientras dejaba mi celular ahí. Estaba harta de esta situación. ¿Por qué tenía que ser yo quien tenía que cerrar sus redes? ¿Por qué tenía que ser yo quien cambiara su número? ¿Qué acaso para esos idiotas era tan difícil dejarme tranquila?

El tono de llamada empezó a sonar. No quería hablar con nadie, pero aún así me obligué a mí misma a contestar la llamada de la mejor forma posible. No necesitaba que él supiera de lo que estaba pasando. Suspiré algo resignada mientras contestaba la llamada.

- Hola, cariño. ¿Cómo van las cosas por allá?

- Muy bien, papá.

- Me alegra escucharlo, pero ese no es el motivo por el cual te llamo.

Su tono de voz dulce pasó a ser frío y cortante. Claro que ese no es el motivo.

- ¿Pasó algo malo en casa?

- No, no ha pasado nada malo. Es solo que últimamente tus amigos no paran de venir a preguntar por ti.

Mierda.

- ¿En serio?

Tenía que mantenerme tranquila. No podía dejar que él se diera cuenta o las cosas saldrían mal, muy mal.

- Sí, sabes es curioso, ninguno de ellos parecía saber que hace poco más de dos meses no estás aquí.

Tienes que decir la verdad.

No puedo. Si él lo descubre, el juego se acaba.

Recuerda que la mejor mentira es la que usa la verdad.

- Tienes razón, ninguno lo sabía.

- ¿Por qué no les dijiste nada?

- Recuerdas que antes de irme te dije que estaba enojada con ellos y no nos hablamos.

- ¿No les dijiste nada solo por orgullo?

- Sí.

Por favor, trágate esa mentira y no vuelvas a preguntar por el tema.

- ¿Y qué pasa si te llaman?

- Ya veré qué hacer.

- ¿Tienes algo más que decirme?

Una nueva oportunidad de amar |Jack RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora