X. ¿Por qué haces esto?

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Me encontraba de pie frente al enorme tanque de cristal, observando maravillada cómo los peces de colores danzaban entre las algas y las rocas

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Me encontraba de pie frente al enorme tanque de cristal, observando maravillada cómo los peces de colores danzaban entre las algas y las rocas. La luz del sol se filtraba a través del agua, creando un juego de luces y sombras hipnotizantes en el fondo del tanque, un escenario hermoso a mi parecer.

A mí lado, estaban Ethan y Viv qué estaban absortos en la contemplación de una colorida variedad de peces tropicales, hablando muy entusiastamente sobre sus colores y comportamientos.

Y pensar que no quería venir, me está divirtiendo mucho.

O eso fue hasta que me di cuenta que Ross me veía con un poco de preocupación, Viv y Ethan cada vez que me veían algo callada hacían bromas, de todo tipo.

Un ejemplo de ello fue cuando me quedé callada viendo a los peces payaso.

Entonces Ethan hablo:
"Mira Lía, encontré a Nemo" dijo mientras sonreía y señalaba un pez.

Y Viv no fue la excepción cuando señaló a un pez cirujano azul diciendo que dori se había perdido.
Y fue así que de repente, me había dado cuenta de que la salida al acuario no había sido simplemente una idea espontánea para pasar un buen rato, sino que había sido planeada con el propósito de distraerme de mis problemas.

Fue entonces que una de mezcla de gratitud y decepción llenó me abrumo por completo, no pude evitar mirar a Ross, quien me devolvió la mirada con comprensión en sus ojos.

Sin decir ni una palabra, Ross se acercó a mi y me tomó suavemente de la mano, llevándome a otro lugar mientras Ethan y Viv estaban distraídos viendo unos cuantos peces tropicales.

Inesperadamente el agarre de la mano de Ross sobre la mía me transmitía un mensaje de apoyo silencioso.
Ross y yo nos sentamos en una banca que vimos, al principio no sabía de que hablar con el, o eso fue hasta que una pregunta curso silenciosamente por mi cabeza.

-Ross, ¿puedo preguntarte algo?

-Por supuesto, Lía. ¿Qué pasa?

-¿Por qué haces esto?

-¿De que hablas?

-¿Por qué te tomas la molestia de hacer todo esto por mí? Lo de hoy en el acuario, y todo lo demás.

-Somos, amigos y además a Ethan y Viv les pareció una buena idea venir al acuario.

-Ross no hace falta, que sigas mintiendo, por Viv, no estoy enojada.

-¿Cómo lo supiste?

-No hay que ser muy inteligente, para saberlo, desdé que llegamos Viv y Ethan se la pasan haciendo chistes de todo tipo cuando me ven callada y tú no paras de mirarme con preocupación.

Ross se quedó callado, al parecer no sabía que contestarme o como decirlo.

-Es por eso que te pregunto, ¿Por qué te tomas la molestia de hacer esto por mi?

Ross pensó un poco antes de hablar y cuando por fin se decidió a hacerlo soltó un suspiro.

-Bueno, supongo que es porque eres importante para mí. No soporto verte sufrir y simplemente quedarme de brazos cruzados.

No entendía por qué lo hacía, ¿Acaso se sentía obligado a hacer esto?

-Pero no tienes ninguna obligación de hacerlo. Podrías haber pasado el día con Ethan y Vivian, divirtiéndote sin preocupaciones.

-Sí, podría haberlo hecho, pero preferí estar contigo. No me gusta verte mal, Lía. Quiero estar ahí para ti, apoyarte y ayudarte a superar todo lo que estés enfrentando, tal como tú lo has hecho conmigo.

-Pero no es justo para ti. No deberías tener que lidiar con mis problemas, teniendo tú los tuyos propios.

La situación empezaba a abrumar, no lograba comprender por qué hacia esto y cual era su motivo.

-Lía, escúchame. No lo hago porque me sienta obligado, tenga un motivo oculto o porque quiera ser un héroe. Lo hago porque me importas, porque eres mi amiga y quiero verte feliz. Así que por favor, déjame estar aquí para ti, ¿de acuerdo?

Tal vez, solo por esta vez me permitiría confiar en el y en sus palabras.

Con el paso del tiempo y sus acciones me daría cuenta si fue una buena decisión confiar en el.

- ... Gracias, Ross. Significa mucho para mí, el que quieras quedarte a mi lado.

-No hay de qué. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase. Somos amigos, ¿recuerdas? Y los amigos se apoyan mutuamente en los momentos difíciles.

Dijo mientras me dio una palmadita en la espalda.

En ese momento, me di cuenta de que no estaba sola, que mis amigos estaban ahí para mí en mis momentos de necesidad, dispuestos a ayudarme a superar cualquier obstáculo que se interpusiera en mi camino.

Cuando volvimos al sitio donde estábamos antes vivimos que Ethan y Vivian seguían admirando los peces, mientras hablaban entre ellos, Viv y Ethan tenían un leve sonrojo cuando sus manos se rozaron accidentalmente, algún die ese par terminaría juntos.

Y mientras tanto Ross y yo los veíamos de lejos.
Fue inevitable que Ross me preguntará sobre que habia pasado con todo el asunto de mis redes y teléfono con una pocas lágrimas rebeldes que se escapaban de mis ojos, termine confesándole a Ross todo sobre el acoso que había estado recibiendo en las redes sociales, así como las amenazas y los insultos que me habían dejado el como me habían dejado varios sentimientos en los que predominaba la vulnerabilidad y el miedo.

Ross escuchó atentamente, cada palabra que dije y al final termino ofreciéndome su hombro para que me apoyara y fue entonces que mi vista fue hacia nuestras manos, haciendo que me diera cuenta que ya llevamos un rato tomados de estás.

Ross escuchó atentamente, cada palabra que dije y al final termino ofreciéndome su hombro para que me apoyara y fue entonces que mi vista fue hacia nuestras manos, haciendo que me diera cuenta que ya llevamos un rato tomados de estás

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Al final de su confesión, Olympia sintió un enorme peso levantarse de sus hombros, como si finalmente hubiera liberado las cadenas que la habían estado atando. Y aunque sabía que su camino hacia la sanación sería largo y difícil, también sabía que no estaría sola en

este viaje, que tendría a Ross y a sus amigos a su lado, listos para ayudarla a encontrar la luz al final del túnel.

Con una sensación de alivio y renovada determinación, Olympia separo su mano de la de Ross y se unió a Ethan y Vivian, quienes la recibieron con sonrisas cálidas y abrazos reconfortantes. Juntos, continuaron explorando el acuario, sabiendo que, pase lo que pase, siempre tendrían el apoyo incondicional de sus amigos para guiarlos en su camino.

Y fue hacia que tres meses más pasaron, en la vida del encantador grupo de amigos.

Una nueva oportunidad de amar |Jack RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora