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Taerae y Ricky caminaban hacia la cafetería, el mayor noto que Ricky iba un poco más cerca de lo normal y no pudo evitar sonreír, incluso sus hombros rozaban, había pasado 1 semana desde que habían dado el paso de tomarse las manos.

— ¿Qué comprarás? — Taerae preguntó, pues ya se encontraban cerca de la cafetería.

— C-creo que compraré una malteada si es que no te molesta — Taerae frunció el ceño.

— Ri, ¿Cómo me molestaría por una malteada? — Taerae sintió que su corazón se hizo pequeño, Ricky tenía una grave problema de autoconfianza — además, debes alimentarte bien, bonito.

— E-es-que, no lo se. — Ricky agachó la cabeza, sonrojado por el apodó que le dijo el alto.

Taerae negó y tomó la mano del menor, entrelazando sus deditos y acariciando el torso viendo como este solo lo observaba.

— Nunca me molestaría contigo lindo, simplemente no puedo — Taerae le sonrió y las mejillas de Ricky se sonrojaron más de lo que estaba.

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Kim y Shen tomaron una mesa dentro de la cafetería, ya no estaban tomados de las manos pero Ricky quería tomarla, la mano de Taerae era muy calida y suave.

— R-rae — Ricky dijo en un tono muy bajo y el mayor no tardó en voltear.

— Dime, lindo, ¿Quieres irte? ¿Es mucha gente para ti? — Ricky negó.

— Y-yo quiero tomar tu mano — el menor se sonrojo y agachó su rostro.

— Oh, está bien — Taerae busco la mano de Ricky y la entrelazó por encima de la mesa — puedes tomar mi mano sin mi permiso.

Ricky asintió y con sus manos tomó la mano de Taerae, acariciandola y jugando con uno de sus anillos, el mayor no pudo evitar sonreír de ternura.

— Entonces, ¿Quieres una malteada verdad? — Ricky asintió — okey, también te compraré un sándwich, en la mañana dijiste que no desayunaste.

Ricky asintió de nuevo, no estaba prestando atención, el estaba muy concentrado en jugar con la mano de Taerae.

— Voy a ordenarlo, espérame aquí — Taerae avisó y con cuidado dejo la mano de Ricky sobre la mesa.

Luego de unos minutos Taerae llegó con la comida y la colocó en la mesa, Ricky tomó su malteada de fresa y el su café, pero el menor no tomo el sándwich.

— Toma y comelo Ri — Taerae le hablo pero Shen se negó.

— No tengo hambre Taerae.

El mayor negó y dejo su café para luego comenzar a partir en trozos pequeños el sándwich y dirigirlo hacia la boca de Ricky.

— Abre — Taerae hizo un sonidito gracioso y Ricky rio abriendo su boca para tomar el bocado.

— Gracias — Ricky se sonrojo y agachó su rostro, todo esto era nuevo para él, su corazón se aceleraba y sus mejillas se coloreaban, se sentía bien, se sentía amado.

— Lo comerás todo Ri, quiero que comas bien — Taerae acarició su mejilla y Ricky no se alejo, incluso sonrió cuando lo hizo, confiaba en Taerae.

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Taerae y Ricky regresaron al salón de clases después del timbre, el menor fue hacia su lugar y Kim hacia el suyo, ambos estaban muy lejos.

Ricky levanto su mano y susurró el nombre de Taerae quien de inmediato volteó.

Shen se sentaba sólo debido a la cercanía de las personas, pero ahora quería que Taerae ocupará ese lugar, así que solo apunto al asiento de su lado y el mayor asintió tomando sus cosas para ir hacia él.

— G-gracias — Kim negó y acomodo sus cosas.

Ricky tomó la mano de Taerae sorprendiendolo al ver que este entrelazó sus manos y empezó a acariciar el dorso del mayor.

— Ugh, Tae, estás tocando al rarito — uno de sus compañeros dijo y Taerae rechino sus dientes.

Ricky intento alejar su mano pero Taerae no lo dejo.

— Que te importa imbécil, y que sea la última vez que lo llames de esa forma — Taerae ardía en enojo, le molestaba que la gente tratara así a su algodón de azúcar.

— Tu no me vas a decir que hacer Kim — esa fue la gota que derramó el vaso para Taerae.

Se levantó y tomó del cuello al chico, estrellando su espalda contra la pared.

Ricky se levantó y tomó del brazo a Taerae, no queria verlo pelear, y menos si es por su culpa.

— Escúchame bien idiota, si veo que lo tocas, lo miras o incluso respiras a su lado, te juro, pero te lo juro en verdad que te las verás conmigo — Taerae lo aventó hacia las sillas haciéndolo caer y ver al chico asentir antes de salir corriendo a su lugar.

Ricky tenía sus ojitos llorosos, Taerae se volteó y lo vio.

— Lo siento bebé, no me gusta que hagan eso.

Taerae lo atrajo por su brazo sin apretarlo con fuerza y lo abrazo sintiendo a Ricky esconderse en su cuello.

— No puedo evitar enojarme cuando esos imbéciles te dicen esas cosas, perdóname — Kim acaricia delicadamente la cabellera del más bajito.

— Gracias — Ricky sonrió y abrazo un poco más a Taerae, sintiendo las manos de este bajar a su cintura y apretarlo con algo de fuerza.

— Te mereces lo mejor del mundo, lindo.

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Lentos Brinquitos [Rirae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora