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En una mañana típica de clases, los pasillos de la preparatoria zumbaban de actividad mientras tanto alumnos como profesores se apresuraban a sus respectivas aulas. Entre el bullicio de conversaciones animadas, risas y bromas llenaban el aire, reflejando la energía juvenil del lugar.

Un trío de chicos se destacaba entre la multitud, compartiendo risas mientras se concentraban en la pantalla de un teléfono móvil. La conversación que tenían parecía continuar un tema anterior, con un flujo rápido de palabras y bromas improvisadas. En medio de la charla, uno de ellos dirigió una pregunta intrigante a su amigo:

"Entonces, Seok, ¿te atreverás?" Las miradas expectantes del duo dejaban claro que estaban ansiosos por la respuesta.

Con una sonrisa enigmática, Seokjin respondió: "No me agrada de quién se trata, pero supongo que será interesante".

Justo en ese momento, el profesor hizo su entrada en el aula, poniendo fin al bullicio y dando inicio a la jornada de estudio. La atmósfera vibrante de la preparatoria se desvaneció momentáneamente mientras los estudiantes se centraban en el comienzo de la lección.

Durante una reunión amistosa la noche anterior, mientras compartían anécdotas sobre sus experiencias amorosas, el trío de amigos se sumergió nuevamente en el mundo de las apuestas, pero esta vez, decidieron traspasar los límites establecidos. Sin embargo, con el influjo de copas y el ocasional consumo de drogas leves, las ideas comenzaron a fluir libremente, llevándolos a explorar rincones de su imaginación antes desconocidos y desencadenando pensamientos más audaces y temerarios. Jugar con los sentimientos del que se viera más idiota y gay.

Entre los estudiantes de la clase, había uno que destacaba por su seriedad y astucia, a pesar de su fachada de estudiante modelo y becado. La ceguera hacia las disparidades económicas, tan común entre los jóvenes de la preparatoria, suscitaba cierto desdén, atribuible en gran medida a la arrogancia de algunos padres. Kim NamJoon, conocido por ser el mejor alumno de su clase, personificaba esta realidad. Su vestimenta, varias tallas más grande debido a la falta de recursos para prendas a medida, pasaba desapercibida, eclipsada por los gastos prioritarios en colegiaturas y libros.

Moreno y de estatura moderada, NamJoon no destacaba por su apariencia física, pero su inteligencia y habilidades académicas lo convertían en una figura notable. Sin embargo, como suele ocurrir cuando se profundiza más allá de la superficie, su encanto exterior palidecía frente a las realidades más profundas de su vida. Y eso, sin duda era un punto que SeokJin no pasó por alto al recapacitar bajo sus cinco sentidos.

Los rumores y especulaciones sobre una improbable conexión entre NamJoon y SeokJin se esparcían como fuego en un campo seco, alimentando una narrativa absurda pero persistente que los unía en una suerte de destino compartido, aunque la realidad misma parecía contradecir esta idea.

La clase finalmente llegó a su fin con el sonido del timbre que anunciaba el tan esperado primer receso, y el profesor concedió a los alumnos el permiso para abandonar el aula. Entre los estudiantes, destacaba uno en particular: NamJoon, quien solía ser el último en salir, quizás para evitar el tumulto y las aglomeraciones en los puertas y pasillos.

SeokJin avanzaba con nerviosismo hacia el joven de tez canela, consciente de que su presencia aún no había sido notada. Con un carraspeo de garganta, intentó captar la atención del muchacho, quien detuvo sus actividades al percatarse de su llegada.

Los ojos curiosos de NamJoon examinaron detenidamente al imponente joven de cabello oscuro, sin emitir palabra alguna pero dejando claro su interés en la presencia del otro.

La incertidumbre apenas asomó en la mente de SeokJin mientras pronunciaba el nombre "NamJoon", aunque tal duda parecía insensata, considerando la notoriedad del individuo en las conversaciones de los profesores.

𝐁𝐄𝐓 ©Where stories live. Discover now