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El jueves amaneció con una atmósfera extraña. A pesar de ser un día más en la semana, el instituto se sentía distinto, como si una nube de rumores se extendiera por todos los pasillos. No importaba en qué grupo estuvieras o en qué rincón intentaras esconderte, todos hablaban de lo mismo: la pelea de Seokjin el día anterior.

Al entrar al instituto, Seokjin pudo sentir las miradas, aunque la mayoría intentaba ser discretos. El chico más popular y guapo del colegio había perdido el control, pero nadie esperaba menos de él, pues lo ocurrido no había sido ni la cuarta vez que pasaba. Pero las cosas tuvieron que haberse descontrolado para que ocurriera nuevamente. Se rumoreaba que había sido una pelea brutal, que Seokjin había explotado de ira contra un chico que ni siquiera se atrevía a mirarlo a los ojos. Algunos decían que era por Namjoon, otros simplemente atribuían la explosión a la presión de ser Seokjin.

Seokjin caminaba por los pasillos con la cabeza alta, fingiendo que no le importaba lo que se decía de él, pero por dentro la mezcla de ira y confusión lo estaba consumiendo. El día anterior, Kibum lo había ayudado a deshacerse de parte de esa ira, como siempre lo hacía. Su presencia había sido reconfortante, pero no lo suficiente. Ella sabía cómo provocarlo y distraerlo, pero no era la solución a sus problemas. Estar con Kibum le daba una sensación de control que no podía tener con Namjoon. Sin embargo, era solo una máscara, y Seokjin lo sabía.

Al llegar a su clase, algunos compañeros se voltearon a mirarlo. Un murmullo se extendió cuando tomó asiento, pero ninguno se atrevió a decir nada directamente. No era solo por su popularidad, sino por la magnitud de lo ocurrido. Seokjin había sido impecable en su imagen pública, siempre el chico perfecto, pero ayer todo eso había caído.

“¿Es verdad que casi lo matas, Seokjin?” preguntó uno de los chicos desde el fondo, su tono bromista pero lleno de curiosidad.

Seokjin lo miró, sin molestarse en responder, mientras se sumergía en sus pensamientos. ¿Qué había pasado con él? La pelea, la ira descontrolada, todo apuntaba a algo más profundo. Y lo sabía bien: la razón detrás de esa explosión no era el chico con el que peleó, sino Namjoon. Su presencia, sus emociones reprimidas, la lucha interna por mantener su fachada mientras sus sentimientos por Namjoon crecían, todo estaba destruyéndolo.

Durante el almuerzo, el ambiente seguía cargado. Seokjin se sentó con su grupo de amigos, quienes intentaban distraerlo hablando de su fiesta de cumpleaños, pero se atribuian preguntas sobre lo que todo el mundo hablaba, pero él simplemente evadía responder mientras comía. Las invitaciones ya se habían extendido por todo el instituto, y prácticamente todos esperaban asistir a la gran fiesta de Seokjin.

“¿Estás listo para la gran noche, Seokjin? Escuché que todos están emocionados por la fiesta,” dijo uno de sus amigos con una sonrisa exagerada.

Seokjin asintió, forzando una sonrisa mientras su mente seguía perdida. Pero sus pensamientos se detuvieron abruptamente cuando vio a Namjoon en el comedor, sentado junto a Yoongi. Esa cercanía, esa facilidad con la que Namjoon sonreía junto a su amigo, le provocó una punzada en el pecho. Seokjin no podía soportar verlo así, tan tranquilo, cuando él estaba al borde del colapso.

Namjoon lo notó, sus miradas se cruzaron por un segundo. Era una conexión tan sutil pero tan cargada de significado. Seokjin sintió que su corazón se aceleraba, sabiendo que el momento de hablar con Namjoon estaba cerca. Ya no podía seguir evitándolo. Había intentado distanciarse, y la pelea lo había desviado aún más, pero esa confrontación con Namjoon era inevitable.

Sin embargo, en el momento en que Seokjin decidió levantarse para acercarse a Namjoon, Yoongi comenzó a hablar más enérgicamente. Namjoon rompió la mirada con Seokjin y se volvió hacia su amigo, riendo ante algo que Yoongi acababa de decir. Esa interrupción, ese simple gesto, fue suficiente para detener a Seokjin en seco.

𝐁𝐄𝐓 ©Where stories live. Discover now