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Al día siguiente, Seokjin estaba emocionado al hablar con sus amigos sobre el éxito de su broma en la apuesta. Se rió mientras recordaba cómo Namjoon había caído completamente ante el beso que le había dado.

"Les juro que pensé que no se lo creería en absoluto, pero al final resultó que sí, ¡y hasta me dijo que también le gustaba! Es un iluso" Compartió SeokJin con un gran entusiasmo mientras rememoraba los eventos del día anterior.

Jimin y JungKook se unieron a las risas, pero la diversión se detuvo abruptamente cuando Namjoon entró en la habitación. Afortunadamente, él no escuchó nada y se sentó en su lugar sin mirar a Seokjin.

La hora de clase llegó, pero ¿saben qué? ¡Ni siquiera hubieron clases! El profesor se encontraba incapacitado de último momento y no pudo venir al instituto. Quizás Seokjin y sus amigos no lo sabían, pero para Namjoon fue una verdadera tortura no poder voltear y ver a Jin, no saber qué estaba haciendo, si le estaba sonriendo o si esperaba que él le hablara. La ausencia del profesor significó que los alumnos tenían que quedarse en sus aulas, lo que hizo que la hora de clase se sintiera aún más larga. Finalmente, cuando sonó el timbre, Namjoon salió corriendo hacia los baños, pero para su sorpresa, se encontró con Seokjin allí también. Lo vio mojando sus manos en el lavabo y mirándolo de vez en cuando, lo que hizo que Namjoon se sintiera aún más nervioso y tímido ante su presencia.

"Anda, ¿por qué te fuiste tan rápido? ¿No quieres pasar tiempo conmigo? Me dijiste que te gustaba, ¿no era cierto?" Seokjin lanzó una ráfaga de preguntas, aún concentrado en lo que hacía, lo le volteaba a ver, pero su voz salía mas marcada y profunda, denotaba seriedad en todo momento, lo que provocó una clase de incomodidad en el más joven.

"De ninguna manera. Estabas con tus amigos, y yo solo necesitaba ir al baño" aseguró en tartamudeos, frotando nerviosamente sus manos.

"Oh, vamos. No esperas que crea eso, ¿verdad?" Sonrió mientras le volteaba a ver. NamJoon lo miró a los ojos, revelando su mentira en los propios. Porque, sinceramente, sus intentos de escape se debían al recuerdo del beso que SeokJin le había dado.

NamJoon ajustó sus lentes y se arregló el flequillo, sintiendo cómo este le picaba los ojos si no lo hacía. Más consciente de haber sido descubierto en su mentira, relajó sus músculos tensos y su expresión solo reflejó vergüenza.

Seokjin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pero se recuperó rápidamente, viendo a NamJoon a los ojos con igual intensidad.

"Veámonos en la salida, ¿de acuerdo?" Se acercó a NamJoon y deslizó sus dedos por la mandíbula del joven, añadiendo: "Podemos dar un paseo o simplemente puedo acompañarte a casa".

NamJoon se apartó lentamente, titubeando antes de hablar.

"Lo siento, pero no creo que pueda. Tengo algunas tareas que hacer y mi mamá no me dejará", explicó con la cabeza gacha. SeokJin solo rodó los ojos. Resultó ser más aburrido de lo que esperaba.

SeokJin se mofó internamente de NamJoon, considerándolo un tanto ridículo y aburrido. A pesar de fingir comprensión, le brindó un ligero roce de labios, simulando afecto y amabilidad. En su percepción, NamJoon era notablemente ingenuo y vulnerable, susceptible de ser aprovechado por cualquiera.

Sin embargo, la realidad era todo lo contrario. Aunque NamJoon daba la impresión de ser pasivo, en realidad era audaz y estaba profundamente enamorado. Sin embargo, el apuesto y aparentemente imbécil chico no lograba comprender los sentimientos que NamJoon guardaba por él desde hacía mucho tiempo.

Al final, no llegaron a un acuerdo sobre nada. NamJoon se preguntaba si Seokjin todavía lo acompañaría a casa, aunque empezaba a dudarlo. Con una mezcla de preocupación y ansiedad, se encaminó hacia donde esperaba encontrar al mayor, esperando no tardar mucho en hallarlo.

"Parece que tiene un montón de tareas pendientes, y para colmo, está bajo el cuidado de mami, así que no llegamos a ningún plan." comentó con un chasquido de lengua, acompañado de una risa fingida. Sus amigos se unieron a la risa mientras limpiaban lágrimas de risa falsas al escucharlo.

"Es un completo idiota" murmuró Jimin con desdén, apagando la risa que aún flotaba en el aire. Estaba a punto de lanzar otra broma cuando notó que alguien se acercaba, interrumpiendo la atmósfera relajada. Giró ligeramente la cabeza y, con una sonrisa burlona, señaló hacia atrás" . Ahí viene tu amorcito.

Las risas de Jimin y JungKook llenaron el ambiente mientras Seokjin se volteaba lentamente. Ahí estaba Namjoon, avanzando con pasos dubitativos, su presencia inesperada lo desconcertaba. ¿Qué podría querer ahora? Seokjin se acercó a él, sin perder la calma, esperando que las palabras del más joven aclararan la situación.

"S-Seokjin... al final... ¿qué quieres hacer con respecto a la salida?" balbuceó Namjoon, su voz cargada de una mezcla de nerviosismo y expectativa. El eco de su inseguridad parecía más fuerte que sus palabras, pero Seokjin lo escuchó claro.

Seokjin lo observó por un momento, su mente calculando. Era evidente que Namjoon estaba jugando con fuego, y el atrevimiento del chico de piel morena le arrancó una sonrisa. Sin prisa, dejó que el suspenso se apoderara de los segundos antes de responder, disfrutando del desconcierto en los ojos de Namjoon.

"Haré ambas cosas" declaró finalmente, con una seguridad que solo él podía proyectar. Al ver la confusión de Namjoon, continuó ":Hoy saldremos juntos después de clases, y después te llevaré a casa.

Los ojos de Namjoon se agrandaron en sorpresa, incapaz de procesar cómo las cosas tomaban un giro inesperado. Sabía que no podía cumplir con lo que Seokjin pedía, ya se lo había dicho antes, pero antes de que pudiera protestar, Seokjin lo cortó con firmeza.

"Y no aceptaré un 'no' por respuesta."

El rubor se apoderó de Namjoon al instante, mientras asentía rápidamente, sin atreverse a contradecir. El solo pensar en enfrentarse de nuevo a Seokjin lo aterraba, y prefería mantener el control que el mayor tenía sobre él. Así, el resto de las clases transcurrió como un suspiro, hasta que finalmente ambos se encontraron en la salida de la preparatoria.

Seokjin, indiferente al ritmo vertiginoso de lo que estaba naciendo entre ellos, simplemente disfrutaba el momento. Mientras tanto, Namjoon, con el corazón latiendo fuerte en su pecho, se sentía perdido en la compañía de Jin, incapaz de notar las sombras que se cernían sobre sus sentimientos.

La tarde transcurrió entre risas y momentos despreocupados. Seokjin llevó a Namjoon a los juegos del parque, compartiéndole anécdotas de su vida llena de travesuras y bromas, aunque siempre cuidando de no revelar más de lo necesario.

Finalmente, cerraron el día con un helado, el sabor elegido: chocolate, por supuesto. El sol ya comenzaba a ocultarse, tiñendo el cielo de colores cálidos, lo que le recordó a Namjoon que era hora de volver a casa. Con un gesto de caballerosidad que parecía casi rutinario, Seokjin se ofreció a acompañarlo, aunque la casa de Namjoon estaba apenas a unas cuantas cuadras del parque.

"Aquí es" dijo Namjoon, dándole un pequeño lametazo a su helado mientras señalaba su hogar. Seokjin echó un vistazo rápido a la casa modesta pero decente, y luego desvió su atención hacia Namjoon.

"Bien" murmuró, como si ese monosílabo escondiera más de lo que dejaba entrever. Namjoon, dispuesto a agradecerle y entrar, no esperaba lo que ocurrió después. En un movimiento sorpresivo, Seokjin lo tomó de la cintura, acortando la distancia entre ambos y sellando sus labios en un beso feroz, cargado de pasión. Seokjin parecía disfrutar del control que tenía sobre el cuerpo de Namjoon, mientras el más joven se convertía en un manojo de nervios ante el contacto, incapaz de ocultar lo mucho que lo desbordaban esos momentos. Este era el segundo beso, más íntimo y cargado de intensidad que el primero.
Poco a poco, sus labios se separaron. Seokjin sonrió al ver las mejillas de Namjoon encendidas, con el rubor esparciéndose en su rostro. Por un segundo, la idea de entrar en la casa y llevar las cosas más allá cruzó la mente de Jin. Sin embargo, ese pensamiento se vio interrumpido bruscamente cuando la voz fuerte de la madre de Namjoon resonó desde el interior, preguntando en voz alta quién estaba fuera de su casa.

"Maldita sea, tanto esfuerzo para nada" pensó Seokjin, conteniendo su frustración mientras retrocedía, consciente de que su momento había sido interrumpido abruptamente.

Namjoon creía que Seokjin era lo mejor que le había pasado en la vida.

𝐁𝐄𝐓 ©Where stories live. Discover now