El lunes había llegado con su habitual agitación, y el instituto volvía a llenarse de estudiantes que arrastraban mochilas y anécdotas del fin de semana. Namjoon caminaba hacia su casillero, su mente divagando entre los recuerdos de la celebración adelantada para Seokjin. Aunque el gesto había sido de su corazón, la respuesta fría de Seokjin aún lo atormentaba.
Desde aquella noche, las cosas entre ellos no habían vuelto a ser como antes. Seokjin, aunque seguía en el instituto, parecía estar más ausente que presente en la vida de Namjoon. No era que estuviera ignorándolo de forma deliberada, pero el tiempo que pasaba con sus amigos había crecido exponencialmente, y sus interacciones con Namjoon se habían reducido a saludos cortos y ocasionales mensajes. Kibum, quien no era parte del instituto, había captado una buena parte del tiempo libre de Seokjin, dejando a Namjoon en un limbo silencioso, observando cómo la distancia entre ambos crecía.
Pero Namjoon no estaba solo, no completamente. En medio de esa extraña marea de alejamiento, alguien había comenzado a resurgir en su vida. Yoongi, un viejo que siempre había tenido un aire distante y reservado, se había acercado de nuevo. Namjoon recordaba los días en que ambos habían compartido un gusto mutuo por la lectura y las conversaciones pausadas. Sin embargo, con el paso de los años, habían tomado caminos diferentes. Aún así, Yoongi había empezado a aparecer en los mismos lugares donde Namjoon solía estar, como si el destino les estuviera dando una segunda oportunidad.
Esa mañana, mientras Namjoon cerraba la puerta de su casillero, se encontró con Yoongi a unos metros de distancia, con esa expresión despreocupada y tranquila que siempre lo caracterizaba.
"¡Namjoon!" llamó Yoongi, acercándose con una pequeña sonrisa, algo rara de ver en él. "¿Cómo estuvo el domingo?"
Namjoon sonrió, aliviado de que al menos alguien en el instituto mostrara interés en su vida. "Ha sido... extraño, pero bien. ¿Y tú? ¿Cómo te ha ido todo?" Pese a que tuvieron un reencuentro el sábado, Yoongi era pausante y sabía mantener la intriga de seguir hablando y no precisamente con tanta frecuencia.
Yoongi se encogió de hombros, como si no le diera mucha importancia a la pregunta. "Lo de siempre. Pero oye, he estado viendo que últimamente en la semana que pasó andas un poco solo. No lo quise mencionar en la llamada que tuvimos pero ¿Todo bien?" Namjoon se sorprendió por la pregunta directa. Sabía que Yoongi no era del tipo que andaba curioseando en la vida de los demás, lo que hacía esa preocupación aún más significativa.
"Sí, es solo que... bueno, Seokjin ha estado ocupado" respondió, tratando de no parecer demasiado afectado. Pero Yoongi lo conocía lo suficiente como para entender que esas palabras ocultaban mucho más.
"Entiendo" dijo Yoongi, mirando de reojo los pasillos llenos de estudiantes. "A veces pasa. Si necesitas compañía, ya sabes dónde encontrarme."
Esa frase, aunque simple, caló hondo en Namjoon. No había rastro de lástima en la voz de Yoongi, solo una invitación sincera. Y así, sin más, comenzaron a pasar más tiempo juntos. Primero fueron almuerzos casuales en la cafetería, luego caminatas después de clase, y eventualmente, largas conversaciones sobre todo y nada. Namjoon sentía que Yoongi le ofrecía un respiro, una relación sin expectativas ni complicaciones, algo que necesitaba desesperadamente en ese momento.
Mientras tanto, Seokjin, ajeno a los cambios en la vida de Namjoon, se encontraba cada vez más inmerso en su propio círculo social. Sus amigos, al enterarse de la apuesta que Seokjin tenía con Namjoon, no hacían más que echar leña al fuego, insistiendo en lo divertido que sería ver hasta dónde llegaría todo. Lo animaban a seguir adelante con Kibum, a disfrutar de su tiempo lejos de las "ataduras" que Namjoon representaba, aunque ninguno de ellos entendía la profundidad de los sentimientos de Namjoon.
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𝐁𝐄𝐓 ©
Fanfiction© BET 01052024 Cuando Seokjin, el popular de la preparatoria, acepta jugar con los sentimientos del reservado Kim Namjoon, desata una apuesta que lo lleva al borde de lo desconocido, donde descubre que el precio del desafío puede ser más alto de lo...