01. Gracias, Piquet

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Sergio y Max están fastidiados de guardar las apariencias.

Verstappen está cansado de su lobo aullando incansablemente por conseguir la atención del bonito y atractivo hombre mexicano. Mientras que Pérez está muy agotado de no poder actuar como su instinto se lo dicta cuando está cerca de su compañero de escudería.

Checo está harto de jadear durante sus celos incansables, por la ayuda de Max. Emilian está fatigado de utilizar su propia mano, rogando y anhelando bestialmente por alguna vez, poder sentir a Michel a su alrededor, apretándole tan fuerte y sensualmente como para jamás querer salir de él.

Pérez está hastiado de romper moderadamente la dieta con tal de subir un poco de peso y verse más bonito. Verstappen está extenuado de trabajar aún más duro en sus entrenamientos con tal de verse más marcado y fuerte, más imponente.

Pero ambos tiran la toalla cuando Horner les llama la atención por incumplir con las normativas de pesaje impuestas para conducir. Sergio baja de peso y Max vuelve a subirlo.

Ambos se ven igual de atractivos. Pero siguen igual de ciegos y temerosos como para romper la amistad que les costó trabajó recuperar y sanar en el pasado, y perderlo todo.

Sergio sólo quiere ser el omega de Max. Emilian sólo anhela a Michel como su esposo y madre de sus cachorros.

—Maxie, ¿estás escuchándome? —Kelly Piquet chasquea los dedos delante del rostro de Max.

Sería más sencillo si fueses tú, Piquet. Pensó el neerlandés. Agobiado.

—Estoy escuchándote.

—Claro que no. Parece que cada que menciono a Checo, pierdes tu concentración —Se cruza de brazos, apoyando un poco de su peso sobre una de sus piernas — Deberías ser más sutil si no quieres que se de cuenta — Sonríe tierna y divertidamente la mujer de hebras azabaches.

—Ahora ya no sé, si puedo seguir fingiendo querer sólo su amistad —Se encogió de hombros — ¿Acaso no lo has visto? Luce tan hermoso — Un puchero se postra en los belfos de Verstappen — Alguien me lo robará.

—Max, nadie te robará a Sergio —Palmea su hombro, intentando alentarlo — No es un objeto — Sin embargo, no fue su mejor intento.

—Me refiero a alguien.

—Ah.

Kelly aparta su mano del hombro de Max.

—Pues sí no quieres eso, deberías comenzar a actuar, ese hombre se te va a ir si no ocupas tus encantos para enamorarlo —Incitó al más joven a intentarlo.

—Es sencillo para ti, Kelly. Sólo mírate. Al menos Carola jamás te dijo que te parecías a un perezoso de caricatura con un espantoso nombre —Se justificó el neerlandés. Acobardándose nuevamente al recordar la vez en el que Ricciardo lo puso en ridículo frente a Pérez.

—Sid es encantador.

—No me ayudas.

—No dramatices Max. Checo no fue el quién te dijo Sid, sino Ricciardo —Recordó.

—Pero Checo se rió de mí.

—No exactamente de ti, sino del chiste.

Verstappen hizo otro puchero.

—Preferiría correr a 300km en la recta más larga de Imola y sin frenos, qué a decirle la verdad a Sergio y perder su amistad —Aseveró decidido y firme. Asombrando a Piquet por su extraña cobardía.

—Así que, ¿prefieres morir realmente, qué a morir metafóricamente? Eres todo un caso perdido, Emilian —Aseguró Piquet. Divertida.

—Quizás sólo deba aceptar que jamás podré ser más que su compañero de escudería y amigo... —Su ánimo decayó nuevamente, siendo aún más notable que momentos atrás — Lo peor es que ni siquiera entro en la lista de mejores — Bufó — Detesto todo esto. Saber que jamás podré sostenerlo entre mis brazos y abrazarlo sin tener que explicarle el motivo por el que lo hago.

𝐀𝐍𝐓𝐎𝐋𝐎𝐆𝐈́𝐀: 𝐜𝐡𝐞𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora