01. Está buena, ¿no?

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Inspirada en el clip que subió la escudería austriaca donde Jo y Checo hablan en español.

Inspirada en el clip que subió la escudería austriaca donde Jo y Checo hablan en español

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Jo y Sergio eran grandes amigos, inseparables. A donde quiera que fuera el piloto mexicano su compatriota le seguiría, aún si se iba al cielo u al infierno.

Por eso, alguien como Jo aunque avergonzado no se abstendría a hacerle una que otra broma tras verse en la penosa obligación de presenciar la bochornosa escena entre la dupla de la escudería austriaca.

Hubiera esperado a encontrárselo de nuevo, pero su ínfima intención se vio tapada por la imprudencia.

Hubiera esperado a encontrárselo de nuevo, pero su ínfima intención se vio tapada por la imprudencia

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No podía evitarlo.
Ninguno de los dos hombres podía detenerse y ponerse a pensar que, lo que estaban haciendo era inaceptable dentro del lugar en el que estaban.

En la sala de espera donde comúnmente hacían las dinámicas de marketing, con los reporteros a varios metros de distancia pero lo suficientemente cerca como para escucharlos en caso de que elevaran la voz, y con los trabajadores rondando por allí. Olvidando haber asegurado la puerta por su necesidad de profanarse y probarse.

Checo quería a su alfa metiéndose en su interior, llenándole no sólo con su ancho y largo miembro sino también con su grande nudo y semilla caliente. Tenía 34 años, quería una buena y enorme familia (motivado por su precelo y época fértil).

Ambos se estaban esforzando no sólo para hacer cabalgar al contrario y saltar en el otro, sino también en acallarse y hacer el menos ruido posible. Intentaban apurarse.

—Rá-rápido Checo —Apenas es capaz de coordinar sus palabras con sus pensamientos.

Sergio continúa cabalgando, mordiéndose el labio y reprimiendo sus sonidos obscenos pero que eran remplazados por el choque de sus pieles sudada.

—Apenas si sigues mi ritmo, leoncito —Se apoyó del respaldo del sofá, inclinándose un poco, arqueando su espalda y siguiendo empalmándose con constancia y confianza.

El alfa dejó ir la cabeza hacia atrás, mostrando la glándula de enlace sin marcas. El omega ronroneó excitado de sólo pensar en clavar sus pequeños caninos y rasgar la piel de su destinado.

𝐀𝐍𝐓𝐎𝐋𝐎𝐆𝐈́𝐀: 𝐜𝐡𝐞𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora