16. inoportuna

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Los cabellos rubios desordenados tapaban un poco su cara, y entre sueños hacían que le picara la nariz. Se rascaba cada cierto tiempo pero no era suficiente para despertarla de su profundo sueño, después de todo, había tomado bastante en la fiesta. Sin embargo, Enzo miraba la escena, embobado. Apartó con cuidado el pelo y ello le permitió ver mejor su rostro dormido.

No había pasado nada entre ellos, pues Maga había bebido y Enzo se rehusaba a que la primera vez que se acostaran fuera con ella fuera de sus sentidos. Era algo obvio, pero algo que a una Maga borracha fue muy difícil de explicar.

Por ahora, se había conformado con dormir entre los brazos de Enzo, apoyando su cabeza en el pecho de él, algo que en verdad él también agradecía pues no había vista más bonita en su opinión.

Pensó en lo increíblemente inoportuna que era la llegada de esta chica a su vida.

"Quien no lo sepa ya lo aprenderá de prisa, la vida no para, no espera, no avisa."

Eso decía Drexler, y tenía razón. Era bastante ilógico por parte de Enzo esperar que la vida fuera tranquila solo porque él lo esperaba. Si bien el no quería volver a estar con alguien en un buen rato, quería a Maga más de lo que se podía imaginar que lo haría.

"Tantos planes, vueltos espuma. Tú, por ejemplo, tan a tiempo y tan inoportuna"

Muy inoportuna, demasiado. Había pensado en, quizás, un par de años sin involucrarse con nadie, pero llegó ella y sus planes se desvanecieron.

Nada le avisó y ella tampoco tuvo la intención de enamorarlo, solo ocurrió.

Y por ahora, no lo cambiaria por nada.

— Mmmm.

Eran a penas las 8 de la mañana de un sábado y la muchacha había dormido solo unas cuantas horas, sin embargo, sin saber como explicarlo, sintió l intensa mirada de Enzo.

— ¿Qué tanto me mirás?

Él sonrió ante la voz somnolienta de la chica, que, además, aún no abría los ojos.

— Perdóname, es que te ves hermosa durmiendo.

Maga sonrió, abrió los ojos un momento para contemplar a aquel hombre tan condenadamente hermoso del que ahora era novia.

— Vos sos hermoso incluso cuando estás en modo stalker.

El mayor soltó una carcajada.

— Linda manera de ponerlo, che.

La rubia se acomodó para estar más cerca de su cuerpo y abrazarlo fuerte. Él acarició su cabello.

— Casi no me creo que esto esté pasando.— soltó ella
— ¿Qué?
— Esto, estar contigo y poder abrazarte y besarte.

Maga aprovechó de volver a besarlo, y juró que jamás se podría cansar de esos besos.

— Sos tan linda, que cuesta creer que sos real.
— Mirá quien lo dice.— dijo ella— Por poco no sos una combinación de Sandro en su mejor momento y de Flynn Rider.

El mayor rió y se incorporó en la cama.

— Hay mucho que desempacar aquí.— dijo — priemro, ¿sos fan de Sandro?
— ¿Tú no?
— Que gustos particulares que tenés.
— ¿Me vas a negar que es un gran artista?
— No, para nada, pero me parece gracioso que tu repertorio pase de Los Beatles a Plan B y hasta Sandro.

La rubia hizo un ademán de sentirse halagada.

— Gracias, la verdad es que mis amplios gustos raros son mi motivo de orgullo y mi personalidad entera.

maga || enzo vogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora