18. valiente

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Pocas cosas lograban poner a Maga tan feliz como leer la la primera pregunta de un examen y saber exactamente como la respondería.

En ese minuto se encontraba dando su primer examen parcial del año, que se trataba de Derecho Procesal.

Había pasado un par de semanas pegada como chicle a Enzo, casi no dándose un respiro el uno del otro. Pasaban ya mucho tiempo juntos en las entrevistas o eventos y el tiempo que no ocupaban en eso lo ocupaban juntos en el departamento, no arriesgándose a ser vistos.

Pero en cuanto Maga se dio cuenta que tenía su examen parcial, empezó a ponerse a estudiar.

Enzo, que genuinamente le interesaba lo que la chica estudiaba, pero que no entendía mucho, se ofreció a ayudarla a estudiar, quedándose muchas madrugadas en vela escuchándola mientras ella intentaba enseñarle la materia a él para así comprobar que la sabía.

El estudio claramente había rendido frutos, por lo que la chica respondió toda su prueba feliz y segura de cada una de sus respuestas.

Apenas terminó su examen, lo entregó y salió de la sala.

A su alrededor la gente pasaba y pasaba, pero nadie paraba a saludar.

Tenía unos pocos conocidos en la facultad y aún más pocos amigos, que en realidad los consideraba como tal porque a parte de compartir apuntes, alguna que otra vez tomaban un café juntos.

El tema de Ramiro, se supo desde el momento en que ella puso la denuncia contra él, sus amigos se encargaron de que toda la facultad supiera que Maga lo había denunciado, e inventaron que ella mentía y solo quería que lo expulsaran porque estaba resentida.

No le sorprendió cuando la gente la comenzó a ignorar por completo, ya era bastante difícil para ella relacionarse con las personas en la Universidad, pero esto la hundió. Se quedó con su pequeño grupo de amigos en el que, en realidad, no tenía ningún amigo con quien hablara fuera de la facultad, pues no tenían muchas cosas en común. De todas maneras agradecía que la dejaran ser parte, y que no tuviera que pasar sus ventanas o sesiones de estudios eternamente sola.

En fin, el punto era que ese día o única amiga con la que compartía el curso de Procesal había decidido no presentarse al examen y darlo en recuperativo, por lo que Maga se enfrentó sola a las miradas que la juzgaban.

Caminaba por los pasillos de la facultad para poder llegar a la puerta e irse a su casa. Lo único que quería, después de haber estado toda la noche despierta, era echarse al lado de Enzo, abrazarlo y dormir.

Sonrió al recordar como prácticamente lo tuvo que obligar a acostarse cuando dieron las 4 de la mañana.

— Necesitás seguir estudiando, y además que alguien vigile que no quedés dormida.

El mayor decía todo esto muy convencido, pero con los párpados pesándole de manera tan clara, que a veces los ojos se le cerraban solos.

Maga rió y acarició su mejilla.

— Hiciste suficiente por mi, ahora andá a dormir, te lo merecés.

Y si bien casi no hubo caso, después de asegurarle que se pondría 10 alarmas y que no se quedaría dormida, Enzo puso su cabeza en la almohada y quedó profundamente dormido.

La chica adoraba que fuera tan compañero, y amaba pasar ese tiempo con él.

Siendo la típica tonta enamorada que se separa unas horas de su novio y ya lo extraña, se dispuso a seguir su camino hacia la salida de la facultad para ir a su casa y verlo.

De pronto, antes de llegar a salir, una chica la detuvo.

— ¿Vos sos Magdalena Silva?
— Si...

Confirmó su identidad con un poco de desconfianza, no recordaba haber visto a esa chica jamás y temía que quizá fuera una de las "fans" de Ramiro, que quedaron devastadas cuando él se fue de la facultad.

— Que bueno que te encuentro.— dijo la chica con una sonrisa — Mirá, soy parte del colectivo UniFem, Universitarias Feministas.

La rubia no había escuchado jamás hablar de ese colectivo, el único colectivo feminista que siempre se hacía oír estaba constituido de un montón de chicas que en su vida habían abierto un libro de feminismo y que además eran encubridoras de Ramiro, pues él era muy amigo de ellas.

La muchacha debió notar la confusión de Maga, pues de inmediato le aclaró.

— Es un colecto presente en todas las facultades de la Universidad, menos en esta.— dijo ella— Y por ello quiero armar un núcleo que sea parte del colectivo, representando a las estudiantes de Derecho.

Aquello le parecía genial a Maga, pero aún no comprendía porque le hablaba de todo esto.

— Mirá, por ahora soy solo yo, no conozco a nadie aquí, pero supe lo de tu caso.— dijo ella— y vi el comunicado del otro colectivo defendiendo a tu agresor, y creo que es inaceptable, alguien tiene que velar por los derechos de las mujeres acá.

Maga sonrió y asintió.

— Me siento igual la verdad, es sorprendente que en una facultad como esta haya tan poco movimiento feminista.
— Exacto, por ello te quería preguntar si te interesaría ayudarme con la formación de UniFem Derecho.

La rubia quedó un poco sorprendida, mas halagada a la vez.

Tuvo el primer instinto de decir que no, que había pasado por suficiente maltrato y que si accedía lo mas probable era que la martiricen aún más.

Sin embargo, se detuvo a pensarlo unos segundos y concluyó que si ella, con su caso que toda la facultad ya sabía, no daba una especie de ejemplo, la iniciativa podría fracasar.

Este era un paso en la dirección correcta, además en la dirección a la cual quería que fuera su vida.

— Está bien, hagámoslo.

De ahí en adelante, supo que no tenía porque estar sola. Y se lo haría saber a todas las demás mujeres de la facultad.

Al llegar a casa vio a Enzo dormido en la misma posición en la que lo dejó. Sonrió y se sentó a su lado en la cama para acariciar su pelo.

El chico despertó y aún adormilado, sonrió al verla.

— ¿Como te fue?
— Increíble, resolví todos los casos y las preguntas de desarrollo con seguridad.
— Me alegro mucho.

Se sentó un poco en la cama para poder acercarse a ella y darle un beso corto pero intenso.

Al separar lo miró y reflexionó nuevamente en el hombre tan maravilloso que tenía delante suyo.

— Enzito.
— Decime.

Ella dudó un segundo en si hacerlo o no, pero sabía que él jamás le diría algo malo, y merecía saber lo que estaba a punto de hacer.

— Hoy una chica me preguntó si la ayudaría a formar un colectivo feminista en la facultad.

Él asintió, esperando a que ella terminara de contarle.

— Y lo voy a hacer, siento que es tan injusto que la única organización que hay son puras amigas de Ramiro y que lo han defendido.— dijo ella— ya todos saben quien soy y la denuncia que hice, por eso siento que tendré más alcance para que las chicas que hayan sido violentadas o que estén hartas del machismo en esta facultad, se unan.

Enzo la vio con admiración. A veces no podía creer lo increíble persona que era Maga, no solo eso sino inteligente, graciosa y apasionada por defender lo que creía justo. Amaba la persona que ella era y casi que no se terminaba de creer el hecho de que ella gustara de él.

— Sos increíble, la persona más valiente y luchadora que conozco.

Maga no sabía cuánto necesitaba oír eso, saltó a abrazar a su novio y lo besó.

Con él a su lado apoyándola se sentía aún más segura de que su decisión era la correcta.

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perdón si está un poco aburrido, pero ya viene la acción, tranqui uwu

maga || enzo vogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora