La venganza de Beatriz

Capítulo 10. Si salgo con Luis, con Pedro o con Juan.

Betty.

Me besó.

El maldito hombre tuvo las agallas de besarme. Me tocó sin previo aviso.

Y me gustó.

¡Dios! Daniel Valencia es un hombre hermoso, con las facciones más varoniles y pulcras que he visto en mi vida. Nadie se le ha comparado nunca.

El beso, ese pequeño roce de sus labios y los míos, hizo que todo se sacudiera en mi. Me hizo anhelar más, me hizo imaginarme cosas por el resto de la tarde.

Don Armando llegó tan solo dos minutos después de que Daniel Valencia se haya ido de la oficina, y antes de que yo le informara que habia pasado, él tomo la llamada de "No puedo revisar tu plan de negocios"

— Betty, ¿pasó algo con Daniel Valencia aquí? — sabía que había cámaras en mi oficina, por qué a pesar de que Don Armando me había dicho que no las había, sabía que existían. Mireya indicó donde estaban en su diario.

— Sí, Doctor.— dije tímida. — el Doctor Valencia trató de besarme y lo amenacé. Le dije que dejara en paz su plan de negocios antes de que le armara un escándalo. — le dije la verdad por qué al final él la sabía, no tenía caso mentir.

— Beatriz, ¿a usted le gusta Daniel?— preguntó sin rodeos.

— No Doctor, no me gustan los hombres como él. En realidad, no tengo experiencia en ese aspecto. — Le mentí a la cara por qué al final él tenía ya una imagen de mi, debía seguirla y protegerla. Era la única manera en la que podría defenderme de él.— En realidad, no creo que esté interesada en las personas en general.

— Muy bien Beatriz. — Don Armando me ve un poco incrédulo, pero nada expectante. — Lo importante es que desistieron de revisar el plan de negocios y por fin me va a dejar trabajar.

Don Armando sale de mi oficina y me deja ahí parada, son saber si lo que ha pasado estoy bien o mal.

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— Beatriz, buenas tardes.— dice el Doctor Olarte, mientras entra a mi oficina.— Sé que usted será la nueva asistente de Armando, y me informan que usted va a llevar toda la parte financiera y contable.

¿Qué?

— Doctor Olarte,la verdad es que no me había informado nada el Doctor Armando. — Le contesto un poco insegura, su expresión es de enojo puro.

— Mire niña, yo sé por qué hace esto. No sé le olvide que yo fui jefe de su padre durante más de 20 años.— dice de repente. — Si esto es una venganza personal por qué lo despidieron, déjeme decirle que le está quedando muy bien. Pero yo sé quién es usted, y quién es su hermana. No me hagas abrir la boca Beatriz. Desista de esas nuevas funciones, antes de que yo le diga a Don Roberto quien carajos es usted.

No tengo ni idea de lo que está pasando aquí. No tengo ni idea de por qué Olarte sabe quién soy, si yo me aseguré de que nadie más que yo lo hiciera. Omití información. Ahora no solo estoy en peligro de que me saquen de Ecomoda, si no que se descubra que es lo que he venido a hacer a Ecomoda.

— Doctor Olarte, la verdad es que no tenía nada de conocimiento sobre lo que ha decidido el doctor Armando y no sé quién piensa que soy, pero le aseguro que mi familia nunca ha estado en ésta empresa. — Le respondo.— En todo caso, nunca lo saltaría a usted en una orden, usted es el tercero al mando.

Trato de ganarme lo con un poco de palabras, para saber si es que él está tan enojado por ello como para destruirme.

— Beatriz, mire. Mientras usted y yo trabajemos de la mano, esto puede ser beneficio para ambos.— dice tranquilo, con seguridad de que no le desobedeceré. — Pase por mi oficina al rato para entregarle la información.

Sale de mi oficina  y yo me preparo para la llegada de Don Armando, quien unos minutos más tarde me da la noticia oficial. Estoy sustituyendo a Olarte.

Al parecer que él estuviera de acuerdo a revisar el plan de negocios de Don Armando y ayudar a Don Daniel, lo ha puesto como un traidor a los ojos de Don Armando.

— Beatriz, vaya con él,que le entregué todo. Y mañana iremos con los bancos y los proveedores para que solo se entiendan con usted de ahora en adelante. No quiero a una rata de Daniel espiando en las finanzas de mi empresa.— dice él.

Me dirijo a la oficina del doctor Olarte, quien ya me espera con un montón de papeles y cosas.

— Beatriz, ¿quiere saber por qué su papá se fué? — dice sin voltear me a ver.— Tiene una brújula moral muy marcada. Yo no, yo me voy a priorizar por delante de quien sea. Cuando su papá se enteró de que había sobornos de algunos proveedores conmigo, él decidió que era bueno exponerme, lo que no sabe es que yo siempre estoy protegido. Por eso lo corrí antes de que se jubilara. Espero que usted no cometa la misma estupidez. Si usted me deja recibir eso de los proveedores, estaremos bien.

— Doctor Olarte, yo no quiero meterme en sus terrenos. Cualquier negocio o cualquier proveedor que quiera tratar con usted y haga un ofrecimiento, yo siempre haré como si no lo viera.

Maldito hombre. Corrió a papá por razones totalmente estúpidas, pero con él voy a empezar, con él caerán los primeros eslabones de ésta empresa. Y yo me aseguraré de que él no vuelva jamás a encontrar un buen empleo,pero sobre todo, él será el primero en la fila de mi plan.

— Beatriz, bienvenida a bordo.— contesta mientras me da la mano y así él sella su destino.

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Mireya

Querido diario:

Papá fue despedido hoy. El doctor Olarte estuvo de mal genio todo el día y papá pedía hablar con Don Roberto a cada rato, pero Carmencita no lo quiso pasar, con todo esto de su jubilación, Don Roberto no ha tenido tiempo.

Papá presionó demasiado y habló con Don Armando, pero hubo muy poco que hacer. Olarte dijo que papá había aceptado un soborno de un proveedor y eso hizo que Don Roberto dudará de él.

Así papá no haya sido, toda su reputación ha quedado en duda. Lo peor es que la mía también. Don Armando peleó con uñas y dientes por mi, pero al final, he quedado marcada y le estoy dando la excusa perfecta a Doña Marcela para que esté sobre mi puesto a cada dos segundos.

No sé cómo vaya a pasar los próximos meses, pero también creo que no serán buenos. Pero por ahora no puedo renunciar, primero por qué Betty sería quien se encargaría de la casa por completo y aún no le pagan lo suficiente y segundo, por qué Don Armando y yo, estamos llevando a otro nivel está relación. No lo quiero dejar.

No sé que hacer.

Con amor,  Mireya.

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