Ivy se quedó callada, esperando instrucciones. La mano en la nuca de Zach estaba fría por los nervios. Es cierto que son mejores amigos desde la infancia, también es cierto que Ivy siempre sintió algo más, pero aún así, se sentía rara con toda esta situación.
-Sigue mi ritmo, respira cuando cambiemos la dirección de la cabeza o cuando nos separemos -Zach la miraba a los ojos-. Ladea la cabeza hacia la izquierda.
-¿Por qué?
-Porque la mayoría de personas son diestras. El lado dominante es el derecho, por lo tanto, si los dos van a la misma dirección pueden chocar cabezas y eso da pena.
Ivy asiente.
-Puedes iniciar con los labios cerrados, deja que la otra parte te guíe si no sabes qué hacer.
Vuelve asentir y poco a poco se va relajando.
-Hazlo, Ivy.
Ivy se acerca lentamente a los labios de Zach, ladeando la cabeza hacia la izquierda, tal y como él le dijo que lo hiciera. Esto le saca una pequeñísima sonrisa a Zachary y espera el suave impacto de los labios de Ivy.
La primera impresión de Ivy fue pensar en que su amigo tiene los labios extremadamente suaves y carnosos, demasiado placenteros al tacto. Quedaron con los labios cerrados unos segundos.Ivy esperaba que Zach la guiara, pero pasaron más segundos y no sucedía nada. Presionó un poco más sus labios contra los de él, pero no obtuvo nada.
Se separó y miró a Zach, quien tenía una mirada profunda, pero una cara inexpresiva. Sus ojos quedaron un poco entrecerrados.-¿Por qué no me guías?
-Estaba a punto de hacerlo y te separaste.
-Pues te estabas tardando.
-Eres demasiado exigente para ser la que está pidiendo un favor. Si tuvieras un poco de paciencia, créeme que la cosa se puede poner interesante.
Ivy rodó los ojos y suspiró.
Con más valor y sin espera de una instrucción por parte de Zach, volvió a poner sus labios en los de él, esta vez con más presión. Zach tomó su mandíbula y la separó un poco, dándole a entender que no pusiera tanta fuerza en el toque de sus labios.
King abrió delicadamente la boca de Ivy y comenzó a guiarla. Ivy imitó sus movimientos a la vez que él pasaba su mano atrás de su nuca. Abrían y cerraban juntando sus labios al mismo ritmo; lento, pausado, dejándose saborear el momento.Zach se separó un breve momento.
-Haz lo mismo que yo con la mano -habló sobre los labios de Ivy.
Volvió a mover sus labios con los de ella y empezó a jugar con el cabello de Ivy. Masajeando, haciendo un puño con el cabello y tirando de este moderadamente, mandándole corrientes eléctricas por todo el cuerpo de Ivy.
Ella repitió los movimientos obedientemente en él.
Dejándose experimentar más, Ivy pasó su otra mano por su cuello, hombros, y espalda.Zach terminó acostado por completo y pasó una mano por la pierna de Ivy, subiendo a su cintura, pasándola por su espalda baja presionando su palma en ella para que no hubiera ningún espacio entre los dos. Cadera contra cadera, pecho contra pecho y labios contra labios. El beso iba escalando y los dos estaban luchando por dominancia.
Zach tomó a Ivy por el cuello, apretó lo suficiente para que ella abriera más la boca en busca de aire, y él aprovechó para deslizar su lengua seductoramente sobre los labios rojos e hinchado de Ivy para terminar dentro de su boca, empezando una guerra de lenguas.
La sensación era tortuosamente deliciosa para los dos. Después de años esperando este momento, los dos dejaron escapar sus deseos.
Ivy inconscientemente buscaba fricción o algo que aliviara el calor que su cuerpo pedía ser atendido con urgencia; su cadera se movió con vida propia sobre la de Zach. En respuesta, él subió su cadera para complacer los deseos de Ivy. El pecho de Ivy subía y bajaba rápidamente mientras Zach atacaba su boca.
Zachary tenía la mente nublada por el deseo de querer más de su mejor amiga, por lo que tomó a Ivy de la cintura y en un rápido movimiento la dejó abajo de él. Ivy tomó ventaja de la nueva posición para acariciar toda la espalda y pecho de Zach, sacándole suspiros y pequeños gruñidos cuando ella clavó sus uñas en los hombros.
La práctica fue escalando más y más; con más roces de piel, acaricias, movimientos de cadera que dejaron escapar jadeos, suspiros y gemidos por parte de los dos.
Algo en la mente de Ivy se encendió y el razonamiento regresó.
Separó a Zach poniendo las manos en su pecho y empujándolo con firmeza. Zachary se quedó observando a Ivy con respiración pesada, buscando algún signo de daño y atento a ella.
-Creo que... -le costaba hablar a Ivy por su respiración acelerada- Creo que ya entendí cómo hacer esto.
Zachary cambió su gesto por uno más serio. Ivy no podía sostenerle la mirada. Desde que había cumplido 16 años, Zach tenía una mirada diferente con todos. A ella antes la veía suavemente, divertido, tierno, pero ahora la veía como si quisiera penetrar su alma, nunca de manera agresiva, pero sí intensa.
Zachary asintió, se quitó de encima y quedó en sus rodillas en frente de Ivy. Ella ahora quedó con los antebrazos apoyados viéndolo. Ninguno decía nada. Las respiraciones agitadas empezaban a tranquilizarse, pero nadie decía ni una palabra.
Hace unos segundos la habitación de Zachary estaba llena de suspiros, pequeños gemidos, respiraciones agitadas, labios moviéndose y ahora estaba silenciosa, atacando a los dos por lo que acaban de compartir.
-Zach...
-Es normal -dice él pasándose una mano por el cabello-. Son las hormonas. Al recibir un estímulo tan básico y simple como un beso, las hormonas se activan -deja caer su cuello hacia atrás y deja escapar un suspiro alto-. Es normal, Ivy. Nos dejamos llevar, eso es todo.
-Lo siento -Ivy se incorpora sentándose en la cama.
-Ivy, no es tu culpa -Zach pasa sus manos por su cara-. Fue mía, yo te guíe, te dije qué hacer. Me dejé llevar por completo, lo siento.
-No quiero que esto...
-No lo hará -dejó caer sus manos a los costados-. No cambiará nada, Ivy. Tranquila, ¿de acuerdo?
Ivy se mordió el labio aguantando sus ganas de salir corriendo. Jugó nerviosamente con sus manos, Zach se sentó y la invitó a sus brazos. Se abrazaron, Ivy soltó un suspiro tembloroso, pero el apretón que le dio su amigo le dijo más que mil palabras. Entendió que por esta explosión de hormonas no cambiarían las cosas. Y hasta la fecha, Ivy piensa que fue un grandioso primer beso. Dramático, privado, pasional (más de lo que ella podría imaginar) y sentimental.
Hablaron del beso unos años después, cuando cumplieron 18 años y ella le había dado la noticia de que ya no llegaría virgen a sus 40. El tema quedó como una anécdota tonta para los dos, demasiado inmadura e inocente.
El comportamiento de Zachary fue igual después del beso; diferente, pero ya no impactaba a Ivy. Ya no tendría a su Zach de antes, por lo que se había acostumbrado a tratar de descifrarlo, comprenderlo y dejar de sobrepensar en ello.
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Eamon
Teen FictionEN PAUSA°° Todos tenemos un alma gemela. Zachary King e Ivy Slora han sido compañeros de vida desde que nacieron. El cariño, amor y afecto que se tienen va más allá de lo explicable. Uno no puede vivir sin el otro. Ellos dos se complementan en la v...