El comienzo (2)

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-¿Te llevo a casa? -Zachary agarró el bolso de Ivy para cargarlo.

-Claro, gracias -respondió Ivy guardando su celular.

-¿Me esperaste mucho tiempo?

-No realmente, me mantuve ocupada corrigiendo un proyecto.

Oficialmente estaban a la mitad de sus carreras y como en toda vida universitaria el estrés estaba sobre los estudiantes. Al finalizar las clases, casi todos los días, Zachary lleva a Ivy a casa. Pasaban la tarde juntos haciendo pendientes, tomando demasiado café y disfrutando de la compañía del otro. Este día no era la excepción.

-¿Cómo te fue con tu entrega? -preguntó Ivy metiéndose al Jeep Wrangler de Zachary.

-El arquitecto es una perra que solo sabe ladrar y no dar una buena retroalimentación -Zach encendió el coche y se puso en marcha.

-Eso quiere decir qué...

-Me fue normal. Ni bien, ni mal -encogió sus hombros-. Todos los arquitectos tienen un ego impresionantemente alto. Ningún estudiante puede superarlos, eso les rompería el orgullo -suspiró-. ¿Tú?

-Fred me propuso un proyecto para ayudarlo en su agencia -sacó su celular y puso música-. Creo que lo tomaré, me ayudará para el currículum.

-¿Frederick? -Zach enarcó una ceja- ¿Ahora le dices Fred?

-Es sólo cinco años mayor que nosotros, eso lo convierte en el profesor más joven y es amigable, ¿de acuerdo?

-Sigue siendo tu profesor.

-No soy la única que le dice Fred.

-Marca los límites, Ivy -Zachary dio vuelta al volante con una mano-. Escuché que tiene mala fama con las estudiantes.

-No había escuchado nada, pero seré profesionalmente amable. Solo eso.

Ivy subió la música un poco y disfrutaron de las canciones.

La noche sería larga por el evento de la fogata. Estaba emocionada por esa tradición. Quería una noche de relajación y qué mejor cuando estás a mitad de carrera profesional, apunto de entrar en las etapas más difíciles para cualquier estudiante. Un punto de fuga, en donde tu mente puede apagarse una noche y no saber sobre proyectos, entregas, tareas, malos compañeros, rumores y solamente concentrarte en cuántas cervezas puedes tomar para olvidar el estrés.

-No me dejes plantada en la fogata -Ivy abrió la puerta al llegar a la casa.

-No lo planeaba hacer -Zach le puso la alarma al coche y se adentrarlo en la casa de Ivy.

-¿Te quedas para cenar? -Ivy cerró la puerta detrás de él y subieron directamente a su cuarto.

Dejaron todas sus cosas en la mesa del centro y se sentaron la cama.

-Le dije a mamá que llegaría para la cena.

Ivy asintió y prendió su computadora de escritorio.

-Quisiera saber tu opinión.

-¿Sobre qué? -preguntó Zach acurrucándose en la cama de su amiga- ¿Sobre Dominick?

-¿Cómo sabías que...?

-Leo tu mente -agarró un peluche de Ivy y lo colocó atrás de su cabeza para usarlo como almohada-. Morías por preguntarme desde la mañana.

Ivy lo fulminó con la mirada y Zach respondió regalándole una sonrisa forzada. La castaña se sentó en la silla de escritorio, metió su contraseña y la computadora inició sesión para dejar mostrando un escritorio con ventanas abiertas.

-¿Y bien? -preguntó usando el ratón de la computadora.

-Sabes perfectamente cuál es mi respuesta, cariño.

Zachary siempre habla con un tono muy dulce y le nombra con apodos cursis cuando están solos. Ivy está tan acostumbrada porque en ocasiones lanza esos apodos con sarcasmo y burla.

-Dame una respuesta fundamentada -Ivy se cruzó de brazos y volteó su silla para quedar viéndolo.

Zachary suspiró hondo, se estiró relajadamente y se dio su tiempo para responder.

-Tuvo bastante tiempo y buenas oportunidades para invitarte a salir. No lo ha hecho...

-Hasta ahora -corrigió Ivy levantando el dedo índice-. Me invitó a la fogata y se ofreció a llevarme.

-Y ¿se tardó cuánto tiempo? ¿2 semestres? Si quisiera algo serio contigo, después de revolcarse como animales en su viajecito artístico, te hubiera invitado a salir el siguiente día. Es más, te debió invitar antes a salir en vez de acostarse contigo y después ignorarte por dos semanas. A veces, querida Ivy, el orden de los factores sí alteran el producto.

-Una semana y media -lo apuntó con el dedo índice-. Fue solo una semana y media y fue porque es tímido.

-¿Tan tímido como para llevarte a la cama e ignorarte deliberadamente por una semana y media? -Zach se rascó la barbilla- No lo sé, yo considero que a eso se le llama ser un cabrón de mierda y no tener pantalones -puso su mano en la cabeza para sostenerla y mirar a su amiga-. No te está conquistando, te está acosando.

-No me está acosando -rodó los ojos y se giró a la compu-. Si lo estuviera haciendo, me estaría explotando el teléfono con miles de sus mensajes y llamadas, o tendría la necesidad de esconderme por todo el campus para que no me encuentre.

-Estoy seguro de que si lo rechazas, empezará esa pesadilla para ti -se acostó boca arriba y pasó sus brazos atrás de cu cabeza-, pero obviamente lo reviento a golpes si es necesario. ¿Quieres que lo haga?

-La violencia es innecesaria, Zachary.

-Pues ya tienes mi respuesta. Podrá mostrar interés, pero lo que quiere es una segunda ronda y nada más.

-¿Y si yo también quiero eso? -Ivy bajó el tono de su voz unos niveles.

-Síguele el juego y ya. O puedes ser directa y decirle: "hey, dejemos de perder el tiempo y hay que coger de nuevo, ¿trato?" -Zachary sacó una risa corta- Pero no serías capaz.

-Por supuesto que sí soy capaz de comunicarme directamente con él -frunció el entrecejo.

-Ivy, por Dios -el cuarto de Ivy se inundó por la ronca risa de Zachary-. Te creo que seas rebelde, un tanto extrovertida, pero jamás le dirías eso a un hombre, primero te pones roja infierno y después quieres morir de la vergüenza.

-¿Quieres coger conmigo? -Ivy lanzó la pregunta viéndolo directamente a los ojos.

Le cortó la risa a Zach y quedó callado, transformando su cara a una seria.

-¿Qué?

-Te pregunté si quieres liarte conmigo, ya sabes... tener sexo, conmigo.

Ivy se quedó esperando por una respuesta, pero vio a Zachary en estado de shock con los ojos bien abiertos, boca entreabierta, tratando de parpadear miles de veces para asimilar lo que dijo su amiga.

Slora se paró de su silla, caminó hasta Zach y se sentó a ahorcadas sobre él. Se inclinó y dejó su delicada y femenina cara a centímetros de la de él.

-¿No vas a responderme Zachary? -pasó una mano por su mejilla hasta llegar a su cuello- Te pregunté algo.

Ivy se acercó al oído de su amigo paralizado y susurró:

-¿Quieres hacerme tuya, Zach?

EamonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora