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Con unos pantalones jeans acampanados, una blusa de manga larga verde oliva que hacía juego con sus luceros y unos tennis combinables a su blusa, Ivy abrió la puerta para recibir a Dominick en la entrada, saludarlo con una sonrisa radiante y cerrar la entrada de su casa detrás de ella.

-Te ves preciosa -Dominick abrió la puerta del auto con gusto.

-Muchas gracias, caballero. Tú te ves excepcional, como siempre.

Dominick se sonrojó levemente, ensanchó su sonrisa y cerró la puerta del copiloto.

La bendita fogata. Era una fiesta para celebrar a todos aquellos que aún no desertaban de sus carreras. Se sabe que la vida universitaria puede ser la etapa más interesante o la peor pesadilla de cualquier futuro profesionista. Tener un poco de relajación podría ayudar a los nervios de los estudiantes.

Se inició esta tradición generaciones atrás. Es famosa por el descontrol que se provoca, también por los jugosos rumores que salen al otro día, pues, la suma del alcohol con estudiantes reprimidos y estresados solo puede ocasionar anécdotas memorables o problemáticas.

-Me contaron que el año pasado fueron más de 500 estudiantes de todas las facultades -Dominick dijo mientras hacía una vuelta para llegar al bosque-. Se estima que superemos ese número este año.

-¿Me estás diciendo que podría haber más de 500 personas en el bosque con una fogata gigante? -Ivy tomó su celular lista para bajar del coche- ¿Qué es esto? ¿Proyecto X?

-Se espera que lo sea.

-Alguien saldrá como pollo rostizado esta noche.

Dom soltó una risita y volteó a verla.

-Si tienes miedo, no te acerques tanto al fuego.

-Pero jugar con fuego es de lo más divertido -Ivy le guiñó y salió del coche.

Había un mar de personas por todas partes en los adentros del bosque. Estaba iluminado con luces colgadas por los árboles para crear una guía y llegar al centro de la fogata. La música se escucha por todos lados y ya se veía a los estudiantes encendidos por el ambiente.

Al llegar al centro, la fogata era enorme. Se sentía el calor por el fuego y por todas las personas. Ivy se arrepintió de llevar manga larga.

-Iré por unas cervezas -dijo Dom al localizar los barriles de alcohol.

-Está bien, llamaré a Zach para ver si ya llegó.

Dom asintió y le pidió que no se alejara tanto. Ivy sacó su celular y marcó el número de su amigo. Sonó el tono de llamada tres veces y aún no escuchaba su ronca voz contestando un "¿hola?" de forma seca.

«¿Estará demasiado enojado para no querer contestarme?

-Con tantas personas aquí podrías perder fácilmente el celular -su voz fría y cortante la distrajo-. O podrían robártelo, no lo saques.

-Te estaba marcando.

-No hay necesidad, siempre sé dónde estás -le entregó una cerveza en lata-. Eres demasiado predecible.

Ivy miró la cerveza y los barriles detrás de Zach.

-Sabe asquerosa esa cerveza, está rebajada con agua.

-Bueno, tiene que rendir para más de 500 personas -Ivy se encogió de hombros y abrió la lata.

-¿En dónde está tu demonio acosador? -preguntó Zach jalándola a un árbol para quitarse del paso.

El lugar se llenaba con cada segundo que pasaba, el ruido aumentaba y era más difícil hablar en un tono normal.

-Fue a conseguirme cerveza -levantó el mentón señalando a Dom quien ahora estaba hablando con una chica.

EamonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora