Finalmente, Crish apagó su cigarro y se acercó a ella, abrazándola por atrás. La envolvió en un abrazo suave, apoyando su mentón sobre su hombro. Mientras lo hacía, le dio pequeños besos en el cuello, provocando que Melizsa cerrara los ojos, disfrutando del momento.
—Es una bonita vista —susurró él, con la voz baja y grave, mientras seguía depositando pequeños besos sobre su piel.
Melizsa no dijo nada, simplemente sonrió débilmente, perdiéndose en la calidez de su abrazo.
—Mell, ¿por qué no te quedas a dormir hoy? Mañana temprano te llevo —dijo sin dejar de besar su cuello, su tono sugerente y cargado de deseo.
Melizsa dejó escapar un suspiro mientras disfrutaba de los besos de Crish, pero pronto abrió los ojos, regresando a la realidad.
—No puedo, Crish —respondió, con los ojos aún cerrados, como si las palabras le costaran salir. —Mi mamá no me dará permiso.
Crish dejó escapar una leve risa, divertido por la respuesta.
—No tienes que pedirle permiso, Mell. Solo dile que no llegarás a dormir —insistió él, mientras la giraba suavemente para enfrentarla. La empujó un poco hacia el barandal, quedando ambos de frente, y sin darle tiempo a responder, la besó con intensidad.
El beso de Crish era tentador, tan difícil de resistir, pero Melizsa intentó mantener el control. Lo empujó suavemente, aunque le costaba hacerlo.
—No, Crish... no puedo —murmuró, intentando reunir la fuerza necesaria para apartarlo.
Él dio un paso atrás, suspirando, claramente decepcionado, pero con una sonrisa resignada en los labios.
—Está bien, Mell... pero hacer ese tipo de cosas es normal —comentó, bufando suavemente, como si tratara de quitarle importancia al asunto.
Melizsa intentaba concentrarse en el trabajo que habían acordado terminar juntos, pero su mente vagaba constantemente hacia Crish. Lo miraba de reojo, consciente de su presencia incluso en el más leve de sus movimientos. Él irradiaba una energía magnética, imposible de ignorar. Sabía que tendría que irse pronto, pero por un breve instante, deseó que esa noche no acabara.
Ambos regresaron a la recámara, retomando el trabajo que tenían pendiente, aunque la tensión en el aire no desaparecía. El silencio entre ellos parecía cargado, y Melizsa no podía evitar preguntarse qué esperaba en realidad al haber ido a su casa. Se suponía que era solo para trabajar, pero, ¿no había algo más en el fondo de sus pensamientos?
Crish rompió la quietud, estirándose después de horas de esfuerzo.
—Mell, te llevaré a tu casa. Ya es muy tarde, creo que con esto es suficiente por hoy —dijo mientras se levantaba y sus músculos crujían al moverse.
Ella asintió con una leve sonrisa, aunque en el fondo, una parte de ella deseaba quedarse. No dijo nada, simplemente lo siguió hacia la puerta, cada paso más pesado que el anterior. El recuerdo de los besos, de la intimidad compartida más temprano, aún flotaba en su mente. Ninguno de los dos lo mencionó, y ese silencio la atormentaba. ¿Realmente no significaba nada para él? Estuvieron cerca, más cerca de lo que alguna vez pensó que estarían, y sin embargo, la forma en que Crish lo ignoraba ahora la hacía sentir... invisible.
El trayecto en el coche fue igualmente silencioso, con Crish concentrado en la carretera. Las luces de la ciudad pasaban como destellos, iluminando su rostro de manera intermitente, dándole una apariencia misteriosa. Melizsa luchaba por mantener la compostura, sus pensamientos confusos. De repente, Crish habló sin mirarla.
—Mell, ¿te gustaría ir al mar el próximo viernes? —su tono era casual, como si nada de lo que hubiera ocurrido entre ellos importara.
—Claro, ¿por qué no? —respondió ella, casi en automático. Intentó sonar indiferente, pero no podía evitar sentirse molesta. Su actitud despreocupada... ¿acaso para él todo era tan simple? ¿Estaba mal querer algo más de lo que tenían ahora?
Cuando llegaron a su casa, la frustración la golpeó de lleno. Se desabrochó el cinturón con brusquedad y salió del auto sin siquiera despedirse. La amargura de sus pensamientos la abrumaba. Crish había sido tan cariñoso esa mañana, tan íntimo, como si realmente la quisiera. Pero ahora, con su indiferencia, parecía que todo aquello había sido solo un juego. ¿Cómo podía actuar de esa manera, como si nada hubiera pasado? Y ella, ¿cómo podía seguir permitiéndoselo?
Melizsa se quedó de pie junto a la puerta de su casa durante unos segundos, viendo cómo el auto de Crish desaparecía en la distancia. No podía seguir así, no podía seguir siendo arrastrada por sus emociones sin saber realmente qué era lo que él sentía.
Apenas logró dormir esa noche. Su mente no dejaba de recordarle cada caricia, cada beso, y la incertidumbre de lo que eso significaba. Se levantó temprano, tomando una ducha en un intento por calmar sus pensamientos. Pero el agua no logró apaciguar la confusión en su interior.
Más tarde, mientras se preparaba un desayuno rápido, su teléfono vibró con un mensaje. Era su amigo Erick, quien parecía tener sus propios problemas amorosos.
" ¡ENANA! ¡Responde, necesito hablar contigo! ¿Puedes creer que el muy desgraciado tenía pareja? ¡Ah! No puedo creerlo. Más te vale que me contestes"
Melizsa suspiró y le contestó, intentando despejar su mente de sus propios problemas con Crish.
"Tranquilo, ven a mi casa cuando te despiertes, mi mamá no estará, así que podremos platicar sin que nos escuche"
La mañana avanzaba lentamente cuando, de repente, escuchó golpes fuertes en la puerta, seguidos por los gritos de Erick.
—¡ENANA, SOY YO! —su voz retumbaba por toda la casa mientras entraba con la misma seguridad de siempre, directo al comedor.
—Sí, a mí también me da gusto verte —respondió Melizsa con ironía al verlo devorar su desayuno sin pedir permiso.
—Puedewds crewass que se acsofitpo conmi —dijo Erick con la boca llena, sin pronunciar una sola palabra de forma entendible.
—Traga primero, ¡Dios! ¿Qué te sucede? —preguntó Melizsa, entre divertida y molesta.
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¡Me encanta el personaje de Erick! 😄 Me recuerda tanto a un amigo mío que ya le tengo un cariño especial. ¡Es como si estuviera tomando vida propia! 💖 ¿A ustedes también les ha pasado algo similar con un personaje?
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Todo lo que aprendi
Romance¿Qué pasa cuando la primera impresión es..."siento que no puedo alejarme de él"?, ¿qué pasa cuando te pierdes a ti misma por alguien más?, sentimientos nuevos, experiencias nuevas... ¿Qué pasa cuando experimentas todo lo que jamás imaginaste, solo c...