Después de presenciar la negligencia flagrante de los héroes y lo podrido que está el mundo, Saitama se sumerge en un mundo turbio donde la línea entre el bien y el mal se desdibuja. Desilusionado y desencantado, abraza su papel como antihéroe, luch...
Ahora en la Clase B, Saitama se encontraba profundamente marcado por las muertes ocasionadas por el Rey del Mar Profundo. Con el recuerdo de la tragedia aún fresco, se mantendría en constante alerta ante posibles ataques de kaijins, decidido a evitar que una catástrofe similar ocurriera de nuevo sin su intervención. A pesar de haber sido testigo de la valentía de los héroes que enfrentaron al monstruo, una sombra de resentimiento hacia ellos permanecía en él. Saitama no quería emular a la mayoría de los héroes, a quienes aún consideraba ineficaces e inútiles.
Con el tiempo, Saitama ascendería rápidamente en la Clase B, alcanzando el puesto número 63. Silver Fang, impresionado por su potencial y talento, decidió visitar su apartamento y lo invitó a su dojo con el pretexto de mostrarle algo interesante. Consciente de que Silver Fang era un héroe de Clase S y recordando cómo había salvado a Genos de los escombros del meteorito, Saitama sentía cierto respeto por él y, al no tener otros planes para ese día, aceptó la invitación. Genos, como su leal discípulo, naturalmente lo acompañaría.
Una vez en el dojo, situado en lo alto de una montaña, Silver Fang les demostró sus más impresionantes técnicas de artes marciales. Tras finalizar su demostración, preguntó a Saitama y Genos si estarían interesados en aprender su estilo, notando que ambos podrían asimilarlo sin dificultad.
Saitama, aunque reconocía que esos movimientos le recordaban a los mangas que leía y admitía que se veían geniales, mantuvo su postura.
Saitama: "Viejo, solo vine porque dijiste que nos mostrarías algo interesante, no para unirme a tu dojo. Además, creo que luchar con esos movimientos tan elaborados no es mi estilo."
Sin embargo, se giró hacia Genos, sugiriéndole que quizás él debería considerarlo. Pero Genos, fiel a su búsqueda de un poder devastador, declinaría la oferta, afirmando que su objetivo era alcanzar una fuerza absolutamente destructiva.
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En el transcurso de la visita, Charanko, al ver que tanto Genos como Saitama mostraban desinterés por las artes marciales, los desafió en un intento por demostrar el valor de lo que aprendían en el dojo. Sin embargo, Genos, con una facilidad desconcertante, lo sujetó por el cuello y rápidamente lo hizo rendirse. Mirando a Silver Fang con una mezcla de decepción y curiosidad, Genos cuestionó la calidad de los discípulos del dojo.
Genos: "¿Es este su mejor discípulo? Esperaba encontrar aquí a peleadores más hábiles."
Silver Fang respondió afirmativamente, pero también reveló que había tenido problemas con uno de sus estudiantes más prometedores que había enloquecido y había incapacitado al resto de sus discípulos. Saitama, intrigado por esta historia, preguntó sobre este alumno rebelde.
Saitama: "¿Cómo se llama ese tipo? ¿Es fuerte?"
Silver Fang: "Su nombre es Garou. Tuve que expulsarlo del dojo después de darle una buena paliza."
