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Dabi se encontraba solo en la sala de estar se encontraba fumando, sumido en sus pensamientos, cuando Akira entró corriendo, con una sonrisa radiante en el rostro.
─¡Dabi, mira lo que puedo hacer!─exclamó Akira, mostrando unas pequeñas coronas de flores que había creado con su don.
─Vaya, eso es increíble, mocosa─respondió con asombro. ─Son preciosas
Akira se acercó a Dabi y colocó suavemente una de las coronas en su cabeza. Dabi se sintió un poco incómodo al principio, pero la sonrisa inocente de Akira disipó cualquier incomodidad que pudiera sentir.
─¿Qué te parece, Dabi?─preguntó Akira, con entusiasmo inocente.
Dabi se miró en el espejo más cercano y sonrió. ─Me encanta, Akira. Gracias
Akira continuó haciendo coronas de flores, y Dabi las aceptaba con gusto, disfrutando de la compañía de la joven y de la belleza de sus creaciones. A medida que pasaba el tiempo, Dabi se dio cuenta de lo especial que era Akira y de lo mucho que la había subestimado en el pasado.
Dabi y Akira pasaron la tarde haciendo coronas de flores, compartiendo risas ya que Dabi no era muy bueno con eso, la chica hacía flores y le enseñó al chico como hacer coronas de flores, aunque Dabi no tenia paciencia hacía aquello para entretener a la niña.
Dabi hizo dormir a la pequeña y la llevó hasta la habitación de Shigaraki y de Akira...una vez que Shigaraki regresó alrededor de las 2AM se ríe al ver a Dabi dormido en el sofá con flores alrededor, su pequeña hizo de las suyas...luego fue a su habitación para acostarse al lado de su niña.
Shigaraki observaba a su pequeña hija, Akira, mientras dormía pacíficamente en su pequeña cama. Una mezcla de amor y preocupación llenaba su corazón mientras contemplaba su rostro angelical.
¿Cómo podría darle una vida mejor siendo él un villano, un líder de la Liga de Villanos?
La idea de que su hija creciera en un ambiente lleno de peligro y caos lo atormentaba. Quería protegerla, quería darle una infancia feliz y segura, lejos del mundo oscuro en el que él estaba sumergido.
Shigaraki al notar que su hija ya estaba grande desde la vez que la adoptó, eran tan adorable...por lo cual Shigaraki pensó en anotarla en un jardín de infantes para que ella pudiera aprender y convivir con otros niños.
Al dia siguiente ,Shigaraki se acercó al jardín de infantes con un paso decidido. Sus manos estaban metidas en los bolsillos de su abrigo, y su expresión era sombría mientras observaba el edificio desde la distancia. Finalmente, se detuvo frente a la entrada y entró con determinación.
Al llegar a la recepción, la directora del jardín de infantes lo saludó con una sonrisa amable, sin darse cuenta de quien tenía adelante suyo por estar leyendo algunas cosas.
─Quiero hablar contigo en privado─ dijo Shigaraki en un tono que dejaba claro que no era una solicitud.
La directora, sintiendo la tensión en el aire, lo condujo rápidamente a su oficina. Una vez dentro, Shigaraki cerró la puerta con un golpe y se volvió hacia la directora con una mirada penetrante.
─Escúchame bien─comenzó Shigaraki, su voz baja pero llena de autoridad. ─Mi hija va a estar matriculada aquí, y quiero que se le brinde el mejor cuidado posible. Si algo le sucede, si algo sale mal, te arrepentirás de haber nacido ¿entendido?
La directora tragó saliva nerviosamente, sintiendo las palabras amenazantes de Shigaraki. Asintió con la cabeza, prometiendo cumplir con sus demandas.
─Entendido─ murmuró, tratando de mantener la compostura.
─Y cuidadito con llamar a los estúpidos héroes
Shigaraki la observó durante un momento más antes de dar media vuelta y salir de la oficina, dejando a la directora temblando de miedo. Sabía que había dejado claro el mensaje. No toleraría ningún daño a su preciosa hija, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para protegerla.
Al día siguiente la pequeña estaba muy feliz de ir al jardín, su padre le hablo de lo emocionante que era estar con otros pequeños y jugar con ellos,Akira estaba emocionada por poder jugar con otros niños de su edad. Una vez que la niña estuvo adentro de allí se puso a jugar con algunos jugetes del lugar, estaba emocionada, aquellos eran más juguetes que su padre podía permitirle; se sentía feliz de jugar con tantas muñecas e peluches, pero cuando creyó que otros niños querían jugar con ella se terminó llevando una desilusión bastante grande...
Cuando Shigaraki fue a buscar a su niña la noto desanimada y triste, estaba seguro de que algo pasó pero ella se negaba a hablar...una vez en casa Shigaraki sigue insistiendo hasta que Akira finalmente habló.
─Papá...los otros niños son malos...
Lo que Shigaraki más temía.
─Ellos...dijieron que era extraña...y que tu dabas miedo ─Dice entre pequeñas lágrimas.─Me quitaron los jugetes y no me dejaron jugar, y a la hora de la siesta me jalaban de los pelos papi...
─Mi niña...─Shigaraki besa su frente y limpia sus lágrimas.─Sino quieres ir más a ese lugar no te llevaré, los niños...aveces son malos
─Papi...quisiera darles una segunda oportunidad...
─Bien, si lo deseas así...esta bien, pero cuando no quieras ir más solo dilo
La pequeña asiente y abrazo a su padre.
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