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Shigaraki se encontraba en la planificación de un nuevo ataque contra los héroes. Con mapas extendidos sobre la mesa y una expresión concentrada en su rostro, trazaba estrategias y consideraba posibles objetivos.
Sin embargo, su concentración fue interrumpida por el sonido agudo del llanto de su pequeña hija, Akira, que resonaba en la habitación. Caminó rápidamente hacia la cama, donde la pequeña estaba recostada, con lágrimas en los ojos y los bracitos extendidos hacia él en busca de consuelo. Los planes de ataque pasaron a segundo plano mientras Shigaraki se acercaba a su hija, sintiendo una punzada de culpa por haberla descuidado, aunque sea un segundo.
─¿Qué pasa, Akira? ─ preguntó con voz suave, levantándola con cuidado en sus brazos. Los sollozos de la niña continuaron, y Shigaraki la abrazó con ternura, buscando calmarla.
Mientras sostenía a su hija entre sus brazos, Shigaraki se sintió dividido entre sus responsabilidades como líder de la Liga de Villanos y su papel como padre. Por un momento, los planes de ataque y la búsqueda de venganza quedaron en segundo plano, mientras se dedicaba por completo a consolar a Akira y asegurarse de que se sintiera amada y protegida.
─Shh...pequeña deja de llorar, papá esta aquí
Shigaraki luego sentó a la niña en la alfombra de la habitación, posteriormente se puso a darle algunos jugetes, peluches y su chupete, la pequeña se calmó ligeramente al ver todo lo que su padre le dio, con el llanto finalmente terminado Tomura sigue trabajando.
Akira jugaba en el suelo con sus juguetes mientras su padre, Shigaraki, revisaba algunos documentos en su escritorio. De repente, la pequeña levantó la mirada y señaló con entusiasmo hacia la ventana, emitiendo risas y moviendo sus bracitos en dirección al exterior.
Shigaraki levantó la vista de sus papeles, sorprendido por la repentina indicación de su hija. Siguiendo su mirada, se acercó a la ventana y miró afuera. A través del cristal, vio los rayos del sol filtrándose entre las nubes y las hojas de los árboles meciéndose suavemente con la brisa.
─¿Quieres salir, Akira?─preguntó Shigaraki, Akira extiende sus bracitos hacia la ventana.
Una sonrisa se formó en el rostro de Shigaraki al ver la expresión de alegría en el rostro de su hija. Abrió la ventana y permitió que el cálido aire del exterior llenara la habitación. Akira rió con alegría, extendiendo sus manitas hacia el exterior como si quisiera tocar los rayos del sol.
─Está bien, Akira─ dijo Shigaraki con ternura, levantando a la pequeña en sus brazos. ─Vamos a dar un pequeño paseo juntos
