‹†› XVI

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Entra al salón con nerviosismo. No quiere ver a Eric y afrontarlo con lo que carga sobre los hombros, pero la suerte no está de su lado y a él le toca a su lado.

La disposición del salón de derecho es completamente distinta a la de otras clases. Normalmente, los salones se dividen en siete columnas con cuatro butacas cada una; en derecho no es así. Ya que en derecho se tiene que trabajar en parejas cuando se trata de representar posiciones en una emulación de un juicio real, en presentaciones, investigaciones, exposiciones, proyectos y, en general en cualquier trabajo, el profesor acomoda a los alumnos en parejas; y su pareja en derecho era Eric. 

Al principio, cuando el profesor les explicó aquello, él sintió una profunda molestia. Estaba en noveno grado y no toleraba a Cartman. Siempre cuando hacían trabajos, parecía que Eric se veía en necesidad incontrolable de recordarle en qué trabaja su padre, en cuál era su religión o, en recalcarle algún estereotipo sobre abogados judíos. No obstante, trabajando con él se dio cuenta de lo increíblemente bueno en derecho era. 

Entiende que Cartman ya llegó cuando lo ve sentado en su lugar con celular en mano. Aprieta los ojos y muerde su lengua con el nerviosismo en la punta de los vellos que se erizan. Aprieta con las uñas la hombrera y se decide a entrar. Se dirige a su silla y se sienta en donde le corresponde.

Deja caer su cuerpo en la silla y tira la mochila al suelo. Cierra los ojos soltando un suspiro hondo y siente la tanto palpable como curiosa mirada del castaño. Se prepara para afrontarlo y finalmente, le dirige la mirada.

Eric sonríe con labios cerrados y Kyle le corresponde cansado.

—Oye, Kahl. ¿Estás bien? —pregunta al notar las ojeras asomarse por debajo de los ojos. Kyle queda un rato en trance al escucharlo, no reacciona hasta sentir como es sacudido—. Judío, responde.

Sacude la cabeza antes de responder.

—E-Eh, s-sí. Estoy bi-bien —sonríe melancólico.

Ambos quedan callados, solo con el bullicio de sus compañeros en el salón ante la falta de un profesor.

Eric se acomoda con los brazos cruzados. Recuerda algo y se agacha a sacarlo de su mochila. Kyle ni siquiera voltea a verlo, pero siente su manga ser jalonada y se asoma a ver que necesita Cartman.

—K-Kyle —tartamudea y ninguno entiende el porqué—, aquí está tu chamarra.

Kyle mira la perfectamente doblada, planchada y limpia chamarra en la mano de Eric. Enarca una ceja porque no recuerda que estuviera tan pulcra cuando la tomó del suelo.

—¿Y la mancha de Ketchup? —murmura desdoblándola para verla mejor.

—Ah, es que la lave.

—¿En serio? 

—Sí. —Ve a Broflovski sonreír y rectifica—. ¡Digo! ¡No! ¡O bueno sí! ¡Sí pero no!

—¿Cómo?

—Es que mi madre lavó ropa y ella quiso lavar tu chamarra —justifica—. ¡Yo le dije que no porque se impregnaría tu suciedad en nuestra ropa, pero ella insistió!

Kyle sonríe; divertido y para nada convencido. Bien sabe que Liane no sería por cuenta propia capaz, no era precisamente una persona altruista. Entendía que no lo haría por amabilidad, menos lo haría por alguien como Kyle, al contrario, si fuera por ella le escupiría a la ropa. No solo por lo incongruente de su excusa era que no le creyó, sino también porque eso no explicaba cómo demonios estaba planchada. Decide no decirle por qué sabe la razón de su comportamiento. Solo le sonríe y le agradece.

El profesor llega poniendo orden, todos acatan ante el estricto hombre de traje. Ambos, tanto Kyle como Cartman, a la par del grupo sacan sus cuadernos, carpetas y hojas para escribir. «La clase de hoy: Historia del derecho Estadounidense», anota en la pizarra. Todos anotan, excepto Kyle, quien finge prestar atención al profesor cuando su atención está totalmente localizada en su pareja de mesa.

New Person Same Old Mistakes [KYMAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora