11.

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Le había costado a Emily tomar el valor de volver, y aún ya estando en camino, todavía no se sentía preparada, pero no podía echarse para atrás.

— Allá hay alguien. — señaló el rubio apuntando a un hombre que estaba por entrar a una tienda.

Emily entrecerró los ojos para observar mejor a quien apuntaba el hombre a su lado, sorprendiéndose al notar de quien se trataba.

— No puede ser. — soltó la mujer sonriendo con ironía.

— ¿Qué pasa? — Justin la miró con confusión al ver como el rostro de la mujer había cambiado.

— No es nada. — mintió, queriendo restarle importancia a la situación — Sigamos.

Retomaron el camino sin que el rubio volviera a hacer una pregunta más, pero se detuvieron al pasar frente a aquella tienda, donde el hombre se había adentrado, después de escuchar ruido dentro de ella.

— Creo que está en problemas. — soltó el niño pasando la mirada de la tienda a los dos adultos que lo acompañaban.

— Es una lástima. — la mujer habló con falsedad sin siquiera detenerse.

— Hay que ayudarlo.

Emily se detuvo de golpe tras escuchar las palabras del niño, cerró los ojos y soltó un suspiro, sabía que ese pequeño le insistiría.

— Quédense aquí. — les indicó a ambos varones al girarse para verlos.

— Ve con cuidado.

La mujer sacó su cuchillo después de escuchar la indicación del rubio y retrocedió para dirigirse a la tienda.

No pretendía entrar por donde mismo que aquel hombre, así que decidió rodear el lugar hasta la parte trasera.

Se detuvo al ver una puerta y con cuidado se acercó, pegando su oído en ella para así intentar escuchar algún ruido dentro, lo cual al parecer consiguió. Se puso en guardia levantando su cuchillo, mientras que con la otra mano abría la puerta con lentitud, de la misma manera se asomó por ella para mirar hacia al interior.

— ¡Aquí! — gritó la mujer desde afuera — ¡Vamos!

Quien era perseguido salió completamente agitado recargándose en la puerta una vez fuera.

— Un perro, ¿enserio? — la mujer puso ambas manos sobre sus caderas mientras sonreía con ironía.

El hombre pareció congelarse al reconocer aquella voz, y lentamente elevó la mirada, sorprendiéndose por lo que sus ojos veían, sintiendo como si estuviera viendo un fantasma.

— Carajo. — soltó el viejo líder mientras retomaba la compostura.

— Hola, Negan. — la mujer intentó mostrarle una sonrisa, que más bien terminó siendo una mueca.

— Estas viva. — habló el viejo líder acercándose a ella mientras la miraba de arriba abajo.

— Bueno, así parece. — se señaló así misma con ambas manos.

El hombre la tomó por sorpresa al poner ambas manos sobre sus hombros mientras analizaba su rostro.

— Carajo, sí eres tú.

Negan nuevamente la sorprendió al envolverla con sus brazos, la estaba abrazando y ella realmente no sabía cómo reaccionar, no esperaba esta reacción de su parte.

BACK TO YOU//The Walking Dead Donde viven las historias. Descúbrelo ahora