24.

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Ahora estaban atrapados, atrapados y rodeados de incontables caminantes en aquella cueva bajo tierra sin iluminación alguna, más que la de las linternas con las que cargaban.

— No veo dónde cruzar. — indicó Emily.

Aarón le pidió al ballestero señalar un lugar en específico. Había grandes rocas dentro, entre los caminantes, las cuales decidieron utilizar para cruzar.

— ¿Listos?

Pasó su vista por todos, deteniéndose en su esposa.

— ¿Lista? — ella asintió — Cruza con cuidado, te sostendré si resbalas, no te preocupes.

Después de la indicación a su esposa, el ballestero saltó siendo el primero en hacerlo. Los demás comenzaron a seguirlo, mientras los caminantes hacían lo suyo buscando alcanzarlos.

— Vamos, te tengo. — estiró los brazos hacia su esposa — Vamos, con cuidado.

Emily saltó, resbalando un poco en el intento.

— Tranquila, te tengo. — indicó intentando subirla.

Al subirla la abrazo para después tomarla del rostro.

— ¿Estas bien?

— Sí.

Esperaron por los demás. Al haber cruzado todos, se adentraron entre los pasillos de la cueva.

— Tendrán que quedarse aquí. — le indicó a su esposa, entregándole la antorcha improvisada con el brazo de un caminante — Que nadie se separe.

— De acuerdo.

— Sabes que lo digo por ti.

Emily rodó los ojos y al final asintió ante la indicación de su esposo, para que después esté se alejara del grupo.

— Estoy bien. — respondió a las señas de Connie — Sólo algo agitada.

— Es claustrofóbica. — señaló el ballestero aún encargándose de lo suyo.

— ¿Y eso, no lo tuviste en cuenta antes de atraparnos aquí? — reclamó la rubia.

Aarón intervino intentando evitar una discusión.

— ¿Por qué no?, tenemos tiempo de sobra.

La rubia se acercó hasta Emily quien se encontraba sentada y la miró de frente.

— ¿Qué demonios pensaste?, ¿ah?, yéndote sola tras ella como si nada.

— Oye. — la voz del ballestero sonó firme, acercándose a ellas — Déjala en paz, nos metimos en esto juntos y saldremos juntos.

El ballestero indicó que lo siguieran al creer haber descubierto la salida de aquel oscuro lugar, lo cual sólo había sido una falsa esperanza.

Seguían atrapados ahí, sin saber si era de día o de noche, sin saber en qué momento podrían salir de ahí, haciendo sentir a algunos desesperados.

— ¿No vas a decirme nada? — cuestionó Emily sentándose junto a su esposo — No me has reclamado por haber sido imprudente una vez más.

El ballestero guardó silencio por un momento, hasta que habló sin mirarla.

— No importa que diga o que haga, no sirve de nada. — soltó un suspiro — No puedo controlarte, ni a ti, ni a tus pensamientos problemáticos.

BACK TO YOU//The Walking Dead Donde viven las historias. Descúbrelo ahora