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Fue devuelta a la celda junto al ballestero, quien sintió un alivio al verla de nuevo, pero aún así tenía la preocupación de lo que le pudo haber pasado.

— Es muy linda, ¿no crees? — dijo aquel hombre después de cerrar la celda de Emily.

Daryl no pudo evitar enojarse con aquellas palabras.

— No te hayas atrevido a tocarla. — soltó con rabia.

— ¿Por qué? — sonrió burlón — No es tuya.

El hombre se fue riendo.

Al ver la puerta cerrarse finalmente, el ballestero se acercó a la reja para poder hablar con ella.

— Estoy bien. — soltó Emily antes de que este preguntara.

— ¿De verdad? — soltó con preocupación — Él no, no lo...

— Tranquilo. — notó que le costaba decir aquella suposición — No me hizo nada.

El ballestero no podía verla, no podía ver su rostro para confirmar si estaba hablando enserio o si estaba mintiendo sólo para tranquilizarlo.

Pegó su frente a la reja y después recargó su espalda en la pared al igual que ella. La habitación se llenó de un silencio, hasta que Emily fue la que decidió romperlo.

— Es ella, ¿verdad? — dijo con serenidad mientras recargaba su barbilla en sus rodillas — La dueña de perro, la mujer con la que... la mujer que conociste hace un par de años.

Daryl cerró los ojos y llevó su cabeza hacia atrás, y tragó con fuerza antes de hablar.

— Sí. — dijo en tono bajo.

Emily asintió aún cuando el ballestero no podía verla.

— Nunca creí que me toparía con ella de nuevo. — confesó el ballestero — Tampoco creí que terminaría uniéndose a estos tipos.

— Bueno, la vida siempre nos tiene muchas sorpresas.

Daryl pudo notar el tono cabizbajo con el que su esposa hablaba, lo cual le indicaba que algo no andaba bien y ella no quería decirlo.

— Emily, dime la verdad. — habló asomándose por la reja de la celda — Te hicieron algo, ¿cierto?

Emily mordió su labio queriendo no hablar, pero conocía a su esposo, y este le seguiría insistiendo hasta que le dijera lo que había ocurrido.

— No hicieron lo que crees, si eso te preocupa. — buscó tranquilizarlo un poco al confesar — No los deje, pero no por eso me fue mejor.

— ¿Qué quieres decir?

— Me defendí como pude. — señaló pegándose más a la reja — Golpee a ese idiota en el rostro, ¿acaso no viste su ojo moreteado?

Río ligeramente al finalizar, pero por el contrario, a su esposo no le causó gracia, ahora sabía lo que estuvieron a punto de hacerle a su esposa. Aunque se sintió aliviado de que pudo defenderse y les impidió hacerlo, no pudo evitar sentir la rabia correr por sus venas.

— El idiota me dio una cachetada. — continuó confesando — Pero los otros lo detuvieron antes de que pudiera golpearme otra vez.

— Ese hijo de...

— No vayas a atreverte a hacer algo en contra de ellos. — señaló su esposa.

Sus palabras le causaron confusión al ballestero.

— ¿Por qué?

— Tengo la suposición de que si seguimos vivos no es sólo por que quieran averiguar dónde están.

BACK TO YOU//The Walking Dead Donde viven las historias. Descúbrelo ahora