— ¿Ya tienes todo hija?— dijo cerrando el maletero del auto— una vez que nos vamos no hay vuelta atrás.
No hay vuelta atrás. ¿Por qué tenía que decirlo así? Ya sabía que no había vuelta atrás, solo, aún se me hacia raro. Digo.. sí estaba feliz, pero, no lo se.
Agarré mi bolso y me dirigí hacia el auto.
—Si papá, llevo todo— le dediqué una sonrisa amable.
— Vamos entonces.. Liz nos espera.Papá y Liz llevaban saliendo tres años. Mantenían una relación a distancia, Liz en New York y papá en San Francisco. Después de estos tres años maravillosos conociendo a Liz cuando venía de visita, finalmente papá le propuso matrimonio.
Asique aquí estamos, volando a New York para mudarnos definitivamente.
—¿Estas emocionado?— le pregunté mientras me acomodaba en mi asiento en el avión.
— Si. Muy —un destello de luz brillaba en sus ojos color grisáceo- Ava..
— ¿Qué?—me tomó la mano y me miró a los ojos- Papá no me asustes.
— Gracias
— ¿Gracias? ¿Por qué? — apretó mi mano
— Por aceptar esto. Mudarnos de ciudad. Dejar a tus amigos, se que no debe ser fácil para ti y realmente lo valoro muchísimo.Claro que me iría con el. Papá es mi mejor amigo. Cuando el y mamá se separaron a mis 12 años, ella decidió cumplir el sueño de viajar por el mundo. Hablamos algunas veces, pero papá y yo tenemos algo muy especial. Siempre ha estado para mí, como no iba a apoyarlo en esta relación.
— Papá no tienes que agradecerme. Yo estoy bien, lo digo en serio. Me emociona vivir allí con ustedes, empezar la escuela de música que tanto quise toda mi vida.. para mi es perfecto, claro que voy a extrañar a Mila y Jake, pero estaremos bien. — Mila es mi mejor amiga. Nos conocimos en sala de dos. Jake llegó tiempo después en segundo grado, desde ahí, los tres nos hicimos inseparables.— Te quiero papá.
Rompimos el abrazo al darnos cuenta que ya habíamos despegado. Nunca me dieron miedo los aviones, viaje mucho toda mi vida. Solía hacerlo sola para ir a visitar a mi mamá, y me encantaba. La sensación de saber que estaba volando mientras escuchaba música.. nada me gustaba más que eso.
Finalmente, luego de 7 horas de vuelvo, llegamos. Estaba terminando de bajar las maletas cuando una mujer de estatura alta, pelo corto rubio y con una sonrisa enorme nos recibía en la puerta.— No puedo creer que estén aquí!— corrió a los brazos de mi padre y se dieron un tierno beso en los labios.
— Realmente esta sucediendo— le dije esperando a su lado.
Liz se separo de papá y me estrechó en sus brazos. La quería. Desde el día que papá me contó sobre ella supe que la querría. Era difícil no querer a Liz, ella simplemente era una mujer especial.
— Estoy muy feliz de que estés aquí Ava. No veo la hora de que conozcas a Max.— Max.. era raro que luego de 20 años pasaría a tener una especie de hermano. Papá me hablo sobre el. Dijo que era un tipo majo. Lo vio varias veces antes de la propuesta, al igual que Liz lo hizo conmigo. Querían asegurarse de que ambos hijos estuvieran de acuerdo con la relación de ellos.— está adentro, vamos..Pasamos por el umbral de la puerta y apenas vi el interior de la casa, lo sentí como un hogar. Predominaba el color blanco y la madera. Tenía muchas fotos familiares, y libros por todas partes. Liz trabaja como editora literaria en una editorial muy prestigiosa de new york. Ama leer. A mi también me gusta mucho. Pasamos el hall de entrada que lo dividía de la sala principal. Cuando lo pasamos, ahí estaba sentado en el sofá un chico alto, con pelo rapado y ojos azules.
— Tu debes ser Ava— dijo levantándose.
— Y tú Max— me acerqué para juntar nuestras mejillas en un saludo.
— Máximo— la vergüenza me invadió. Como iba llamarlo Max, ni lo conocía. Aún así me correspondió el saludo.
— Claro. Máximo. Lo siento.— balbucee
— Tranquila. Solo estoy bromeando.— me dedicó una sonrisa. ¿Que dio un vuelco a mi estómago? No. Seguro estaba confundida por el cansancio. Sentí una mano en mi hombro.
— Ava, ¿quieres ver tu habitación? — era Liz, señaló con su cabeza la escalera que estaba en el pasillo.Asentí y la seguí. Rodee a Max y sentí un alivio al dejar de compartir el espacio con el. Nos dirigimos hacia el pasillo que tenía tres habitaciones. Mientras lo recorrimos, Liz me contó que ahí estaban el cuarto de lavado, su oficina y el baño de invitados. Antes de subir, también me mostró la cocina. Era hermosa. De color blanca con detalles en gris y celeste, lleno de plantas decorativas. Una vez subimos la escalera pude ver que habían 6 habitaciones. Quería recorrer todo, pero me dije a mi misma que ya tendría tiempo para eso, al fin y al cabo ésta era mi casa ahora.
— Por aquí — entramos a la habitación que estaba casi al final de pasillo.
Al entrar quedé completamente sorprendida. Tenía las paredes de un color crema, una cama en la esquina con un acolchado verde y almohadones blancos. Y lo que más me sorprendió fue la decoración. Todo estaba lleno de luces y plantas artificiales. Y la pared tenía muchos posters de cosas que me gustaban, mis cantantes y actrices favoritas. Mis discos y libros favoritos. Se sentía muy mía.
— Me tomé el atrevimiento de revisar tu habitación un día que no estabas en casa, quería que al llegar aquí sintieras que este es tu hogar.
— No se que decir. Me dejaste sin palabras Liz. Realmente te agradezco todo esto. Es muy hermosa.
— ¿Entonces no te enojaste?— Dijo abriendo sus brazos.
— No— la frene en el intento de abrazarme— Pero, a partir de ahora, si lo haces si me voy a enojar. Solo golpea. — dije entre risas. Finalmente le correspondí el abrazo. Estaba feliz. Era raro, pero me sentía en casa.*Hola! Mi nombre es Agustina. Pero me puden llamar Agu. Esta es mi nueva historia, espero que les guste mucho. Voten y comenten todo lo que quieran! Nos vemos!
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Hermanastros: Melodías Prohibidas
RomanceAva, una joven apasionada por la música, se muda a Nueva York con su padre, Rob, quien está comprometido con Liz, una exitosa editora literaria. En la misma casa vive Max, el reservado hijo de Liz, que comparte la misma pasión por la música. Ambos t...