Capítulo 22

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Estaba en mi habitación, concentrada en alisarme el pelo frente al espejo. El reflejo mostraba mi rostro mientras intentaba darme un aspecto más sofisticado para la fiesta. Quería sentirme y verme increíble. Mientras pasaba la plancha por mis mechones, un ligero toque en la puerta me hizo girar la cabeza.

—¿Sí? — dije, levantando la voz.

La puerta se abrió lentamente y vi la figura de Liz. Llevaba una sonrisa radiante y un brillo especial en sus ojos.

—Feliz cumpleaños, Ava — me deseó otra vez entrando con una pequeña caja en las manos.

—Gracias, Liz —respondí, dejándome envolver por el cariño en su voz.

Liz se acercó y me dio un breve discurso sobre lo importante que era para ella y mi padre. Sus palabras me conmovieron profundamente, y sentí un nudo en la garganta.

—Este regalo es de parte de tu padre y mía —dijo, entregándome la caja con una sonrisa misteriosa.

Antes de que pudiera abrirla, la puerta se abrió de par en par y escuché gritos de felicidad que llenaron la habitación. Mila y Jake aparecieron, ambos con enormes sonrisas y los brazos abiertos.

—¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños! —gritaron al unísono, corriendo hacia mí.

Sentí una explosión de alegría al ver a mis mejores amigos. No esperaba verlos hoy, y la sorpresa fue abrumadora. Me levanté rápidamente y los abracé con fuerza, una lágrima de felicidad rodaba por mi mejilla.

—¡No puedo creer que estén aquí! —dije, con la voz quebrada por la emoción— ¡Pensé que no podrían venir!

—¿Perdernos tu cumpleaños? Ni en un millón de años —dijo Jake, riendo mientras me abrazaba más fuerte.

—Nos costó mantenerlo en secreto —agregó Mila, riendo—. Pero Liz y tu papá hicieron todo esto posible.

Sentí una inmensa gratitud hacia Liz y mi papá por organizar esta sorpresa. Estar rodeada de las personas que más quería en el mundo me llenaba de una felicidad indescriptible.

—Gracias, chicos. Esto significa mucho para mí —les dije, sintiendo cómo la calidez de sus presencias llenaba mi corazón.

—¡Vamos, tenemos que prepararnos para la fiesta! —dijo Mila con entusiasmo.

Liz se despidió de nosotros para ir a preparar algunos snacks para la fiesta, dejándonos a Mila, Jake y a mí solos en mi habitación. Estábamos sentados en el suelo, rodeados de cosméticos y accesorios para nuestros disfraces. El ambiente se sentía cómodo y relajado, como en los viejos tiempos.

—Entonces, ¿qué ha pasado desde la última vez que nos vimos? —preguntó Jake, inclinándose hacia adelante con interés.

—¡Uf, demasiadas cosas! —respondí, riendo—. La universidad, las clases, los ensayos... Pero lo más importante, ya saben, cosas personales.

—Vamos, Ava, cuéntanos —insistió Mila, dándome un pequeño empujón en el hombro—. Sabemos que hay algo jugoso que nos estás ocultando.

Suspiré, sabiendo que no tenía sentido guardármelo más. Siempre podía contarles a ellos.

—Bueno, creo que deberían saber lo que ha pasado con Max últimamente —comencé, sintiendo que mi corazón latía un poco más rápido—. Ya saben lo que pasó entre nosotros. Lo que no saben es cómo terminó todo.

Ambos me miraron con sorpresa y curiosidad.

—¿Terminó? ¿Qué pasó? —preguntó Jake, levantando una ceja.

Hermanastros: Melodías ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora