𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒯𝓇𝑒𝓈

567 33 1
                                    

𝒦𝓌𝑜𝓃 𝒯𝓃

— Ese chico es un Dios —dijo mi amiga Lisa.

— A todas se ha follado, y según rumoran que se tiró a la maestra de inglés.
—ahora hablaba Jisoo

— ¿La de inglés?, es la maestra Seunmi. —dije

— Ella misma, tiene como treinta años.

— Está mirando a nuestra mesa —dijo Jisoo con un toque de emoción.

Lo miré, en verdad que como pueden existir ese tipo de personas, que solo les gusta jugar con las mujeres, a mi no se me hace nada atractivo un hombre que haga eso, es guapo si, pero el que tenga una fama de ese tipo le quita todo eso.

— ¿A quien está mirando? —preguntó Lisa.

— Supongo que a mi —desvíe la mirada hacia ellas— Estamos en la misma carrera y casualmente somos compañeros de asiento.

— ¿Y a qué huele?

— ¿Es verdad que tiene su polla grande?

— Ya viste sus tatuajes, joder, eso me excita.

— No lo sé, no ando olfateando a las personas, mucho menos viendo qué tamaño tiene la polla —reí.

— Tienes que averiguarlo, me gusta y quisiera tener algo con él. —Jisoo y yo vimos a Lisa.

— Como puedes decir eso Li, a todas les gusta, pero jamás toma enserio a una chica, solo las folla una sola vez y las bota como basura —dijo Jisoo un poco alterada— También Jimin es así.

Ahora Lisa y yo veíamos a Jisoo, estaba como molesta, desilusionada, decepcionada, no podría decir cómo está.

Tampoco quisimos preguntar para no incomodarla o abrumarla con algo que tal vez no quiere contarnos.

Seguimos comiendo, y volví a mirarlo, estaba con varios tipos, pero él seguía mirándome.

— Hola Tn —llegó un chico.

— Hola, ¿Mingyu? —pregunté.

— Así es —sonrió.

— ¿Quien es? —dijo Lisa.

— Es mi compañero de clase, Mingyu, ellas son mis amigas Lisa y Jisoo —las señalé.

— Mucho gusto señoritas —sonrió.

— El gusto es mío —Lisa le extendió la mano.

— También es el mío.

Al finalizar el descanso volvimos a nuestros salones, lo único que extraño de mi antigua carrera son mis amigas.

Llegué al salón y tomé mi lugar, el maestro que seguía aún no llegaba, me recosté sobre el escritorio y cerré los ojos, hasta que sentí una presencia a mi lado.

— Hola —sonrió ese chico tan alegre.

— Hola Mingyu —sonreí.

— ¿Tienes sueño? —me miró.

— No, pero me arden un poco los ojos.

— ¿Por?

— No tengo mis lentes, y estoy forzando mucho la vista.

Ocupo lentes por la miopía que tengo, pero se me rompieron y no he ido a repararlos y si mamá se entera me regañara, tengo pensando ir hoy.

— ¿Y ya los reparaste?

— Te puedes mover de mi lugar —llegó mi compañero algo molesto.

Mingyu no le contestó, solo se paró de la silla y dio vuelta para ponerse en cuclillas al lado mío.

— Aún no, pero los llevaré hoy.

— ¿Quieres que te lleve?

— No hace falta, de echo es cerca de la universidad. —sonreí amable.

— Entonces déjame acompañarte, ¿que dices?

— Que me parece bien —reí.

— Okey. —sonrió.

— Señor Kim vaya a su lugar, en la salida puede invitar a la señorita a salir.

Dijo el maestro y todos los compañeros nos reímos, hasta el mismo, bueno no todos, mi compañero de escritorio estaba serio, y podría decir que molesto.

— No irás con él a ningún lado.

— ¿Perdón? —lo miré indignada.

— Que no iras a ningún lado con ese pendejo. —dijo entre dientes.

— Oye, tú no eres nadie para prohibirme, ni siquiera somos amigos para que lo hagas.

— Ya ordené algo Tn.

— Ordénale a tu novia o a quien sea que tengas, yo puedo salir con él o con quien sea.

— Ya veremos eso. —finalizó la conversación.

Quien se cree este idiota, venir a prohibirme salir con alguien, cuando no es ni siquiera mi amigo, siendo mi amigo tampoco lo permitiría.

Eres mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora