𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒬𝓊𝒾𝓃𝒸𝑒

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𝒦𝓌𝑜𝓃 𝒯𝓃

Por fin salimos de clases, junté mis cosas para después salir del salón, pero ajeno me detuvo.

— Quiero proponerte algo —me miró y luego miró a los compañeros que aún estaban en el salón— Te llevo a casa y hablamos en privado.

Salimos del salón y nos dirigimos al estacionamiento, me abrió la puerta para subir y luego el subió por su lado.

— ¿De qué quieres hablar? —lo miré.

— Cuando lleguemos a tu casa, ¿o quieres ir a la mía?, no mejor a la tuya, puede que te enojes y querrás irte.

Encendió el auto y condujo para ir a mi casa, ¿que es lo que me quiere proponer?

En todo el camino iba pensando en eso, me hacía miles de preguntas mentales.

— Llegamos —picó mi mejilla.

Ese acto me hizo reír, se vio tan tierno.

— Ya me di cuenta —sonreí.

Bajamos y entramos a mi edificio, saludé al guardia y tomamos el ascensor para subir a mi piso.

— Pasa —dije una vez que abrí la puerta.

— Gracias.

Cerré la puerta detrás de mí y él tomó asiento, me sentía nerviosa, dios mío, si las miradas mataran, ya habría muerto hace tanto tiempo, tiene unos ojos tan lindos, pero tan intimidantes a la vez.

— ¿Te ofrezco algo de beber?

— Agua está bien.

Asentí y fui a la cocina para servir unos vasos con agua y volví a la sala, entregándole el vaso.

— Ahora si ¿que quieres proponerme?

— Nunca he echo esto, por alguna razón me llamas la atención, aclaro, no me gustas, más bien me gusta tu físico pero sin tener algún tipo de sentimiento amoroso o romántico hacia ti.

— Al grano Jeon.

— Lo que te quiero proponer es que si quieres ser mi amiga con derecho.

Mi expresión al escuchar esa propuesta me dejó anonadada, lo miré incrédula, ni siquiera podía decir alguna palabra.

Mi mente peleaba con mi corazón, uno decía que si y el otro se negaba rotundamente, claro que mi corazón no quiere salir lastimado en esto.

— ¿Que dices?, si aceptas voy a poner algunas reglas.

— Que reglas —le pregunté.

— Te lo dire después de que aceptes.

— No, como voy a aceptar algo sin saber las reglas.

— Bien, no debes estar con otro hombre que no sea yo, te prohíbo hablar con Mingyu, no te quiero cerca de él, vamos a tener sexo cada que yo quiera, vas a quedarte a dormir conmigo cuando yo lo diga ya sea aquí o en mi casa, vas a acompañarme a cualquier fiesta o antro al que vaya.

Enumeró con sus dedos cada una de esas tontas reglas.

— Y lo más importante, no te enamores, ahora está en ti aceptar o no.

— ¿Puedo pensarlo?

— Piénsalo, solo no tardes tanto.

— ¿Por qué?, ¿vas a buscar a otra?

— No linda, esta propuesta solo te la estoy haciendo a ti, si te niegas seguiré con mi rutina, solo follar y listo.

Se acercó a mi y me besó, fue un beso como el que nos dimos en la enfermería.

— Entonces acepto Jeon.

— ¿No lo ibas a pensar?

— Acepto pero tengo también solo dos reglas para ti.

— Dímelas.

— Uno, no quiero que te acuestes con otras chicas lo digo por evitar algún tipo de enfermedad o infección, y dos, no te enamores de mi.

— Trato, lo cumpliré. A partir de hoy eres mi amiga con derecho.

Me cargó y me puso en su regazo, yo pasé mis brazos por su cuello y lo besé, un beso necesitado pero lento, disfrutando de nuestros labios y nuestras lenguas jugueteando.

No te enamores Tn, por qué sé que él no se enamorará de ti.

Eres mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora