𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒯𝓇𝑒𝒾𝓃𝓉𝒶

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— ¿En verdad vas a dejar irla sin despedirte de ella, y lo peor, sin decirle lo que realmente sientes por ella? —me miró Jimin.

— No puedo hacerlo ya.

— ¿Por qué?, ¿por tu maldita cobardía?

— No, por qué ella me dijo que si le decía que me gustaba iba a cancelar su beca y se quedaría, esta es una gran oportunidad para ella.

— Al menos ve a despedirte de ella y déjale un mensaje diciéndole que te gusta.

— ¿A qué hora sale su vuelo? —pregunté.

— No lo sé, pero el que si sabe es Mingyu.

Fruncí mi ceño e hice a un lado mi orgullo para llamarlo.

— ¿Hola? —contestó.

— ¿A qué hora se va Tn?

— Faltan unos veinte minutos, si vienes ahora puede que la alcances, pero date prisa Jeon.

— Gracias, iré ahora, no le menciones nada.

— Bien.

Colgué la llamada y miré a Jimin.

— Vamos Jimin, llévame al aero....

— Ya —lo vi correr a la puerta— Mueve esas piernas Jeon.

Corrí hacia él y subimos a su auto, mis piernas temblaban de los nervios, solo veinte minutos quedaban para que Tn se fuera.

— Acelera Jimin.

— No puedo ir más rápido, podemos tener un accidente.

Llegamos a una fila de carros, ya no podíamos avanzar más.

— ¿Que ocurre?

— Tráfico, no podemos avanzar más.

— Me bajo aquí.

— No llegarás, el aeropuerto está retirado.

— No importa. —abrí la puerta para bajar.

— Corre, ahora llego yo.

Asentí y salí corriendo, lo más rápido que pude y lo que mis piernas me permitieron.

— Por favor espérame, ya voy. —dije en un susurro.

Seguí corriendo hasta que llegué al aeropuerto, me detuve un poco para tomar aire y entré, vi que Mingyu y las amigas de Tn se acercaban a la salida y detrás de ellos venía una señora parecida a ella.

— Jeon —me miró Mingyu.

— ¿Donde está? —dije después de controlar mi respiración.

— Ella ya tomó el avión —dijo una de las chicas.

— ¿Que?, eso no puede ser cierto, no pudo irse así.

— Lo siento Jeon, te dije que vinieras rápido.

— Había tráfico y decidí salir del coche.

— Kook, ¿la viste? —llegó corriendo Jimin.

— Se fue Jimin, Tn se fue —me dejé caer al suelo.

— No puede ser —Jimin bajó al suelo y me abrazó.

— La he perdido Jimin.

— Tranquilo, tal vez en vacaciones venga, o puedes llamarla.

— ¿No entiendes?, no me despedí de ella, no le dije lo que quería decirle.

— No quiero decir te lo dije, porque te lo dije, debiste escuchar mi concejo.

Solté un suspiro pesado y me levanté del suelo, antes de hacerlo sequé las lagrimas que habían salido, no quería que me vieran llorar.

— Vamos, ya no tengo nada que hacer aquí.

Les di la espalda y caminé hacia la salida, tengo que esperar dos años para verla y decirle lo que siento o sentí en este momento.

Tal vez sea demasiado tarde cuando se llegue ese día.

— Eres un idiota Jungkook, dejaste ir a la chica que te amaba sinceramente. —me reprochaba a mí mismo.

— ¿Estás bien?

— No. —al final solté las lagrimas que ya amenazaban con salir nuevamente.

— Lo siento tanto Kook, ¿quieres hacer algo?

— Solo llévame a casa por favor. 

— Así lo haré.

Luego de conducir por algunos minutos llegué a mi casa, le pedí a mi amigo que se fuera, no quería dejarme, pero le insistí tanto que terminó por irse.

— Te deseo suerte princesa —dije para después soltar mis lagrimas.

𝐹𝐼𝒩
**𝐿𝒪𝒮𝒫𝐸𝐿𝒪𝒮𝒟𝐸𝒴𝒪𝒪𝒩𝒢𝐼**

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