—¿Qué hiciste... qué? —Clary estaba estupefacta.
—No es la primera vez que reto a la autoridad, y lo sabes —dijo Merrick—, aunque no sé si Anubis sea autoridad... se me hace un perrito faldero que sólo obedece a su...
—¡Merrick! ¡Estamos en sus tierras! —lo reprendió su hermana, y acto seguido, retomó la sesión de curación.
—Nunca le he tenido respeto... al menos no desde ese momento.
—¿Qué sucedió?
—No quieres saber.
—Por algo te estoy preguntando —Clary puso los ojos en blanco.
Por un momento, su mente se transportó años al pasado, a cuando eran tan sólo unos niños y ese tipo de discusiones empezaban sin ninguna razón, y ambos terminaban peleados o castigados. Al final, uno siempre pedía perdón al otro.
Aquel no era el caso.
Manipulando la magia, Clary logró cerrar la herida de su hermano, logrando que algo de su sangre volviera a su lugar de origen y luego uniendo el tejido dañado. Le dio un poco de asco ver cómo el músculo se conectaba consigo mismo conforme ella fingía, o actuaba, utilizar instrumentos quirúrgicos invisibles.
La magia era extraordinaria.
—Digamos que... le falté al respeto diciéndole cabeza de perro —Merrick habló después de un rato—, ya sabes, tal como lo he llamado en las últimas semanas.
—Sí he notado que no le tienes ningún respeto —dijo Clary—, ¿qué pasó después? ¿Cómo reaccionó Anubis?
—Nada bien... pero supongo que tiene prohibido lastimar a los Candidatos —respondió Merrick—. Tal vez deja eso de lado para que sean las Pruebas quienes se encarguen de nosotros...
—Se me hace algo... asombroso que sigas vivo después de eso. Digo, nadie reta a uno de los principales dioses egipcios y vive para contarlo.
—Bueno, no se lo he contado a nadie —dijo Merrick—. Y técnicamente, aquí en el inframundo, no estamos cien por ciento vivos. ¡Ouch!
—Lo siento...
—¡Eso duele!
—¡Reparar tejido es complicado! —le reclamó Clary—, y teóricamente llevo menos de siete horas usando magia.
—Yo diría que... llevamos más tiempo. No sé cómo se miden las horas aquí en el Duat.
Pasados unos segundos, la herida de Merrick ya había quedado suturada, dejándole una cicatriz notoria y extraña: una línea roja en su abdomen que llegaba hasta su costado derecho.
—Démosle gracias a Ra por el Libro —dijo Clary, ayudando a su hermano a ponerse de pie.
—O agradezcamos que siempre te gustó leer —dijo Merrick—. Oh, mira cómo quedó mi outfit de inframundos. ¡Hecho pedazos! —el tono sarcástico y cómico de su voz le indicó a Clary que ya estaba bien, y que del tajo de Alyster sólo quedó la cicatriz.
Su hermano estaba fuera de peligro.
—Andando —indicó Clary—, reunámonos con los demás.
—Sí, sí.
Recordando los pasos que tomaron para poder ponerse a salvo en la caverna, Clary supo que se encontraban, mínimo, a dos ríos diferentes de distancia de donde se habían separado de Pat y los demás; en cuanto llegaron al lugar donde Ammyt había devorado a Alut, los hermanos Hawkins se quedaron en silencio, observando lo que quedaba del Candidato: sus botas sucias, los restos de la mochila y una espada khopesh larga y puntiaguda.
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Los Juegos de Anubis
AdventureLa noche en la que el Museo más grande en la historia de Egipto se plantea su inauguración ocurre un incidente: un niño de 9 años llamado Merrick desaparece sin explicación alguna. Ocho años después, su hermana Clary aún carga con el trauma y con la...