Capítulo 22: el Ished, una señal para los perdidos

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—¿Qué es... esto? —preguntó Medge.

Varios Candidatos lograron cruzar la lagunilla y se detuvieron justo detrás de Clary para apreciar el inmenso árbol.

—Es el Árbol Ished —explicó Clary—, un árbol sagrado para los egipcios.

—¿Es especial? —preguntó Lucille—. ¿Tiene algún... poder trascendental?

—Parece un simple árbol —dijo Alyster.

—Los egipcios de antaño creían en una cosmovisión representada mediante este árbol —indicó Clary, acercándose hacia sus raíces, y al estar cerca de ellas, señalando el tronco—; todos aquí ubicamos a los dioses Osiris y Seth, ¿cierto?

—Cierto.

—Sí.

—Claro.

—Sabemos que eran hermanos, y que Seth siempre ha sido un claro enemigo de Osiris. Pues existe un mito donde Seth encerró a Osiris en un gran cofre de madera, echado al Río Nilo para que navegase y se perdiera para siempre.

—¿Eso qué tiene que ver con...? —intentó interrumpirla Medge.

—Deja que hable, zopenco —le espetó Merrick.

—Gracias... —titubeó Clary, al no estar acostumbrada a que le prestaran atención—; el cofre de madera navegó por el río hasta encallar en... —por un momento, la chica se detuvo y observó a sus alrededores, intentando comprender lo que se formulaba en su mente—, aquí. Hasta que terminó aquí.

—¿Aquí? —soltó Lucille.

—El cofre de madera creció en forma de árbol —Clary señaló al Árbol de Ished— con Osiris dentro de su cofre. Fue Isis quien lo rescató de tal encierro.

—Entonces... ¿Osiris está dentro de ese árbol? —lo señaló Pat.

—Sí... y no.

—¿Cómo puede... estar y no estar? —preguntó Pat.

—En el mito —aclaró Clary—, Isis lo logra rescatar, abriendo la corteza del árbol para poder liberarlo. Yo intuyo que...

—...nosotros debemos hacer lo mismo —le sonrió Merrick, con una mirada de orgullo—; en serio agradezco que hayas prestado atención a todas las clases que nos daban nuestros padres. Nunca pensé fueran necesarias en la vida...

—O la muerte —musitó Pat.

—¿Y qué encontraremos... dentro del árbol? —inquirió Medge.

Clary no respondió. Dudaba por completo que se tratara de Osiris; aunque parte de las Pruebas de los Juegos de Anubis se basaran en algunos mitos, no seguían la línea mitología al cien por ciento, y eso ya lo tenían más que claro.

Era obvio que Osiris no iba a estarlos esperando dentro de un árbol abandonado a mitad de un pantano.

—Dudo que haya algo vivo en su interior —comentó.

—Esto se ve medio muerto —alegó Alyster.

—Porque estamos en el inframundo, idiota —le espetó Merrick.

—Generalmente provee de frutos dulces y de protección a los templos egipcios —indicó Clary—. El hecho de que esté aquí abajo... y representado de esta forma, es una representación de que la muerte abunda en este lugar.

—Bueno, intentemos abrir la corteza, antes de que algo horrible salga de aquí.

—No... ¡espera! —Clary intentó oponerse.

Los Juegos de AnubisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora